Durante la tarde del pasado lunes, Donald Trump inició sus reformas en la administración de la Casa Blanca. Trump, quien se convirtió en el 47° Presidente de Estados Unidos siendo electo por segunda vez tras vencer en las elecciones presidenciales a Kamala Harris, decidió indultar a más de 1.500 “agitadores” que fueron parte del asalto al Capitolio ocurrido hace poco más de cuatro años.
La proclamación firmada por el mandatario otorga un indulto “total, completo e incondicional” a todos los condenados e infractores de la ley estadounidense. Entre los beneficiados por los indultos se encuentran líderes de grupos extremistas y adherentes a Trump, como los Proud Boys y los Oath Keepers.
Trump describió a los indultados como «rehenes» y expresó su deseo de que fueran liberados rápidamente. Esta acción marca el cierre de una extensa investigación judicial, considerada como una de las más significativas en la historia del Departamento de Justicia de Estados Unidos.
En tanto, horas después de asumir como mandatario, Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas destinadas a desmantelar políticas implementadas por su predecesor, Joe Biden. Estas acciones incluyeron la derrogación de medidas relacionadas con la equidad racial y la discriminación por identidad de género, así como la retirada de Estados Unidos de acuerdos climáticos internacionales como el Acuerdo de París. Además, declaró una emergencia nacional en la frontera con México.
De igual forma, ante consultas sobre su eventual diplomacia con los países latinoamericanos, el Presidente estadounidense afirmó que “ellos nos necesitan mucho más que nosotros a ellos. Nosotros no los necesitamos a ellos”.
También, afirmó su posición insistente en tomar control del Canal de Panamá que fue transferido a dicho país durante 1999, dejando en claro que enviará al ejército a la frontera sur para frenar la inmigración ilegal.