Mientras se hace oficial la tregua permanente, ya asoman las primeras cifras de daños materiales, heridos y muertos que dejó la asonada israelí en la franja de Gaza. En los cincuenta días de enfrentamientos han perdido ya la vida 2.120 palestinos, en su gran mayoría civiles y una cuarta parte de ellos niños. Además, alrededor de 10 mil personas resultaron heridas en los ataques lo que supone una dura tarea humanitaria para evitar más muertes y para estabilizar a aquellos heridos más graves.
En el conflicto también han perecido 64 soldados israelíes en combates con milicias palestinas, y dos civiles israelíes -uno de ellos un menor-, un beduino y un trabajador asiático, estos últimos alcanzados por proyectiles disparados desde Gaza.
Además, y de acuerdo con las cifras de la ONU, más de 450.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus casas y a convertirse en desplazados internos, cifra que supone una cuarta parte de la población de la depauperada Franja, sumado a las primeras estimaciones de la ONU que proyectan en 18 años el tiempo necesario para recuperar la infraestructura de Gaza.