El acuerdo por la explotación de litio hasta el año 2061 entre SQM y Codelco ha entrado de lleno en el escenario presidencial. La polémica alianza, que ya enfrentaba serios cuestionamientos y motivó la creación de una Comisión Investigadora en la Cámara de Diputados, ahora recibe nuevas críticas desde el mundo político: esta vez, por parte de la candidata presidencial Evelyn Matthei.
“Líder en carrera presidencial en Chile busca revisar acuerdo entre SQM y Codelco”, tituló el prestigioso medio económico Bloomberg.

“He solicitado a los parlamentarios de Chile Vamos que pidan toda la información sobre el acuerdo SQM-Codelco, con el fin de evaluar su conveniencia para el país y el desarrollo futuro de esta industria en Chile”, expresó Matthei a través de su cuenta en X (antes Twitter).
Codelco no tardó en responder, reflejando cierta preocupación. “El acuerdo de asociación entre Codelco y SQM genera gran interés porque involucra a dos de las empresas más relevantes del país en relación con un recurso natural crítico para el futuro del planeta. Sin embargo, en un contexto de alta incertidumbre y turbulencia, como directorio consideramos imperioso proteger a Codelco y evitar que el proceso en marcha se transforme en un objeto de debate político-electoral”, indicó la estatal mediante un comunicado.
El nerviosismo al interior de Codelco es vox populi. Actualmente, se encuentra en marcha una Comisión Investigadora, y han surgido denuncias de parlamentarios que acusan a Codelco de intentar interferir en su creación. A esto se suma el hecho de que existen abundantes antecedentes sobre cómo SQM habría estado negociando en ambos lados de la mesa.
“Lo que menos quiere Codelco es que el acuerdo se debata públicamente en el marco de la carrera presidencial, ya que enfrenta múltiples flancos abiertos que podrían poner en riesgo su viabilidad, incluyendo el rechazo de comunidades indígenas que han sido vulneradas por el modo en que se ha llevado adelante el proceso”, señalaron a El Ciudadano.
Desde las empresas involucradas afirman que se ha actuado con total transparencia: “Desde el anuncio, ambas compañías han dispuesto públicamente toda la información relevante, incluyendo el Memorando de Entendimiento y, más tarde, el Acuerdo de Asociación con los términos y condiciones definitivos. Los representantes de ambas empresas han asistido a múltiples instancias para explicar el acuerdo, incluyendo 12 comparecencias ante la Cámara de Diputados”, aseguraron desde Codelco.
Sin embargo, el acuerdo contiene información tarjada (ocultada) y varios puntos que lo posicionan como potencialmente perjudicial para el Estado. Uno de los aspectos más críticos es que las proyecciones económicas del negocio se realizaron con base en un precio del litio que ya no refleja la realidad actual del mercado, lo que pone en duda la validez del acuerdo y abre la puerta a su replanteamiento o definitva anulación.
“El acuerdo entre SQM y Codelco se ha convertido en una especie de sartén sin mango que hierve a gran temperatura. Los únicos que se atreven a tocarlo son Pacheco y SQM, porque ya están quemados hasta el fondo. Pero eso no significa que el resto de los tomadores de decisiones del país deban hacer lo mismo”, indicaron a El Ciudadano.
Desde Codelco destacan que la asociación ha sido aprobada sin condiciones por autoridades regulatorias de países como Bélgica, Italia, Brasil, Japón, Corea del Sur, Arabia Saudita y la Unión Europea. También avanza la revisión por parte de organismos nacionales como la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) y la Fiscalía Nacional Económica.
No obstante, aún falta la aprobación del organismo de libre competencia de China. Esto es especialmente relevante, ya que la empresa china Tianqi, actual socia de SQM, vería reducida su participación hasta un 3,3 %, según estimaciones de científicos chinos. Este cambio posicionaría a SQM en una situación privilegiada dentro de una de las reservas de litio más importantes del mundo, tanto por la calidad del recurso, cantidad de toneladas disponibles, como por los bajos costos de explotación, lo que podría afectar seriamente a sus competidores en el mundo.
Por Bruno Sommer
El Ciudadano