A partir del 25 de julio se podrá visitar en el Museo Nacional de Bellas Artes la exposición La Encomienda en Chile, muestra que reúne el trabajo de doce reconocidos fotógrafos peruanos, en una propuesta que intenta manifestar un nuevo sentido de representación del arte peruano contemporáneo. La obra fotográfica de Aisha Asconiga, Luis Martín Bogdanovich, Sergio Fernández, Nicole Franchy, Christian Fuchs, Fernando Gutiérrez, Felipe Llona, José Carlos Orrillo, Fernando Otero, Cecilia Paredes, Macarena Rojas y Hans Stoll, poblará el ala sur del primer piso del MNBA hasta el 31 de agosto de este año. El jueves 24 de julio a las 12.00 horas en el Salón José Miguel Blanco se realizará la presentación del libro Guardianes de José Carlos Orillo, uno de los expositores, junto a una Mesa Redonda en la que participarán algunos de los artistas presentes la muestra.
Elementos urbanos, arquitectónicos, históricos y antropológicos, retratos, crítica social y el cuerpo humano como soporte aparecen en este gran abanico de posibilidades que ofrece LaEncomienda en Chile, un proyecto que nace en Lima, Perú, en 2012 y que hoy llega a nuestro país en forma de exposición, curada porErnesto Muñoz y presentada por el Museo Nacional de Bellas Artes con el apoyo de la Embajada de Perú en Chile. En ella, doce exponentes del arte fotográfico del país vecino, a través de diferentes propuestas y motivaciones, nos presentan el escenario y la identidad de la fotografía peruana actual.
Para el curador de la muestra, La Encomienda “se instala como testigo de la historia del Perú abandonando esa lejanía de lo exótico y entra a presentar una aproximación de lo latinoamericano, construyendo una exposición donde los cimientos de la cultura se trasladan a una mirada donde se amplía su sentido estético histórico y antropológico, conformando nexos entre los expositores y hacia los espectadores; convirtiéndose en una composición abstracta, un vaivén entre lo conocido, lo nuevo y lo ajeno”.
Sergio Fernández presenta una serie fotográfica donde registra arquitecturas abandonadas en los desiertos periféricos de Lima, mostrando una deteriorada visión de la urbe en escenarios rurales. Su obra se estructura en base a una importante presencia geométrica y de elementos paisajistas y arquitectónicos. Estos elementos de identidad peruana construyen un matiz donde se amplía el sentido estético, histórico y antropológico del Perú. En la obra de Cecilia Paredes descubrimos el tema de la migración y pertenencia, especialmente relacionados con el poder de la naturaleza y lo femenino mediante fotoperformances, donde el cuerpo es el principal soporte. La artista trabaja el concepto de que nuestras diferencias también nos unen. Utiliza la astucia de la mujer para construir su imaginario y para proponer creativas ideas a problemas que nos afectan a todos.
Hans Stoll por su parte construye imágenes austeras y de limpieza formal valiéndose de su impecable manejo de la luz y capacidad de composición. En su obra, Stoll investiga los comportamientos humanos frente al crecimiento desmedido de las ciudades latinoamericanas donde su registro está centrado en el paisaje urbano, su crecimiento y transformación. En otro ámbito, Christian Fuchs nos habla del paso del tiempo en su serie de autorretratos, a partir de los cuales plantea interrogantes sobre la construcción del discurso histórico. Esta serie de autorretratos en los que se apropia de la identidad de sus antepasados para convertirse en ellos, toma como referencia retratos originales de diferentes épocas.
La obra de Luis Martín Bogdanovich surge de la indagación filosófica sobre el origen de la idea de lo sublime. En sus fotografías, el personaje observa lo que el artífice quiere, y el espectador de la obra contempla, siente y experimenta lo que el personaje observa al interior del cuadro. Mientras, José Carlos Orrillo propone una visión interior de las huacas que pueblan el paisaje peruano, revelando en sus fotografías a los espíritus guardianes que las custodian. Su obra “Guardianes”, libro que será presentado en el marco de esta exposición, muestra un recorrido fotográfico esencial por diferentes espacios sagrados de la costa y sierra peruana, aprehendidos bajo una óptica personal.
La estética del consumo se hace presente en el trabajo de Aisha Asconiga, que problematiza los parámetros de belleza en la cultura occidental desde una mirada femenina, utilizando materiales que provienen o aluden al universo relativo a la mujer. La artista realiza un estudio de identidad al tomar el discurso de la mujer peruana tratada como canon de perfección. Por otro lado, Felipe Llona busca situar al espectador en el contexto de la ciudad y cómo ésta dialoga con su entorno, jugando con la realidad y la distorsión. Juega con la urbe contemporánea a través de reflejos que se nutren entre ellos. Su obra busca visualizar el espacio contenido, encontrar la sustancia del vacío y su relación con lo que lo delimita.
La obra de Fernando Otero es una colección de fotografías grupales de mediados del siglo XX en el Perú que dan una visión de distintas facciones del pasado cercano de la sociedad peruana. Hace de recolector patrimonial, de curador de historias, tanto internas como externas. A diferencia del fotógrafo quien da testimonio de su presente, él reconstruye una posible idea o la voz de una obsesión.
Mientras tanto, Macarena Rojas crea composiciones a partir de texturas y tramas visuales que encuentra en objetos cotidianos; sus fotografías tienen una estética caracterizada por la sutileza de una mirada femenina, contrastada con las asperezas de la ciudad y el paisaje.
Otra mujer, Nicole Franchy, nos plantea la posibilidad de convivencia entre espacios con culturas muy diversas y, al mismo tiempo, muestra los quiebres que las separan, recreando ficciones en una amalgama de edificios, construcciones y paisajes naturales. Mediante el fotomontaje la artista une en una fotografía lugares diferentes para que el espectador pueda visitarlos en una mirada. Es una segunda mirada al quiebre social debido a la migración interna hacia la ciudad de Lima.
Y por último, el trabajo de Fernando Gutiérrez (Huanchaco), utiliza el cómic como referente fundamental en su propuesta creativa y lo combina con elementos propios de la cultura popular peruana. El artista demuestra que la cultura peruana y chilena están unidas intrínsecamente desde sus inicios, por sus sueños y sus heridas. Esta idea hace que nos veamos reflejados, mucho más cercanos de lo que creíamos.