Hassan Barak, un nadador por los derechos humanos

Nelson Mandela solía decir «el deporte tiene el poder de cambiar el mundo, de inspirar, de unir a la gente de una manera que pocas otras cosas consiguen»

Hassan Barak, un nadador por los derechos humanos

Autor: CVN
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Nelson Mandela solía decir «el deporte tiene el poder de cambiar el mundo, de inspirar, de unir a la gente de una manera que pocas otras cosas consiguen». Es en esta frase en la que se ha inspirado el joven marroquí de 26 años, Hassan Barak, para llevar a cabo el desafío al que está dedicando sudor y lágrimas: unir los cinco continentes a nado.

Hace ya un año -el 25 de julio de 2103- que este amante del deporte de Tetuán consiguió cruzar los 16.6 kilómetros del Estrecho de Gibraltar que separa África de Europa. Fue tras cumplir ese reto para el que se llevaba preparando muchos años cuando decidió unir los cinco continentes a nado. Su intención es demostrar a la humanidad que «los continentes son, al fin y al cabo, uno solo» y que «si un hombre puede unir los cinco continentes a nado, todos somos hermanos y estamos más estrechamente unidos de los que pensamos».

Este domingo 20 de julio, Hassan Baraka, dio un paso más hacía su solidario objetivo. Consiguió cruzar a nado el Estrecho del Bósforo que une el Mar de Negro con el Mar de Mármara en Turquía y por tanto unir Europa con Asia en tan solo 56 minutos.

La siguiente etapa que le acerca más a la meta tendrá lugar durante el mes de agosto, si las condiciones meteorológicas no se lo impiden. Como el mismo explica, «el estrecho no se cruza, se deja de cruzar», un dicho que usan los nadadores de aguas abierta para hacer referencia al vínculo tan delgado que existe entre la natación y las imposiciones climáticas.

El nuevo reto consistirá en nadar desde la isla de Little Diomede en Alaska a la isla de Big Diomede en Rusia, un baño de 6 kilómetros en aguas a temperaturas entre cero y cuatro grados. Sin duda, no es una apuesta fácil. El nadador marroquí criado en España, sabe que le costará adaptarse a un frío al que no está acostumbrado. Por eso ha entrenado en el lago Baikai de Siberia a seis grados, aunque eso no es suficiente. Necesitará hacerse un poco más a las aguas heladas y llevar un neopreno oportuno.

En septiembre de 2014 abordará los 20 kilómetros que distancian Asia de Oceanía y en octubre, se dispondrá a alcanzar su última etapa y por tanto cumplir un sueño. Hassan Baraka viajará al Mar Rojo para nadar desde Egipto en África, a Arabia Saudi, Asia, la más larga de sus apuestas, un viaje de aproximadamente 25 kilómetros. En todas sus travesías, el deportista va guiado por un barco piloto y custodiado por una zodiac.

«Quiero demostrar que todos somos hermanos, llevar la imagen de Marruecos a los cinco continentes y concienciar a la gente del gran peligro que supone la contaminación marina. Esos son los valores que me impulsan a cumplir este desafío», afirma el nadador patrocinado por empresas privadas y por la princesa Lalla Hasnaa, presidente de la Fundación Mohamed VI por la protección del medio ambiente.

Por Rebeca Hortigüela/ElMundo


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