Para subir las escaleras del éxito político, Obama hizo que sus partidarios confundieran su carisma con la capacidad de liderar el país, señala el actor en su blog en el medio NewsBusters.com. «Pero él nunca ha tenido la habilidad ni el carácter para liderar en tiempo de crisis a la gente que se opone a él y a sus ideas».
«En 2008 los estadounidenses designaron a un presidente que pensaban que uniría el país (…) restauraría la economía de EE.UU. y mejoraría las relaciones en el mundo. Pero una vez pasada la mitad de su segundo mandato los estadounidenses están más polarizados (…) y el país tiene una posición en el mundo más inestable que nunca; Irak es solo un síntoma de un problema más grande».
La mayor debilidad de Obama que salta a la vista es su «inhabilidad para tomar decisiones difíciles en crisis», que «ha costado mucho a EE.UU. en todos los frentes», sostiene el actor. «Muy pocos políticos en la historia vacilaron tanto como él en asuntos críticos: Irak, Irán, los derechos de los gays, abortos, religión, control de armas, etc.», señala. «La historia de las votaciones de Obama durante su cargo como senador de Illinois muestran su inhabilidad para expresarse en crisis. Incluso sus colegas demócratas no pudieron entender por qué votó ‘presente’ (en vez de ‘sí’ o ‘no’) 129 veces, entre ellas sobre asuntos como el aborto o el derecho a poseer armas», recuerda Norris en su artículo.
Las acciones del presidente en crisis, tanto estadounidenses como globales, son evitar la oposición, desaparecer y esperar que todo se resuelva por su cuenta, señala Norris. «Conoce solo una estrategia en relaciones diplomáticas: tomar decisiones unilaterales y cualquier otra acción que no involucre su oposición. Recuerden su último movimiento: después de decidir bombardear al Estado Islámico (…) se fue a vacaciones».