Arte, barro y patrimonio cultural: “Huellas” deslumbra en París con canto mapuche y danza en arcilla
El medio francés Libération, reconocido diario que se edita en París, destacó la obra “Huellas”, dirigida por Olivier Meyrou. La propuesta, interpretada por dos acróbatas sobre una inmensa alfombra de arcilla, combina una coreografía salvaje y tierna que asombra por su fisicalidad y conexión con la Tierra.
La obra presenta una innovadora puesta en escena donde, según Libération, “dos acróbatas se zambullen con entusiasmo en una alfombra de arcilla. Es un lugar de la Tierra tan conocido como tan obvio de proeza”, comenta Fernando González Bahamóndez, quien resalta la participación de Matías Pilet Bustamante, franco-chileno, de ascendencia mapuche de Angol, figura clave en esta creación artística.
González Bahamóndez es de Punta Arenas, Patagonia chilena, acróbata originario de la Patagonia chilena, cuya presencia aporta un vínculo simbólico con el barro patagónico. La obra también incluye la participación de Karen Wenvl, quien con su canto en mapudungun interpreta piezas que conectan el patrimonio cultural de América Latina con resonancias universales, mientras el guitarrista andaluz, Daniel Barba Moreno, completa la experiencia sonora.
“Huellas” encuentra inspiración en un yacimiento del Paleolítico normando, donde se han descubierto huellas humanas de hasta 80 mil años de antigüedad. Este simbolismo histórico se traduce en una danza colectiva que evoca un vínculo entre pasado y presente, reinterpretando la arqueología desde el arte.
ArtCena también destacó la obra: “En los orígenes de la humanidad. Es con el sonido de un tambor mapuche (kultrun), con su martilleo intensivo, acompañado de una canción inquietante con un carácter encantante, que comienza el espectáculo. Como un regreso al pasado que está anclado en esta región de América Latina, entre Chile y Argentina, donde vivió este pueblo indígena llamada «gente de la tierra». Estas músicas de la Patagonia son parte de la herencia de Fernando González Bahamóndez, el hombre «prehistórico» que apareció por primera vez, pero también podrían vincularse a otras sociedades de cazadores-recolectores, las tribus indias de América del Norte, por ejemplo”.
Agrega el medio francés especializado en arte: “Lo que importa es la distancia en el pasado, y los dos acróbatas presentes en escena nos repetirán, en un atajo muy explícito, una historia de la humanidad ya conocida: la adquisición de la posición de pie y del bipedalismo, el contacto con los demás…”
Desde su estreno en 2022, la obra ha recorrido escenarios como el Festival de Primavera de Colmar y los Campos Elíseos, exportándose también hacia América Latina. Los artistas literalmente patinan sobre la arcilla, creando un espectáculo que combina movimiento, historia y conexión con la naturaleza.
El canto en mapuzungun
Un momento destacado de la obra es el canto en mapuzungun, interpretado por Karen Wenvl, cantante mapuche con 23 años de trayectoria. Wenvl ha dedicado su carrera a promover el patrimonio musical y lingüístico mapuche, llevando sus canciones e historias a escenarios en Chile, España y Francia. Además, colabora en proyectos de revitalización lingüística junto a comunidades que preservan idiomas como el euskera y el bretón.
Wenul, licenciada en Arte con mención en Canto Lírico y musicoterapeuta, ha desarrollado el Método Choyün, un sistema educativo que busca revitalizar las lenguas maternas a través de la música. Ha sido directora de diversos grupos corales, promoviendo la interculturalidad y la inclusión a través de la palabra hecha melodía.
En palabras de los directores Olivier Meyrou y Matías Pilet, “Huellas” no improvisa; construye un movimiento vinculado a las resonancias del pasado y del presente, mostrando cómo el arte puede ser un puente entre culturas y generaciones.