En estos últimos años han ido en aumento las cirugías estéticas y han aparecido programas de televisión cuya temática es la realización de estas operaciones y el cambió que producen en la personas. Quienes muestran sus casos en televisión suelen decir que la cirugía es necesaria para “mejorar la autoestima”. Ante esto me preguntó ¿Dónde está entonces la autoestima?, ¿Es algo corporal?, ¿Está en el tamaño de las mamas?, ¿En los glúteos?, ¿En la existencia o no de arrugas?, ¿En la forma y tamaño de la nariz? ¿En el abdomen? Porque así es como se presenta en los programas que muestran estas cirugías. Sin embargo la autoestima esta más relacionada con la autoimagen y valoración personal, un concepto más psicológico que físico.
La medicina ha avanzado mucho en los últimos años disminuyendo los riesgos quirúrgicos y mejorando las técnicas de cirugía plástica. Sin embargo aun la seguridad no es del 100%, y existe la posibilidad de complicaciones. El costo de estas cirugías es elevado y muchas veces el postoperatorio no esta libre de dolores y molestias. Si presenta riesgos, es cara y además genera molestias ¿Qué explica el aumento en su demanda? Esto es comprensible en una sociedad que valora de sobremanera la belleza y el como una persona se ve, dándole un énfasis mayor al parecer que al ser. En este contexto quien esta lejano de los modelos de belleza fácilmente puede sentirse menoscabado al punto de desear una cirugía estética con el fin de corregir el defecto.
En los programas de televisión que muestran los cambios a través de estas cirugías muchas veces quienes los protagonizan relatan las grandes dificultades previas debido a su “defecto”. Salvo los casos de grandes malformaciones o accidentes, los problemas están más relacionados con los significados sociales del “defecto” que originados directamente por él. Por ejemplo en casos de mujeres que no se bañan en el mar ni piscinas ya que no desean ser vistas en traje de baño por tener mamas o glúteos pequeños. En si unas mamas pequeñas no ofrecen ninguna dificultad para disfrutar del agua (incluso podrían ser más cómodas para nadar), sin embargo las construcciones y significados sociales sobre la importancia de tener un cierto tamaño son las que inhiben realizar estas actividades. Y el enfoque que se da es cambiar los cuerpos, con todos los riesgos que conlleva y la frustración para quienes no pueden hacerlo; en vez de ir hacia la aceptación y valoración de la diversidad corporal.
En algunos casos se presenta la necesidad de acercarse a los modelos de belleza como una manera de ser feliz y estar realizado en esta vida. Me pregunto ¿Tener cierta forma corporal hará la felicidad?, ¿Un cuerpo perfecto será nuestro norte como seres humanos?, ¿Qué pasaría si todos esos recursos y energías destinados a moldear los cuerpos en torno a un esteriotipo se utilizaran en otras cosas?, ¿Cómo afecta a los adolescentes esta imposición de un ideal de belleza difícil de alcanzar?
También se plantea la necesidad de verse bien para ser deseable y tener una sexualidad satisfactoria. Si bien la imagen es relevante en el proceso de conquista, el placer sexual no esta relacionado directamente con como se ve una persona, ni cuanto se acerca a un esteriotipo. El plantear que una sexualidad plena esta asociada necesariamente a un cuerpo “adecuado” puede generar problemas, ya que si una persona no acepta su cuerpo y lo quiere tal como es posiblemente tendrá dificultades. Es difícil poder entregarse a las sensaciones sensuales si uno se esta “cuidando” de que no le toquen un rollo o le vean la celulitis. Para disfrutar la sexualidad es necesario aceptar y querer el cuerpo que uno tiene más allá de los “defectos” que pueda tener.
Magdalena Rivera
Médico Cirujano – Sexóloga
http://www.werkensexualidad.blogspot.com/
El Ciudadano