“La comida está desabrida. Necesita sal”, es una frase que se escucha con frecuencia en las mesas chilenas. Lamentablemente, esta costumbre de consumir sal en exceso tiene un fuerte impacto en la salud, con señales que se observan a simple vista. Las consecuencias que tiene el exceso en el consumo de sal son tan graves que la Fundación Española del Corazón (FEC) señaló que reduciendo al menos la mitad del consumo de sal diario se podrían obtener beneficios comparables con los que reporta una persona fumadora que abandona este nocivo hábito.
Desafortunadamente, el uso de la sal en exceso para potenciar los sabores de las comidas no sólo es un recurso utilizado en los hogares: incontables restaurantes aprovechan esta estrategia para ofrecer platos más ricos. De esta manera, tanto afuera como dentro de casa estamos incorporando sal en exceso, afectando el desempeño de nuestro organismo.
La importancia de la sal
Es bueno remarcar que el consumo de sal es necesario para el normal funcionamiento de nuestro organismo, ya que en cantidades recomendadas la sal aporta los minerales necesarios para mantener el equilibrio de líquidos en el cuerpo, interviniendo en la hidratación de las células.
A pesar de que es poco común, puede darse una deficiencia de este compuesto, que se traduce en náuses, vómitos, fatiga, dolores de cabeza, desorientación e incluso convulsiones, cuando el cuadro es grave. Sin embargo los especialistas aseguran que es muy poco frecuente que se presente un cuadro de este tipo, ya que este elemento se consigue por medio de la alimentación, y prácticamente todos los productos actualmente tienen sal. Basta con observar las etiquetas de los alimentos para comprobar que consumir sal en exceso es muy fácil hoy en día.
Señales de alerta
Un estudio de la Escuela Friedman de Ciencias y Normas de la Nutrición, de la Universidad de Tufts, reveló que el consumo excesivo de sal provoca más de un millón y medio de muertes al año en todo el mundo. “Esto reprenta casi una de cada diez muertes por motivos cardiovasculares en todo el planeta”, explicó Darius Mozaffarian, decano de la Escuela Friedman y responsable de la investigación.
Por su parte, desde la Organización Mundial de la Salud aseguran que la ingesta de sodio promedio en 66 países duplica la cantidad recomendada por día. En este sentido, la OMS aconseja no consumir más de dos o tres gramos al día.
¿Cómo se manifiesta el consumo excesivo de la sal en nuestro cuerpo? Cuando se ingiere sal en exceso sus beneficios se revierten y afectan el correcto funcionamiento de numerosos órganos, convirtiéndose en el enemigo del equilibrio que necesita nuestro organismo. Uno de los principales problemas que surgen con el consumo excesivo de la sal es la hipertención arterial.
El exceso de sodio en nuestra alimentación se traduce en:
– Infartos e insuficiencia cardíaca, ya que afecta el normal funcionamiento del corazón
– Retención de líquidos, ya que se produce un desequilibrio en nuestro organismo
– Enfermedades gástricas, ya que estimula la acción de ciertas bacterias, como la Helicobacter Pylori, según un estudio de la Universidad de Ciencias de la Salud de los Estados Unidos
– Accidentes cerebrovasculares
– Dificultades en el funcionamiento de los riñones
Consejos para reducir el consumo de sal
Disminuir el consumo de sal requiere un cambio en nuestros hábitos alimenticios. Para ello debemos incorporar frutas y verduras, evitar el consumo de alcohol en exceso y el cigarrillo, tomar abundante agua, evitar helados y postres, realizar actividad física periódicamente y buscar alternativas para saborizar las comidas. La clave está, además, en saber leer las etiquetas de información nutricional para poder identificar la cantidad de sal que aportan los productos que adquirimos y poder llevar un mejor control de la ingesta diaria.
Fuente: Salud Los Andes