Las deudas de Colonia Dignidad: La historia de un excolono adoptado irregularmente por miembros de Villa Baviera

El pasado miércoles, y como parte del Plan Nacional de Búsqueda anunciado por el Gobierno, se confirmó la expropiación de los terrenos de “Villa Baviera”, más conocida como Colonia Dignidad. Sin embargo, muchos niños y niñas fueron adoptados irregularmente y dados por muertos por sus familias biológicas, mientras eran obligados a trabajar sin descanso. Aquí la historia de Rafael Labrín, un excolono que tras años años de búsqueda, encontró a su verdadera madre.

Las deudas de Colonia Dignidad: La historia de un excolono adoptado irregularmente por miembros de Villa Baviera

Autor: Marcel San Martín

La expropiación de Colonia Dignidad contempla 116,8 hectáreas del terreno en la comuna de Parral, y que fue declarado Monumento Histórico en 2016. Específicamente, los edificios que fueron utilizados como centro de tortura y maltrato. Sin embargo, esta decisión causó la molestia de algunos de los colonos y ex colonos que aún viven en el territorio ahora bautizado como “Villa Baviera”.

Algunos de ellos, fueron adoptados de forma ilegal por los colonos y dados por muertos a sus padres biológicos. Muchos habitaron los terrenos de la Colonia e incluso fueron obligados a trabajar desde temprana edad en condiciones inhumanas sin recibir nada a cambio. Hasta la fecha, estos excolonos siguen esperando que el Gobierno intervenga y exija el pago de los sueldos que les corresponden por más de 30 años. Uno de estos excolonos, es Rafael Labrín.

Rafael es una persona muy tímida y habla español con mucha dificultad. Accedió a contar su testimonio en conversación con el Equipo de Investigación de El Ciudadano, sin embargo, la entrevista tuvo que ser asistida por su abogado Winfried Hempel como traductor. 

Una vez que se sintió en confianza, fue capaz de compartir su relato.

Su madre vivía en las cercanías de los terrenos de Colonia Dignidad. Tras un complicado embarazo, recibió asistencia de sus vecinos de la Colonia, quienes le arrebataron a su hijo y lo adoptaron como propio. Su madre intentó recuperarlo en varias oportunidades, sin embargo, los seguidores de Paul Shefer le informaron que su hijo había muerto.

Esa fue la última vez que ella lo vió.

La verdad es que Rafael ya no existía realmente. Los miembros de Colonia Dignidad, adulteraron su acta de nacimiento y fingieron su muerte para bautizarlo como Dieter Scholz. A temprana edad fue obligado a trabajar en extensas jornadas de sol a sol, en la mantención de los cultivos de la Colonia, sin recibir un solo peso por su trabajo. Durante este periodo, fue víctima de maltratos y evidenció de primera fuente, los horrores de Colonia Dignidad.

“Antes de Paul Schäfer, estábamos sin sueldo. Noche, día, en todos lados trabajamos nosotros. Sábado, domingo. El fin de semana en Bulnes y ellos no nos pagaban ningún peso”, cuenta Rafael.

Al igual que muchos otros excolonos, Labrín, no pudo romper lazos con la Colonia hasta mucho tiempo después. Tras el arresto en Argentina de Paul Schäfer, recibió por primera vez su carnet de vacunación. Sin embargo, en la casilla donde debía ir su nombre, se leía Rafael Labrín Labrín.

En ese momento, supo que había sido uno de los niños secuestrados por Colonia Dignidad.

Carnet de vacunación de Rafael Labrin

Luego de estar varios años en la mira del ministro del Interior de Michelle Bachelet, Belisario Velasco, los altos mandos de la comunidad, se vieron obligados a regularizar la situación laboral de los colonos que trabajan en la villa. Según Rafael, en ese momento fue obligado a firmar un contrato, llevar un libro de asistencia y le prometieron que recibiría un sueldo. No obstante, esto nunca pasó.

“Estaba la jefa en la oficina  y estaba todo separado en una bolsa. Lo separaba ella al tiro. Ese es para agua, ese para luz, ese es para ropa, comida y al final el sueldo (…) Cuando empezó a llegar la inspección del trabajo, todos corriendo a la oficina y nos decían -¿ah. no quieres firmar? pa’ abajo-”, relató Rafael.

El último hilo que lo mantenía unido a la Colonia era una pequeña habitación que mantenía, en donde hoy se emplaza el Hotel Villa Baviera. Pero, en 2011 fue expulsado por los dueños de la Colonia. Por recomendación de su abogado, reunió el valor para presentar una denuncia por violación de morada en la Fiscalía, que finalmente no llegó a nada. Tras este suceso, Labrín rompió finalmente todos sus lazos con la Colonia.

Sin saber qué hacer, trabajó de obrero, maquinista y garzón. Durante todo ese tiempo no dejó de buscar a su familia. No fue hasta que recibió una llamada de un excolono quien le informó el paradero de su madre.

“Lloraba mi mamá, Lloraba. Ella decía “yo pensé que usted estaba muerto». Después llegaron mis otros hermano, tengo siete hermanos más.  Me abrazaban también,  con hartas lágrimas en la cara, me abrazó fuerte. Un buen momento ese y con más 30 años ¿cachái?”, dijo emocionado.

Actualmente, Rafael Labrín adoptó su verdadero nombre y vive hace 8 años con su familia biológica en la comuna de Parral. No ha sido fácil, él junto con los otros ex colonos, víctimas de adopciones ilegales, celebraron la decisión de expropiar los terrenos. Sin embargo, aún siguen esperando que el Estado les conceda una reunión para llegar a un acuerdo de reparación. Muchos de ellos, solo esperan recibir el pago de sus sueldos por más de 30 años de trabajo.

Para Rafael, la expropiación de los terrenos de Colonia Dignidad, no es suficiente.


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