Desde la Casa Blanca, un día después de su asunción, el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció Stargate, un proyecto de desarrollo de sistemas de Inteligencia Artificial General (AGI, por sus siglas en inglés), con el objetivo de profundizar el liderazgo estadounidense en tecnologías de vanguardia.
“Estamos empezando con una tremenda inversión en nuestro país a niveles que nadie había visto antes”, dijo Trump acompañado por el representante de SoftBank, Masayoshi Son; el cofundador de Oracle, Larry Ellison, y el propio Sam Altman. El presidente agregó que se trata del “mayor proyecto de infraestructura de inteligencia artificial, con diferencia, de la historia”, lo que considera “una rotunda declaración de confianza en el potencial de Estados Unidos”. El proyecto involucra una inversion de 500.000 millones de dólares y promete 100 mil empleos.
Elon Musk no se demoró en mostrar descontento por la medida. Inmediatamente, el hombre más rico del mundo y asesor cercano de Trump, puso en duda las posibilidades de inversión tecnológica en su propia red social X: “No tienen el dinero”, en respuesta a la publicación de OpenAI sobre el anuncio. “SoftBank tiene bastante menos de 10.000 millones de dólares asegurados. Lo sé de buena fuente”, añadió. Sam Altman, CEO de OpenAI, respondió: “Falso, como usted seguramente sabe”, “¿Quiere venir a visitar el primer sitio ya en marcha?”.
El anuncio de Stargate se dió un día después de la asunción de Trump. Allí los CEOS de las principales empresas tecnológicas del mundo tuvieron su lugar en primera fila. Curiosamente los hombres más ricos del mundo.
¿Qué es Stargate?
Stargate promete la construcción de centros de datos de alto rendimiento para el desarrollo y aplicación de sistemas de IA que le permitan recuperar a Estados Unidos la vanguardia en innovación y mejores condiciones para la competencia global.
El plan anunciado consta de una serie de etapas. La inversión inicial será de 100.000 millones de dólares hasta llegar a 500.000 millones de dólares al finalizar los cuatro años del segundo mandato de Trump.
Tres empresas privadas como OpenAI, Oracle y SoftBank están detrás del proyecto. SoftBank será la encargada de asumir las operaciones financieras y su director ejecutivo, Masayoshi Son será el presidente del proyecto. OpenAI asumirá la responsabilidad operativa, tomando la experiencia de ChatGPT. Finalmente, Oracle se encuentra actualmente construyendo el primer centro de datos en Texas. Además de estas empresas, Stargate cuenta con la particiapción de Nvidia y Microsoft.
¿Cuáles son las promesas a corto y mediano plazo?
La principal promesa tiene que ver con la revitalización económica que busca Estados Unidos. Este proyecto se inscribe en el tan conocido programa «America First» de Donald Trump, por ello una de las promesas más importantes es la creación de 100.000 puestos de trabajo vinculados a IA.
La pregunta es cómo van a cubrir una demanda laboral en un área que necesita habilidades específicas. Probablemente se requiera programas educativos especiales, transferencia de los llamados «talentos» de un sector a otro y, lo que no se dice, captura de profesionales altamente calificados de otras latitudes, principalmente del sur global, lo que garantiza condiciones laborales más precarizadas. Este «subsidio» del sur al norte exacerba las relaciones de dependencia.
Asimismo, el proyecto cuenta con enormes desafíos en cuanto a lo financiero y lo energético. Respecto a lo financiero, dado que SoftBank depende en gran medida de la deuda, empiezan a aparecer preguntas sobre cómo este modelo de financiación afectará la estabilidad financiera a largo plazo (Forbes 2025). Por otro lado, la demanda energética que requieren los centros de datos deja en suspenso los interrogantes sobre cómo piensan enfrentar tal situación.
¿Por qué nos tiene que importar a los latinoamericanos?
Los centros de datos son la base del mundo digital. Stargate proyecta construir cinco centros de entrenamiento de IA con una demanda proyectada de 5 GW de potencia eléctrica por cada centro (Econojournal, 2025)
Sin embargo, los centros de datos son enormes consumidores de energía. Algunas estimaciones sugieren que por sí solos podrían representar el 20% de la demanda mundial de electricidad para fines de la década (Forbes, 2024), mientras que el consumo energético de datacenters para IA, podría representar al menos 10% del consumo de electricidad estadounidense para el 2030 (Econojournal, 2025).
Los detalles técnicos sobre la estructuración de estos mega centros de entrenamiento de IA son escasos, pero un reporte publicado por el sitio especializado en tecnología The Information indica que cada centro de Stargate demandará una potencia eléctrica de 5.000 MW. Al 2028, la demanda final de los cinco centros será de 25 GW (Econojournal, 2025).
Asimismo, un reporte de la consultora McKinsey indica que la demanda de energía de los centros de datos en los Estados Unidos se multiplicará por cuatro, pasando de 147 TWh en 2023 a 606 TWh en 2030. Los datacenters pasarían de representar un 3,7% de la demanda eléctrica total en 2023 a un 11,7% en 2030 (Econojournal, 2025).
Para dar respuesta a la situación, las Bigtech están buscando soluciones energéticas alternativas como el caso de la energía nuclear, que ya está siendo explorada por diversas firmas como Amazon Web Services. También Microsoft, Meta y Google están buscando respuestas en la energía nuclear como opción a mediano y largo plazo.
Gobiernos como el de Milei en Argentina intentan responder a esta demanda con planes específicos como el Plan Nuclear Argentino, anunciado el pasado diciembre, y que ha dejado muchas preguntas en suspenso respecto a las condiciones de intercambio en las que se van a habilitar ingentes recursos.
Lo mismo ocurre con el consumo de agua, un bien social vital que estos sistemas requieren para garantizar condiciones de enfriamiento. Milei está interesado en que la Patagonia, por su extensión y clima frío, sea el territorio donde se asienten los proyectos de desarrollo de IA de las grandes tecnológicas globales.
Las consecuencias históricas de la alineación entre el colonialismo digital, por parte de corporaciones y estados imperiales, y la reconfiguración del colonialismo interno en América Latina, pueden ser alarmantes. Las decisiones sobre la construcción de centros de datos, consumo de energía y agua y el desarrollo de una fuerza laboral especializada, más que poner a prueba la estructura actual, darán forma a la infraestructura digital del futuro y las relaciones que pueden llegar a gestarse.
Competencia global
En las últimas décadas China ha invertido grandes sumas de dinero para consagrarse en la vanguardia del conocimiento estratégico y particularmente en IA, estableciendo ambiciosos planes para convertirse en líder mundial para 2030. El gigante asiático ha superado a Estados Unidos en cuanto a solicitudes de patentes de IA y sigue realizando poderosas inversiones en investigación e infraestructura.
Stargate representa el manotazo de Estados Unidos para mantener su ventaja competitiva en materia tecnológica, pero también en el plano estratégico; es decir, lo que norteamérica busca no sólo es innovación sino principalmente garantizar su seguridad nacional y fortaleza económica. Ambos indicadores terminan siendo la muestra más evidente del declive hegemónico que atraviesa el proyecto angloamericano.
De la misma forma con que DARPA encabezó tecnologías transformadoras como Internet en la década de los años 80, Stargate tiene como objetivo sentar las bases para el liderazgo a largo plazo de Estados Unidos en IA y del manejo de las tecnologías que van a dar forma al siglo XXI.
En efecto, Stargate buscará garantizar que Estados Unidos siga siendo el epicentro de la revolución tecnológica. En última instancia, ganar la carrera de la IA tiene que ver con la influencia geopolítica y el avance de las capacidades tecnológicas necesarias para atravesar esta nueva fase del capitalismo; y donde la aristocracia tecnológica y la utopía tecnooptimista pujan tenazmente por reanimar un mito extinto. Nada más esteril que eso, ya decía el intelectual peruano Mariátegui.
Betiana Vargas es Magíster en Ciencias Sociales (FLACSO, Argentina); Doctoranda en Estudios del Desarrollo (UAZ, México) y Becaria del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONAHCYT, México). Licenciada en Psicopedagogía (UNRC, Argentina); Especialista en Educación y Nuevas Tecnologías (FLACSO, Argentina); Diplomada en Anticipación Estratégica y Gestión de Riesgos (UNDEF, Argentina) y en Feminismos Comunitarios, Campesinos y Populares en Abya Yala (UNJu, Argentina). Redes sociales: betiana_vargas_
Foto: Redes
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