La historia de Walter Ader Hausman en Chile está vinculada al espionaje, al ajedrez y al misterio.
El maestro ajedrecista, quien nació en 1912 en Hodonín, en la región de Moravia, República Checa, se nacionalizó chileno y posteriormente representó a nuestro país en tres Olimpíadas de ajedrez, en el año 1956 en Moscú, en 1960 en Leipzig y en 1964 en Tel Aviv.
El historiador checo y ajedrecista Jan Kalendovsky relató su enciclopedia de ajedrez publicada en 2008 que Walter Ader Hausman nació en el seno de una familia judía de restauradores y en 1938 se proclamó campeón de la unión central de ajedrecistas checos.
Asimismo, se coronó campeón de un torneo blitz con máscaras de gas para representar su firme defensa ante la amenaza de la Alemania nazi y el clima de guerra inminente.
Antes de que se concretara la ocupación de Praga por los alemanes el 15 de marzo de 1939, emigró a Chile y decidió cambiar su nombre a Walter Ader Hausman (apellido de soltera de su madre) ya que pensó que estaba más acorde con la usanza latinoamericana.
En 1947 obtuvo en tercer lugar en el torneo nacional absoluto en el que resultó vencedor Mariano Castillo.
Desde ahí construyó una destacada carrera deportiva hasta que enn 1966 logró derrotar a David Godoy para proclamarse campeón de Chile.
Representó a nuestro país en las tres justas olímpicas con buen desempeño y una alta valoración de su juego por parte de los especialistas.
Además se midió con los más destacados exponentes del ajedrez mundial entre los que figuran R.J. Fischer y el campeón mundial Vasili Smislov, entre otros.
Por estas hazañasm es considerado como un ajedrecista destacado incluso en el ambiente ajedrecístico checo,
De hecho en el libro “ Bobby Fischer contra grandes maestros checos ”(2022), se refieren a Walter Ader, elogiando sus partidas más destacadas.
Espionaje desde Chile
Alrededor de 1962 fue establecida la residencia en Chile (termino del espionaje soviético para designar estaciones de espionaje), lo que supusoo una ampliación de las actividades de espionaje checoslovaco en Latinoamérica y Chile, tal y como señala en su reciente libro Michal Zourek “Combatir el Imperialismo la inteligencia checoslovaca y la guerra fría en Uruguay de los 60”, publicado en 2024.
Según consignó el profesor y académico Ewald Meyer, en un artículo publicado por Quinto Poder, tras la victoria de la revolución cubana la KGB ordenpo que los servicios secretos del bloque socialistas que se encontraban operando en Latinoamérica no tuvieran contactos con militantes comunistas ya que ellos se encargarían desde esa agencia de inteligencia, sin excluir el intercambio de información y espionaje.
En ese entionces los requisitos para captar informantes y potenciales agentes para operar en la residencia se basaban en que fueran declarados antiimperialistas y críticos del sistema imperante. No era necesario una militancia ferviente ni mucho menos.
El caso de Walter Ader, destacó sun vínculo más bien emocional con su patria de la cual nunca se olvidó.
«La salida y persecución de la cual fueron victima los judíos y checos durante el periodo del protectorado de Bohemia y Moravia (1939-1945) afianzó su inclinación hacia ideas de izquierda. Es por este hecho que muchos checos mantenían incluso en los años más duros un vínculo efectivo con la patria checa, en este sentido el nacionalismo checoslovaco se manifestó en variados casos de ciudadanos que a veces iban y venían desde y hacia la órbita socialista», señaló Meyer en el texto titulado «Walter Ader, el espía que fue campeón chileno de ajedrez».
En el archivo de la policía secreta checoslovaca en Praga, y bajo la sigla en checo STB, se encuentra el expediente de Walter Ader con su nombre en clave y fecha de nacimiento, lo que demuestra su indiscutible enrolamiento como espía en Chile.
El registro que data de 1968 reveló que durante residencia operativa en Santiago de Chile. el ajedrecista suministraba informes regulares a los agentes de la policía secreta checoslovaca que se encontraban en nuestro país.
«Ader fue editor de una revista de ajedrez en Chile y tenía extensos vínculos en el mundo del periodismo y especialmente en el ambiente del ajedrez nacional, incluye colaboraciones con la prestigiosa revista infantil Mampato. Este hecho no menor le daba un margen amplio para obtener informes privilegiados», destacó Meyer en su artículo.
Asimismo, recordó que «hombres conspicuos como la familia Alessandri, el patriarca, caudillo y presidente de Chile, Arturo Alessandri Palma, mecenas declarado y ajedrecista furibundo, así como el escritor Braulio Arenas y Radomiro Tomic, candidato a Presidente de Chile por nombrar algunos, frecuentaban en su tiempo el Club de Ajedrez Chile en Santiago», por lo que no es de extrañar que el maestro Ader «muy querido en el ambiente se moviera con total libertad para obtener información crítica y sensible, útil a los intereses checoslovacos en Chile».
El ajedrecista reunía un requisito primordial para un informante de la STB: la opacidad de no ser una figura pública con compromiso mediático.
«Incluso otros ajedrecistas en su tiempo acapararon la atención de la prensa como es el caso de Rodrigo Flores, Rene Letelier y Juvenal Canobra. Sobradas razones entonces para no despertar sospechas de este peculiar trabajo desempeñado en paralelo a su larga y dilatada carrera ajedrecística», concluyó Ewald Meyer.