El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones de los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Max Cancino, dictó sentencia de primera instancia contra un ex integrante de la Armada, condenado como autor del homicidio de Ramón Donato Navia Martínez, dirigente comunista y trabajador de la construcción. El crimen ocurrió en octubre de 1973, en la Base Aeronaval de El Belloto, Quilpué.
El fallo condenó al sargento segundo en retiro, Guillermo Retamales Ruiz, a 10 años y un día de prisión como autor del homicidio calificado, mientras que el ex capitán de navío, Germán Patricio Valdivia Keller, fue absuelto del cargo de secuestro calificado. La defensa de los imputados había solicitado la aplicación de amnistía y prescripción, pero el tribunal rechazó estos argumentos.
La abogada querellante Carolina Vega, del Estudio Jurídico Caucoto Abogados, destacó la importancia del fallo que la familia de la víctima, señalando que, aunque representa un avance tras más de 50 años.
«El fallo dictado por el Ministro Max Cancino Cancino es un hito significativo para la familia, en cuanto se ha condenado al responsable por el secuestro y homicidio de Ramón Donato Navia Martínez, víctima y padre del querellante. Este fallo es un avance significativo para la familia, pues tras más de 50 años han tenido un pronunciamiento por parte de la justicia. Sin embargo, esto no es suficiente, aún hay un largo camino por el cual transitar en busca de verdad, justicia y reparación”, señaló la abogada.
Además, Vega agregó que “el Estado y el poder judicial tienen un deber con los familiares de las víctimas, el cual hasta el momento no se ha cumplido a cabalidad.»
Los hechos
La investigación determinó que en la Base Aeronaval de El Belloto operaba el Servicio de Inteligencia Ancla II, una unidad represiva de la Aviación Naval encargada de detener, interrogar y torturar a opositores políticos.
El 14 de octubre de 1973, Ramón Navia Martínez, de 54 años, fue detenido en su domicilio en Quilpué por efectivos de la Armada, sin orden judicial. Fue trasladado a la base, donde fue encerrado en un área conocida como «la piscina» o «el hoyo», un recinto improvisado para la detención de civiles.
Allí, agentes del Servicio de Inteligencia lo interrogaron y torturaron para obtener información sobre armas y otros militantes. En la madrugada del 15 de octubre de 1973, un funcionario de la unidad de inteligencia, que también ejercía funciones de guardia, le disparó con un fusil M1, provocando su muerte, bajo el pretexto de una supuesta fuga.
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