Los líderes árabes se reunieron en El Cairo para presentar una contrapropuesta al polémico plan de reconstrucción de Gaza propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha causado una fuerte reacción en la región. La iniciativa, respaldada por países clave como Egipto, Qatar, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, busca una solución integral para la reconstrucción de la Franja de Gaza, con un presupuesto estimado de 53.000 millones de dólares, sin la necesidad de desalojar a su población.
Véase también: Crisis en Gaza: Hamás advierte sobre hambruna y sufrimiento extremo debido al bloqueo israelí
El presidente egipcio, Abdel Fatah el Sisi, anfitrión de la cumbre, destacó que el plan busca ofrecer un futuro sostenible para Gaza, basado en el consenso árabe y en el apoyo de la población palestina. Los asistentes a la reunión también incluyeron al secretario general de la ONU, António Guterres, quien reafirmó el compromiso de la organización con la paz en la región.
La contrapropuesta árabe difiere radicalmente del plan estadounidense, que sugería la reubicación de los palestinos de Gaza y la transformación del territorio en un centro turístico de lujo. Este último fue rechazado tanto por los palestinos como por la mayoría de los países árabes, que lo consideran una violación del derecho internacional.
El plan árabe, presentado en un borrador de 112 páginas, tiene como objetivo reconstruir Gaza en un plazo de cinco años, sin forzar el desalojo de su población. En su primera fase, se contemplaría la retirada de municiones sin detonar y la limpieza de los escombros dejados por los intensos bombardeos. Además, se construirían viviendas temporales para los desplazados, utilizando los escombros reciclados para crear nuevos terrenos.
En las siguientes fases, se prevé la creación de un entorno urbano renovado, con viviendas sostenibles, energías renovables, zonas agrícolas revitalizadas y una industria moderna. Además, el plan incluye la creación de un puerto pesquero, un puerto comercial y un aeropuerto, elementos que formaban parte de los acuerdos de paz de Oslo en los años 90, pero que nunca se materializaron debido al colapso del proceso de paz.
El plan también plantea un cambio político dentro de Gaza, con la creación de una administración interina de independientes hasta que una Autoridad Palestina reformada asuma el control. Sin embargo, esta propuesta ha sido rechazada por Israel, que insiste en el desarme de Hamas y en mantener un control ilimitado sobre la seguridad en Gaza.
Hamas, el grupo militante que controla Gaza, ha rechazado cualquier intervención externa en la reconstrucción del territorio. A través de su portavoz, Hazem Qassem, el grupo dejó claro que cualquier acuerdo debe ser logrado mediante un consenso palestino y sin la participación de actores internacionales.
«Facilitaremos el proceso, pero no seremos un obstáculo para un acuerdo alcanzado por consenso»
Hazem Qassem
Portavoz de Hamas
Por su parte, la comunidad internacional continúa dividida en torno al futuro de Gaza. Mientras que Estados Unidos apoya el plan de Trump, los países árabes y muchas organizaciones de derechos humanos rechazan cualquier intento de reubicación forzosa de los palestinos, considerando que esto constituiría una violación de sus derechos fundamentales.
La guerra en Gaza ha dejado un saldo devastador, con más de 48.000 palestinos muertos y miles de heridos. La destrucción de infraestructuras clave, como hospitales y escuelas, ha dejado a la población en condiciones de extrema necesidad. A pesar del alto el fuego, la situación sigue siendo incierta, y la comunidad internacional observa con cautela el desarrollo de los eventos en la región.
En un contexto tan delicado, la propuesta árabe busca ofrecer una alternativa viable para la reconstrucción de Gaza, pero el camino hacia una paz duradera sigue siendo incierto.
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