El secreto de Cheko está más allá de lo que sucede en un graffiti ‘normal’. Es el resultado del arte callejero mezclado con las nuevas tecnologías: un graffiti ‘animado’, o un ‘gif-iti’, como también se está empezando a denominar este tipo de técnica mixta que mezcla los aerosoles con la fotografía y el retoque digital.
«El primero fue hace años y lo hice en un muro en la azotea de mi casa. Son doce piezas que quedaron solamente bocetadas ya que lo que me interesaba era experimentar con la técnica y cómo funcionaba», dice Cheko desde Granada, el lugar que se ha convertido en su hogar y donde ha encontrado el apoyo para llevar a cabo muchos de sus proyectos.
«La idea surgió tras realizar una asignatura sobre animación tradicional, ya que durante la época de formación académica siempre traté de articular lo que aprendía con mi trayectoria como artista del graffiti. Más tarde conocí el trabajo de Blu e Insa y empecé a ver más claro cómo articular el graffiti con la animación. Cada uno de ellos me inspiraron de una manera distinta. Pienso que las ideas están ahí flotando y solo tienes que cogerlas».
Hacer realidad un ‘gif-iti’ supone varias semanas de planificación y entre dos y cuatro días para realizarlo, además de un espacio controlado para colocar la cámara. «Eso, hasta ahora, solo he tenido la oportunidad de llevarlo a cabo alrededor de Granada».
Pese a estas facilidades, Cheko advierte que la cuna de la Alhambra tampoco debería confundirse con un paraíso de permisividad para el artista callejero. «Llevamos muchos años sufriendo un proceso de criminalización del graffiti y de cualquier manifestación artística en la calle. En parte, mi persistencia en seguir pintando en esta ciudad es mi forma de reivindicación y desobediencia a la represión sobre las formas de expresión en el espacio público y alimenta mis ganas de seguir pintando aquí».
Una fachada en la que un chico cabizbajo deja revolotear dos pájaros amarillos sobre su gorra. Un corazón que se sale literalmente de la pared y bajo la roja camiseta de un joven para latir más allá del muro donde vive. Una tenue lluvia constante que moja el cabello recogido de una chica con hatillo…
El universo de Cheko crea una nueva forma de diálogo con el receptor. La expresión que surge de esta mezcla de técnicas, «una de las formas de arte callejero más fresco», según MTV, abre muchos caminos, y también posibles sinergias en el futuro del graffiti, aunque Cheko asegura que sus principios siguen siendo los mismos: «Tengo una fuerte convicción de lo que debe ser mi graffii y nunca he pedido permiso para pintar en las calles a ninguna institución, aunque no tengo nada en contra de quien lo haga. Cuando pintas sin permiso el tiempo del que dispones es poco, y al realizar un ‘graffiti-gif’ esto es un problema. Ahora estoy realizando los bocetos para un ‘gif-iti’ más complejo y esto es posible gracias a personas que les gusta tu trabajo y te ceden su espacio».