La crítica vacía de Anaya sobre los aranceles

Ricardo Anaya Cortés, coordinador del Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado, no dejó pasar la oportunidad de atacar al gobierno de Claudia Sheinbaum, en este caso relacionado con el tema de los aranceles impuestos por Estados Unidos. En su intervención, Anaya denunció que el gobierno mexicano miente respecto a la suspensión de los aranceles, asegurando que solo se ha logrado una «pausa parcial» y no la suspensión total como se ha dicho en diversos foros.

Véase también: México mantendrá negociaciones ante aranceles de EE.UU.; no habrá represalias inmediatas: Sheinbaum

Anaya ha señalado que la pausa arancelaria solo aplica a las exportaciones amparadas por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), dejando fuera el 51% restante. Sin embargo, lo que no menciona es que la dinámica de negociaciones y acuerdos comerciales internacionales es compleja y no se resuelve con simples promesas ni con discursos alarmistas. En lugar de contribuir a una solución efectiva, Anaya parece aferrarse a una retórica que solo incrementa la polarización y dificulta los esfuerzos para encontrar un terreno común.

Si bien la postura crítica de Anaya puede resultar atractiva para ciertos sectores de la población el ex candidato presidencial se ha dedicado a señalar lo que no se ha logrado, pero en ningún momento ha presentado un plan alternativo que logre resolver la situación arancelaria de manera efectiva. De hecho, la bancada del PAN sigue pidiendo una reunión interparlamentaria con legisladores estadounidenses, pero hasta ahora no se ha logrado avanzar en ningún tipo de acción concreta. Es fácil culpar al gobierno de no tener planes efectivos, pero mucho más difícil es demostrar que se tienen soluciones viables.

Anaya, al mismo tiempo, ha hablado de la «mentira» que según él se oculta detrás de los anuncios de suspensiones parciales, pero ¿acaso no es cierto que se ha logrado una reducción de aranceles en una parte significativa de las exportaciones? ¿No es también cierto que la situación actual está marcada por complejidades diplomáticas y que las soluciones no se dan de un día para otro? Sus palabras parecen carecer de realismo y no dejan espacio a un análisis profundo de las implicaciones del acuerdo alcanzado entre ambos países.

Además, Anaya no tiene en cuenta que los festejos del gobierno, si bien pueden parecer una manifestación de triunfo parcial, tienen un valor simbólico para el ánimo colectivo del país. Si bien es cierto que los problemas económicos y las medidas arancelarias son graves, la crítica destructiva sin reconocer avances, por pequeños que sean, solo muestra una falta de disposición para colaborar en la construcción de una narrativa positiva para el país.

No basta con criticar a quien esté en el poder; es necesario plantear alternativas reales y serias para avanzar. Es fácil señalar lo que está mal, pero mucho más difícil es construir una propuesta que logre una verdadera transformación económica, y es ahí donde Anaya ha fallado estrepitosamente.

Lo que México necesita en este momento no son críticas destructivas sin fundamento, sino unidad para superar los retos que enfrentamos. En lugar de seguir polarizando al país, como lo hacen algunos legisladores del PAN, es fundamental que todos trabajemos juntos, como lo pidió la presidenta. México debe estar unido, festejar los avances conseguidos y celebrar que hemos dejado atrás la sumisión, buscando un futuro más firme y soberano para todos los mexicanos.

Foto: El Ciudadano

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