El estilo de Rabus consiste en entremezclar fragmentos antropomórficos y composiciones simétricas de bodegón, todo lleno de elementos absurdos y en apariencia poco estéticos: fruta podrida y tapas de plástico se entremezclan en un delicioso cóctel erótico con piernas, brazos, nalgas y perspectivas salidas de la más guarra de las películas porno o del más sofisticado platillo gourmet, sin hacer distinción entre los registros de lo visual (justo como ocurre cada noche en nuestros propios sueños).
Sin embargo, su arte está lejos de ser vulgar: al proponernos una manera diferente de observar lo que hemos visto mil veces (desde sillas de plástico de jardín, cuerpos femeninos y la composición en que estos se presentan a través de la historia de la pintura), Rabus nos devuelve el misterio de la mirada a través de la observación gozosa, irreverente y alucinada de sus paisajes salidos de una imaginación desaforada.
Fuente: Pijamasurf