En una extensa conversación con el periodista Tomás Mosciatti, Guardia señaló que Chile debe partir desde cero en materias de inteligencia, creando un nuevo servicio que abastezca de información al poder central con una “gama de agentes encubiertos que estén en todos los sectores”, incluyendo la política.
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“No puede ser posible que si se quiere intervenir el teléfono suyo, eso sea con orden de un juez, el cual se la dicta un actuario y el actuario lo comenta con 80 personas… no puede pedirse permiso”, enfatizó el analista. “¿O usted cree que el presidente de los Estados Unidos pidió permio al Congreso, a los tribunales de Justicia, a Afganistán y a Irak para llegar a Osama Bin Laden?”
Guardia calificó de “interesante” la postura tomada por el ministro Rodrigo Peñailillo al pedir nuevas facultades operativas para perseguir a los autores de los recientes bombazos en la capital.
Y aunque afirmó que existe “inquietud en la comunidad de inteligencia respecto a lo que se va a hacer con la ANI”, omitió comentar si eso tiene que ver con la creación de un nuevo ente llamado Centro Nacional de Mando – proyecto que, según reveló el portal Infodefensa en el mes de febrero, ya estaba considerado entre las grandes reformas de Bachelet mucho antes que comenzaran los ataques (con acuerdos previamente acordados con las empresas proveedoras de los nuevos equipos).
¿Triple agente?
El antiguo militante socialista (a quien se le imputa el haber fabricado un “ataque terrorista” contra el consulado de EE.UU. a fin de crear un escenario que propiciara la conformación de una nueva agencia que requiriera de sus servicios), afirmó haber sido asesor del ex ministro del Interior, José Miguel Insulza, quien supuestamente le pagaba con “gastos reservados” a cambio de información de inteligencia.
También prestaba servicios al entonces director de Investigaciones, Nelson Mery.
Guardia ratificó, asimismo, que el ex ministro de Defensa de Pinochet, Herman Brady Roche, lo “salvó” cuando fue detenido por agentes de la dictadura en 1973. En este sentido desestimó las versiones que lo vinculan a la inteligencia militar, ambiente en el que se le habría conocido bajo el apodo de Gustavo Benedetti.
En octubre de 2011, el periodista Cristobal Peña escribió un reportaje sobre los vínculos que Guardia mantenía con la Dirección de Inteligencia del Ejército (DINE), según fuera revelado durante la investigación por el asesinato del senador de la UDI Jaime Guzmán. En el proceso se constató que Guardia informó previamente al Ejército de que se gestaba un plan para asesinar al dirigente gremialista, y que dicha información nunca fue canalizada.
En el reportaje, Peña cita el testimonio del ex agente de la DINE Raúl Ernesto Rojas Nieto, quien describe a Guardia como un informante “que me entregaba todos los trabajos a mí o a mi secretario personal”.
El coronel agregó que “para tener calidad de informante se requiere de un periodo de tiempo anterior importante. Por ejemplo, yo llegué el año 1987 a la Dirección y pienso que él (Guardia) debe haber estado antes”.
“Pero sus contactos iban todavía más lejos”, agrega el periodista. “En el mismo proceso judicial por la muerte de Jaime Guzmán, un alto jefe de la Central Nacional de Informaciones (CNI) aseguró que al menos desde fines de los ‘80 Lenin Guardia mantenía contactos con la comandancia del FPMR. Esos contactos plantean un escenario perturbador. Si el Ejército de la época tenía acceso a la comandancia del FPMR, bien pudo inducir algunas de las acciones subversivas de mayor impacto político.”
Fuente: Verdad Ahora