Al inaugurar la ampliación de la termoeléctrica en el puerto de Huasco, IIIª Región, este lunes, se reafirma el compromiso del Gobierno de asegurar la producción eléctrica a las grandes compañías del norte en desmedro de la salud de los habitantes del balneario, quienes a diario deben respirar la combustión del petcoke, peligroso material desechado en otros países.
Más toneladas de ceniza caerán a diario sobre Huasco, comuna ubicada en la costa de la región de Atacama, con la inauguración este lunes de la Unidad 3 de la termoeléctrica de AES Gener, Guacolda, que contamina dicho pueblo costero desde 1995.
Pese a que la planta termoeléctrica utiliza petcoke en su proceso productivo, fue inaugurada con bombos y platillos por el ministro de Energía, Marcelo Tokman, quien arribó en helicóptero a la zona, y la intendenta de Atacama, Viviana Ireland.
Dainiel Diaz, vecino de Huasco y dirigente social, se fue a parar solo con una bandera chilena y otra negra para protestar contra la termoeléctrica. Frente a él una barrera de más de 50 carabineros que llegaron desde Vallenar protegían la ceremonia, a la que entraron sólo unos cuantos huasquinos, encabezados por el alcalde Rodrigo Loyola (PPD).
La Unidad 3 de Guacolda es el primer proyecto que se vale de la Ley Corta II, la que para reactivar las inversiones en el sector de generación eléctrica agilizó una serie de trámites que estos proyectos debían cumplir.
La nueva chimenea de la termoeléctrica entregará 152 megawatts adicionales al Sistema Interconectado Central (SIC). Claro que más que para encender la ampolleta del farol en la esquina de su casa o mantener el televisor encendido, su destino fundamental es para las compañías mineras que operan en el norte del país.
Tokman sostuvo que “así estamos garantizando la seguridad del suministro eléctrico del país, y que hay que aprender de las lecciones del pasado, ya que hemos superado la crisis del gas”. Claro que el consumo residencial alcanza sólo el 16,2% de todo el consumo eléctrico. Si a éste sumamos el del comercio y el aparato público la cifra sube a un 30% de lo producido por el SIC, cuenta Sergio Versalovic, consultor ambiental.
Por su parte, la intendenta Ireland defendió a la termoeléctrica señalando que la empresa tiene un compromiso con la contratación de personal de la zona, prioritariamente de Huasco y de la región. Esto quedó demostrado, sostuvo la autoridad, en la resolución de calificación ambiental que aprobó el proyecto.
LOS DAÑOS DEL PETCOKE
El Petcoke utilizado por la termoeléctica Guacolda es comprado en EEUU al precio de 1 dólar la tonelada. Se trata de un material que queda después del refinado del petróleo y que contiene altas cantidades de azufré y metales pesados, como níquel y vanadio, elementos cancerígenos.
Según diversos estudios, la combustión de petcoke produce una alta emisión de anhídrido sulfuroso y material particulado respirable fino (PM 10 y el PM 2,5), que contienen los diversos componentes como el níquel, considerado cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud, y vanadio, elemento que exacerba reacciones alérgicas y daña, progresivamente, el aparato respiratorio.
La emisión de dióxido de azufre daña los cultivos agrícolas, lo que han constatado los agricultores de olivo de la zona.
Además el material particulado emitido por la planta es más liviano que el aire, por lo que permanece más tiempo en el aire, lo que prolonga sus efectos para quienes lo respiran en Huasco, además de que es transportado por el viento a grandes distancias.
La exposición de seres humanos al níquel puede provocar dermatitis, sinusitis, anosmia, asma, cáncer nasal y broncopulmonar; en tanto que la exposición a concentraciones de vanadio provoca tos, bronquitis, neumonía, carcinoma broncopulmonar, alteración de los procesos metabólicos entre otras dolencias.
Diaz cuenta que “entre los niños se dan muchos problemas respiratorios y alergias, además de que desde que se instaló la planta ha habido muchas muertes por cáncer a las tiroides y de pulmones entre nuestros vecinos”.
Diaz se pregunta el “por qué el gobierno viene a Huasco sólo a inaugurar plantas privadas que contaminan nuestra zona”.
DOS TERMOELÉCTRICA Y UNA PLANTA DE PELLETS
Los 7.945 habitantes de la comuna de Huasco no sólo deben aguantar a diario los humos de la termoeléctrica, sino que también los de la planta de pellets de la Compañía Minera del Pacífico S.A., instalada en 1978.
Hoy la planta produce 4 millones de toneladas de pellets para Altos Hornos y Reducción Directa y 100.000 toneladas de pellets chips, según consigna su memoria anual.
Además Endesa planea instalar otra termoeléctrica en Huasco, proyecto que hoy está siendo evaluado por la Conama, en Punta Alcalde, ubicada a 2 kilómetros al sur del pueblo. La inversión de Endesa alcanza la suma de US$ 1.400 millones y, de ser aprobado, comenzaría a funcionar el año 2013, aportando al SIC 2.380 GWh anualmente.
LA MANO DE RODRIGUEZ GROSSI
Pese a los graves daños detectados en la salud de los habitantes de Huasco, ni los servicios de salud de la zona, ni la Conama han efectuado estudios rigurosos que den cuenta de los efectos de la planta termoeléctrica. A juicio de Daniel Díaz, “la entrada del petcoke a Chile es responsabilidad de Jorge Rodríguez Grossi, quien deberá hacerse responsable de los daños a la salud provocados entre nuestros vecinos”.
Rodríguez Grossi pasó de la gerencia general de Guacolda a ser triministro de Economía, Energía y Minería del gobierno de Ricardo Lagos el 2001. Como empleado de AES Gener se mantuvo durante siete años.
Pese a los documentados daños que provoca el petcoke, Rodríguez insistió en junio del 2001 al diario La Segunda que “el petcoke es un combustible legítimo, utilizado en todas partes del mundo. Acá se ha tendido a una campaña comercial para denigrarlo, pero creo que se ha demostrado fehacientemente con pruebas técnicas, que es perfectamente manejable”.
Pese a que en la misma entrevista dijo que se marginaría de cualquier decisión respecto de su uso, en septiembre de ese mismo año el Consejo de Ministros de la CONAMA autorizó el uso del petcoke como combustible en las termoeléctricas de Guacolda y Tocopilla.
La autorización dio el paso para que otras empresas a lo largo del país comenzaran a utilizar el petcoke como combustible por su bajo costo y el hecho de que en Chile no hay normas que reglamenten su uso.
El Ciudadano