El pueblo guantanamero, encabezado por sus principales dirigentes, rindió homenaje el pasado lunes a sus mártires con una peregrinación y un acto político-cultural en el monumento erigido a los jóvenes del Movimiento 26 de Julio, caídos el 4 de agosto de 1957 como consecuencia de la explosión accidental de una fábrica de bombas.
Con la detonación murieron en el interior de la fábrica los revolucionarios Fabio Rosell y Gustavo Fraga, luego los esbirros batistianos rematarían al herido Enrique Rodríguez y más tarde asesinarían a Jesús Martín y Abelardo Cuza, quienes acudieron al sitio del estallido en auxilio de sus compañeros.
Ubicado en las calles Aguilera entre Santa Rita y San Gregorio, el “laboratorio” llegó a desempeñar un papel protagónico en el resguardo de armas, explosivos y municiones que desde allí fueron suministrados al Ejército Rebelde y a los luchadores clandestinos de otras partes del país.
Esta recordación es una prueba más de que el pueblo cubano nunca olvidará su historia ni a sus héroes y mártires, pues los que han incurrido en ese error lamentan sus terribles consecuencias, significó en las palabras centrales Rafael Pérez Fernández, integrante del Buró Provincial del Partido.
En respeto a los caídos el 4 de agosto de 1957, esa fecha fue instituida como Día de los Mártires Guantanameros. Cada año la Asociación Hermanos Saíz en la provincia rinde tributo al hecho histórico con la celebración de la Jornada de la Canción Política.
En el acto un grupo de trabajadores destacados recibió el carné que los acredita como militantes del Partido, de manos de Odalys Fuentes y José Duvergel, integrante del Buró Provincial y primer secretario de esa organización política en el municipio de Guantánamo, respectivamente.
Fuente: Periódico Granma