Las comunidades exigen que el Estado dé prioridad a la relación con los pequeños productores y oriente su esfuerzo hacia las economías locales, vez de seguir apoyando el uso de insumos altamente contaminantes y los agronegocios orientados a la exportación. Asumen que una Asamblea Constituyente aseguraría estos cambios, pues se requiere instalar en una nueva Constitución el concepto de soberanía alimentaria: el derecho a decidir qué producimos y cómo, de acuerdo a nuestra cultura y necesidades.
En dirección opuesta a estos planteamientos, el ministro de agricultura, Carlos Furche acaba de anunciar el relanzamiento de la Ley de Obtentores (“Ley Monsanto”), y el inicio de una ronda de reuniones en las que “informará” acerca de los cambios al proyecto de ley.
Ley de protección de la semilla campesina
Las comunidades campesinas, reunidas en el Hogar del Maestro, ahora coordinadas en red y apoyadas por organizaciones sociales y ambientales, rechazan cualquier nueva Ley de Obtentores porque el objetivo de esa ley, es promulgar el nocivo Convenio UPOV 91, nefasto para la agricultura familiar campesina. Proponen en cambio que el Estado legisle a favor de la producción y venta de semillas nativas/tradicionales que ellos y ellas usan, y poner fin a la imposición por las entidades del agro (INDAP vía Prodesal y PDTI), de paquetes tecnológicos con agrotóxicos y semillas híbridas (“mejoradas” de alto precio), registradas por los obtentores. La visión de los asistentes es que las leyes y normativas actuales están hechas para desalentar la producción y venta de alimentos sanos. El sistema de compras públicas excluye a los productores orgánicos y agroecológicos y para vender se exigen resoluciones sanitarias inadecuadas a la realidad local, y costosas certificaciones obligatorias.
Así lo expresaron en la jornada con mucha fuerza, entre otros, organizaciones campesinas y/o locales como la Comunidad de Agricultores de Aguas del Canal Azapa (Arica); la Asamblea por el Agua de Guasco Alto; el grupo Juvenil Paz y Progreso (Melipilla), la Asociación de Mujeres La Esperanza; y la Federación Campesina El Carmen (de Ñuble); la Red de Turismo mapuche de Likanray, el colectivo MapuExpress y la Red de Semillas Libres del Wallmapu. Cuidadores y cuidadoras de semillas locales del norte, centro y sur del país, que rescatan variedades de tomates, paltas, arvejas, uvas, ilustraban “en vivo” la importancia de la hoy escasa semilla, para el ciclo de la vida y para la producción campesina.
Ley de Prohibición de plaguicidas
La asamblea plenaria concordó además que se requiere una ley que prohíba los plaguicidas altamente peligrosos y los insecticidas neonicotinoides, responsables de la muerte de abejas, aspecto al que contribuyó especialmente la Red Nacional Apícola, partícipe del encuentro. El taller se había iniciado con exposiciones y debate sobre políticas públicas preventivas en salud y los negativos impactos de los agrotóxicos en el ambiente y la salud de los seres humanos, a cargo de la doctora Clelia Vallebuona del Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud y de María Elena Rozas, de RAP-Chile. También se abordaron los peligros representados por la “Ley Monsanto” y la posible expansión de los cultivos transgénicos al mercado interno.
Ley de Moratoria a los transgénicos
En las conclusiones se sostuvo que es imperativo que el Congreso apruebe una ley de moratoria a los cultivos transgénicos y a los semilleros de exportación, y lograr que los alimentos procesados fabricados con transgénicos sean etiquetados.
Este tema estuvo en el centro de la preocupación de las asociaciones y redes de agricultores orgánicos presentes, entre ellas BioBio orgánico, una de las organizaciones fundadoras de la campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile. En el taller participaron también asociaciones de las regiones de Valparaíso, Los Ríos y Los Lagos, así como Chiloé Orgánico, la Asociación de Productores Orgánicos de Paillaco, y Tierra Viva, pionera del movimiento orgánico en Chile.
Dirigentas nacionales de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI) expusieron ycontribuyeron sustantivamente a esta discusión en defensa de la semilla, en la que hubo también lideresas de Curicó, Vichuquén, Quellón, Puerto Montt, y Coyhaique.
Se contó además con la visión entregada por miembros de capítulos chilenos de organizaciones internacionales como la Red de Semillas Libres, que se está extendiendo en diversas regiones de Chile, abarcando a jóvenes rurales y urbanos; Slow Food; RAP-AL, CLOC/Vía Campesina, Pacto Mundial Consciente, y el movimiento de la Permacultura.
Ciencia con ética
La doctora Liliana Zúñiga, de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte (Coquimbo), integrante del movimiento “Más Ciencia para Chile”, resumió dos de sus importantes investigaciones sobre impactos de los plaguicidas, y sobre biomonitorización en la región de Coquimbo, dejando en claro que “aún hay científicos con ética que deseamos hacer ciencia que ayude a las comunidades”.
Por su parte los asistentes se comprometieron a impulsar y promover las ferias itinerantes y estacionales, la certificación autónoma y participativa; la recuperación y extensión de prácticas tradicionales como el intercambio de semillas, el trueque, y la cocina típica. Comprometieron su apoyo a estos esfuerzos, organizaciones allí presentes como la Asociación de Consumidores y Usuarios del Sur (CAS de Temuco), Valdivia (ACOVAL) y Osorno (COS); Alma-Zen, de venta directa de pequeños productores/consumidor (Concepción); la Cooperativa Verde de productores y consumidores (Región Metropolitana) y la Asociación de Ferias Libres ASOF, representando a este sector de la cadena alimentaria.
Eliminar las plantaciones forestales
Otra demanda de las comunidades es la eliminación de las plantaciones forestales a gran escala, que contaminan y usurpan el agua y los territorios, impidiéndoles realizar su vocación agrícola y forzando la emigración a la ciudad.
En el taller, se recogió también el aporte de Redes socio-ambientales como la Red de Acción por los Derechos Ambientales RADA (Araucanía); la Red de Soberanía Alimentaria y el Centro de Iniciativas Holísticas (CIHOL), ambos de la región de O´Higgins; la Coordinadora de Economías Locales Campesinas (COELCA de Puerto Montt), el Colectivo Resiliencia (Región de Valparaíso), la Cosecha (Región de O´Higgins), y la Ecoagrupación Huelquén.
Organizaciones ambientales como OLCA, la campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile, de capacitación como SODEM y la Academia Ciudadana, aportaron al debate junto a profesionales de la salud y el agro de las municipalidades de Quillota y Paillaco, y a técnicos y agrónomos de las organizaciones y localidades.
Formación en Agroecología
La puesta en marcha de dos Institutos de Agroecología, impulsados respectivamente por ANAMURI en Chépica (región de O´Higgins) y por la Dirección de Desarrollo Rural de la Municipalidad de Paillaco (Región de Los Ríos) en el sector Lumaco, fue saludada con alegría por los asistentes..
Durante el taller, que contó con el apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, tuvo lugar el pre-lanzamiento de la primera edición en español del libro “Transgénicos: Mitos y Verdades” de Antoniou, Robinson y Fagan (Open Source), traducido y editado por RAP-Chile junto a editorial Quimantú.
Al cierre del evento, uno de los asistentes señaló “Participaremos en los Comités Regionales de Agricultura Orgánica a que convoca el gobierno, pero ampliándolos con el sector Agroecológico, y sin perder nuestra propia autonomía como organizaciones en resistencia. Las leyes que necesitamos sólo podremos lograrlas a través del protagonismo y la movilización en todos los niveles, locales regionales y nacionales. De este encuentro hemos salido fortalecidos.”