Disputa por el “pinochetismo” en la derecha

Para este engendro del latifundio, regresar a Pinochet es un movimiento táctico para frenar el avance de Rojo Edwards, Johannes Kaiser y José Antonio Kast, dado que el crecimiento de estas “nuevas” fuerzas reaccionarias es a costa de la pérdida de votos de Chile Vamos.

Disputa por el “pinochetismo” en la derecha

Autor: El Ciudadano

Por Jean Flores Quintana

En el acto de proclamación de la candidatura presidencial de Evelyn Matthei, por parte de su partido aliado, Renovación Nacional, ocurrió un hecho de máxima gravedad para el avance democrático de nuestro país y, por cierto, invisibilizado por parte de los medios tradicionales.

Carlos Larraín, uno de los accionistas controladores de RN, dijo:

“Yo también estoy muy agradecido a don Augusto Pinochet y a lo que hizo el gobierno de las fuerzas armadas. Así que, no teman”. Estas palabras fueron ovacionadas en el ex Congreso Nacional por los asistentes, todos, militantes, adherentes y simpatizantes de Chile Vamos.

Ante esta situación surgen algunas reflexiones.

La primera dice relación con el hecho de que, a 35 años del fin de la dictadura civil y militar, uno de los líderes del principal partido de derecha reivindique el legado de aquel gobierno criminal y saqueador de manera pública. Además, lo hace en la proclamación de la candidatura presidencial de su sector. No lo hace en su hacienda del sur, ni en su casa de Cachagua, comentando El Mercurio frente a sus besapiés que compiten por gobernaciones regionales; lo hace en un acto político.

Una segunda cuestión tiene que ver con las razones tras este gesto. Carlos Larraín es el símbolo de la clase patronal chilena. Sus formas toscas no surgen de la estupidez, no, están pensadas, tienen un objetivo. Es la imagen del patrón de fundo que manda a matar al perro que se comió la oveja como medida disciplinaria, o que mueve contactos para evitar la cárcel a un hijo criminal. Para Larraín, el Chile ideal es el Chile de la Colonia. Entonces, para este engendro del latifundio, regresar a Pinochet es un movimiento táctico para frenar el avance de Rojo Edwards, Johannes Kaiser y José Antonio Kast, dado que el crecimiento de estas “nuevas” fuerzas reaccionarias es a costa de la pérdida de votos de Chile Vamos.

Ahora bien, para ser más claro aún, los partidos tradicionales de derecha son pinochetistas, lo tienen en sus bases y principios. Fueron fundados por ministros y funcionarios de la dictadura. Sin embargo, ante la emergencia de las fuerzas que le disputan electorado por derecha, se han visto obligados a cubrir ese flanco con este tipo de declaraciones.

En tercer término, la cobertura de medios, por supuesto, puso el foco en cualquier lugar menos en esto: en la matriz política del diseño de instalación de la campaña. Una carrera presidencial tiene varias etapas; una de ellas es ocupar un lugar claro y evidente desde el arranque para diferenciarse de sus semejantes, no de sus enemigos. Los enemigos para ellos somos nosotros, los que estamos por más democracia y más derechos. Por tanto, lo que busca el emblema del patronazgo es copar el campo de la derecha clásica, la que culturalmente siente distancia de las políticas insuficientes de los gobiernos de centroizquierda, y les hacen sentido recetas simplistas que recortan libertades: “Para más seguridad, más carabineros; para menos delincuencia, menos trabajadores en la calle”. ¿Y qué hay de las familias tras esos cesanteados a los que se les cortan las manos, o qué hay del uso eficiente de los recursos destinados al personal uniformado? Nada de esto importa a la derecha; lo que les interesa es construir el imaginario de que ellos tienen soluciones simples a problemas sociales complejos.

Finalmente, todo esto no podría ocurrir sin la complicidad de los medios hegemónicos. La Tercera y El Mercurio destacaron la trayectoria y experiencia política de Matthei en portadas, editoriales y reportajes. Tras esto, noticieros de radio y televisión replicaron esta bajada de línea. Nada se ha dicho en los principales medios de la disputa por el pinochetismo en la derecha y la amenaza que esto significa para el avance civilizatorio del país.

Por Jean Flores Quintana

Politólogo

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