En sociedades antiguas se pagó el 10% al Rey, luego al señor feudal para que más tarde la tajada se la llevara la Iglesia. Llegaría el momento en que los recaudadores serían los Estado-Naciones. Y en Chile se la lleva el gobierno corporativo y su modelo neoliberal extremo, que nos tiene pagando un 19% en la canasta básica, mientras que los más ricos pagan menos tributo.
El pagar tributo es visto por los actores privados, más ricos, como que el Estado te metiera la mano al bolsillo, sin entender que es una obligación ciudadana de pago por practicar su actividad económica y cuya recaudación por parte del Estado luego ha de ser invertida para satisfacer los derechos públicos del colectivo país.
En Chile se inicia la discusión por una Reforma que como está redactada y pensada, se queda corta. Mucho ruido y pocas nueces para las Arcas Fiscales para todo aquello que se requiere implementar, un cálculo ajustado, cuando se tiene al toro por las astas.
La derecha más reaccionaria puso el grito en el cielo, e hizo una pataleta que tenían que hacer para lavar su avaricia de un utilitarismo mal entendido, donde la satisfacción de preferencias es para una elite, que opera con la lógica de solo reducir el daño y no de trabajar por el mayor bienestar para el mayor número de personas.
Y es que las cargas impositivas debiesen ser diferenciadas por rubros productivos y tamaños de las empresas.
Hay sectores claves de la economía nacional que el Estado debiese fiscalizar mejor como el minero, el eléctrico y sanitario donde las utilidades son millonarias. Un fifty, fifty no estaría mal y con ello educación, salud y vivienda digna tendríamos los habitantes de esta patria.
Se ha preguntado usted de qué forma el SII fiscaliza el actuar de entidades como la Price WaterHouse Coppers, Deloite y otros estudios contables que lavan papeles con multimillonarias sumas.
¿Qué impuesto hay a los capitales golondrinas? ¿Qué ojo ve las llamadas mesas de dinero de la banca privada? ¿Sería justo cobrar un 1%. Aplicar una tasa Tobin en Chile?
Si bien es valorable la propuesta de la presidenta Michelle Bachelet y puede ser considerada un avance, aún queda mucho por hacer. Los mismos parlamentarios en la Cámara de Diputados lo han manifestado al ser aprobado el proyecto sólo en general.
Habrá que ver ahora sus cojones, sus propuestas y cómo votan. Se verá quienes siguen bogando para los bolsillos del 1% más rico y quienes para los que les dieron los votos para ser electos.
Seguiremos con reformas y maquillajes, trabados por quórums para los grandes cambios, o nos daremos de forma ciudadana una cita en una Asamblea Constituyente, que realmente empareje la cancha y dibuje las reglas para un juego con mayor justicia económica, social y política.
Reforma Tributaria: Constituyentes o revisionistas
En sociedades antiguas se pagó el 10% al Rey, luego al señor feudal para que más tarde la tajada se la llevara la Iglesia