La frontera entre India y Pakistán en la región de Cachemira ha sido escenario de intensos intercambios de disparos por cuarto día consecutivo, tras el ataque que dejó 26 civiles muertos cerca de la localidad turística de Pahalgam, en el lado administrado por India.
El ejército indio declaró haber respondido a «fuego de armas ligeras no provocado» proveniente de varios puestos militares pakistaníes alrededor de la medianoche del domingo, a lo largo de la Línea de Control (LoC), que divide las zonas administradas por ambos países en la región en disputa desde su partición en 1947.
Aún no se han reportado víctimas por los recientes enfrentamientos, y el ejército de Pakistán no ha emitido comentarios al respecto.
Una masacre selectiva desata la crisis
El ataque del martes pasado, perpetrado por hombres armados en Pahalgam, se ha convertido en el más letal contra civiles en Cachemira en 25 años, con 26 personas asesinadas brutalmente.
Testigos y autoridades locales denunciaron que los agresores separaron a los hombres por su nombre, y apuntaron directamente contra personas hindúes, ejecutándolas a corta distancia. Este acto ha profundizado las tensiones entre comunidades y encendido una fuerte respuesta del gobierno de Narendra Modi.
Nueva Delhi acusó rápidamente a Islamabad de financiar y fomentar «terrorismo transfronterizo», sin ofrecer pruebas concluyentes, mientras que el gobierno pakistaní rechazó rotundamente las acusaciones y exigió una investigación imparcial.
India lanzó una operación masiva de seguridad en la región, identificando a dos de los tres sospechosos como ciudadanos pakistaníes, y detuvo a cerca de 500 personas para interrogatorios. Además, se han registrado operativos en más de 1,000 viviendas y áreas boscosas.
Medidas unilaterales recrudecen el conflicto
Como parte de las represalias, India suspendió el Tratado de Aguas del Indo y cerró su frontera terrestre con Pakistán, mientras que Islamabad respondió cerrando su espacio aéreo a aerolíneas indias.
El ejército indio también ha iniciado múltiples maniobras militares en todo el país, algunas catalogadas como ejercicios de rutina, aunque el contexto actual sugiere una intención disuasiva frente a su vecino.
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Grupos locales se deslindan del ataque
La organización armada Kashmir Resistance, conocida también como The Resistance Front, negó tajantemente cualquier participación en la masacre. En un mensaje difundido en redes sociales, acusó a la inteligencia india de falsificar una publicación previa, alegando que fue producto de un ciberataque.
Aljaazera
Fotografía: Aïda Amer/Axios
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