Ni uno de los 9 motivos del bombardeo en Irak es «humanitario»

Barack Obama no pudo resistir la tentación (o a las presiones de sus adversarios) y se convirtió en el cuarto presidente de EEUU en bombardear Irak, utilizando los mismos pretextos “benévolos”, para el mismo principal objetivo: mantener el control de EEUU sobre el hidrocarburo iraquí

Ni uno de los 9 motivos del bombardeo en Irak es «humanitario»

Autor: CVN
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Barack Obama no pudo resistir la tentación (o a las presiones de sus adversarios) y se convirtió en el cuarto presidente de EEUU en bombardear Irak, utilizando los mismos pretextos “benévolos”, para el mismo principal objetivo: mantener el control de EEUU sobre el hidrocarburo iraquí.
Lo revela la cronología de los acontecimientos, desde que un sector de los terroristas del Estado Islámico (EI) –llamados “rebeldes sirios”, a quienes arman Occidente, Turquía y Arabia Saudí–, entrara el diciembre pasado en Irak, sembrando pánico y muerte entre la población.

Veamos cómo la inacción de EEUU, al igual que la actual agresión militar, han sido interesadas y bien calculadas:

—El día de Navidad del 2013, los yihadistas atentan contra la iglesia Virgen María de Bagdad y matan a 35 cristianos. Washington no hace nada.

Enero del 2014, asaltan Faluya y Ramadi, matando a cientos de personas. EEUU tampoco interviene.

—Entre el 10 y 29 de junio toman el control de varias zonas de las provincias de Kirkuk, Saladino, Tikrit, Al Adhim, Tal Afar y de Mosul, y a pesar de que sus crímenes obligan a huir a unos ocho mil cristianos de ésta última urbe, los occidentales no les socorren, mientras el nuevo hombre del saco de Pentágono, un tal Abu Bakr al-Bagdadi, proclama un califato en los territorios conquistados en Irak y Siria.

13 de junio, Obama dice que ayudaría a contener a los yihadistas a condición de que Nuri al-Maliki abandone su política sectaria.

—Los días 2 y 3 de agosto EI ocupa las ciudades kurdas de Sinjar y Zumar, forzando la huida de cientos de yazidíes, los adorares al ángel demonio, fieles del fascinante credo izadi.

—El día 7 EI toma la ciudad cristiana de Qaraqosh, y ahora sí, Obama declara su disposición a mandar sus drones para “proteger” a los civiles atrapados y a sus paisanos.

—El 8 de agosto, justo cuando las acciones de las petroleras occidentales empiezan a caer por segundo día, debido a las amenazas de los islamistas y la evacuación de una parte del personal de compañías Afren, Genel Energy y Chevron, las bombas vuelven a caer del cielo de Irak, al parecer para neutralizar a EI, matando a cientos de civiles. Los eternos daños colaterales de los infames intereses.

La “Casus belli” de EEUU era falsa

El Gobierno de EEUU anunció que iba a “rescatar” a los 40 mil yazidíes refugiados en la montaña Sinjar. La farsa se revela cuando días después afirma que había “muchos menos refugiados en la montaña Sinjar y es mucho menos probable la misión de rescate”. En realidad, solo eran unos mil yazidíes los que se escondieron en el seno de esta montaña, habitada por otros grupos humanos desde hace siglos.

Obviamente lo sabían, y en caso de desconocerlo, entonces ¿por qué Obama afirma que la agresión militar durará meses? Sin duda, están exagerando el poderío de EI (en el caso de que no esté a las órdenes del Pentágono y opere libre) como cuando nos mintieron para atacar a Afganistán, unos 40 países comandados por EEUU, para contener a unos talibanes que no tenían ni siquiera una avioneta.

Tampoco hay explicación “humanitaria” para saber por qué los hombres piadosos de EEUU y la Unión Europea (UE) no mueven ni un dedo para ayudar a los palestinos, a los libios atrapados entre el fuego cruzado de grupos que armaron para destruir el Estado libio o a miles de personas que están muriéndose de hambre en Sudán del Sur, a pesar de que rompieron el país en dos para “salvar” a la población cristiana.

No hay manera de verificar si realmente EI ha robado los 420 millones dólares de los bancos de Mosul, ni que controlase siete campos petroleros y dos refinerías en el norte de Irak, como afirma la prensa occidental, justificando así la envergadura de la nueva misión bélica.

Otro misterio: ¿por qué unos islamistas tan poderosos no hicieron nada durante la masacre de gazatíes, por ejemplo? ¿Por qué no abrir un frente contra Israel para restarle fuerza o lanzar una acción de venganza contra sus intereses en cualquier parte del mundo, como se les suele atribuir?

La macabra estrategia de Obama

La apuesta personal de Barack Obama para mantener la unidad de Irak y evitar su desintegración nunca les gustó ni a Israel ni a los republicanos que optan por desmembrar los Estados fuertes y/o grandes y crear pequeñas colonias controlables: Yugoslavia y Sudan son el resultado, y Siria e Irak están en proceso.

Obama, al formar su gobierno, asignó al vicepresidente Joe Biden la tarea de poner orden en Irak. Biden, que siendo senador había defendido una confederación de etnias y religiones en el país invadido, retiró luego su propuesta que hoy es respaldada incluso por sectores del Partido Demócrata.

El último intento de Obama de evitar el fin oficial del Estado de Irak (porque no quiere que su país sea acusado de desmembrar los países del Sur), fue pedir al primer ministro Nuri al-Maliki formar un gobierno que incluyese a las minorías étnicas y religiosas. Obama es incapaz de entender que pedir tolerancia a la teocracia, que por naturaleza es reaccionaria, sectaria, injusta y corrupta, además en un país de larga tradición laica, era como pedir uvas al espino.

Por lo que elaboró otra estrategia: dejar que el EI arrasara el norte del país, matara a cientos de inocentes, llegara a pocos kilómetros de Bagdad para, entre otros objetivos, seguir manejando la política en Bagdad.

¿Por qué Erbil?

El mandatario estadounidense lo dejó claro: ordenó los ataques aéreos para detener el avance del EI en Erbil, la capital del GRK. La urbe de ocho mil años de historia, protegida por la diosa sumeria Ishtar (Esther y Estrella en castellano, Setaré en persa) que llegó a formar parte del Imperio Persa, y fue conquistada por Alejandro Magno, hoy vive una autentica fiebre de oro. Oro negro que mancha la actual decisión de Obama, quien persigue los siguientes objetivos:

Proteger el statu quo del Kurdistán iraquí y su amplia autonomía. Dado el caos que reina en el resto del país, consolidando su poder en esta región, podrá convertirla en un trampolín para seguir adelante con su plan de un “Nuevo Oriente Próximo”.

Garantizar el dominio de sus petroleras sobre el crudo kurdo –0,5% de la oferta mundial–, y también sobre 89% de las reservas de gas natural del Estado que se encuentra en el dominio del GRK, donde operan ExxonMobil y Chevron. EEUU considera suyo este crudo, ya que no era explotado antes de la invasión del 2003.

Impedir el corte en la producción y en el suministro de petróleo, que afectaría a la recuperación económica de Occidente.

Según los líderes kurdos, en las proximidades de Erbil se encuentra la novena reserva mundial del petróleo. Es más, el gas de Erbil podría sustituir al ruso para los europeos. Detener la subida del precio del petróleo y el pánico en los mercados.

Sacar a Israel de ser el blanco de protestas a nivel mundial por sus crímenes de guerra en Gaza, con la cortina de humo creada en Irak.

Neutralizar las críticas sobre su política exterior y no solo las provenientes de Tea Party: Hilary Clinton le acusó públicamente de ser “extremadamente prudente”. Ya que no se ha atrevido a “dar una bofetada militar” a Rusia por Crimea y Ucrania, se desahoga con los iraquíes.

Forzar cambios políticos en Bagdad: ha eliminado de la escena, y sin respetar los cauces legales, al hombre de Irán Nuri al-Maliki con quien trapicheó la permanencia de sus fuerzas en Irak. El estallido de una bomba cerca de su casa y los recuerdos de la terrible muerte de Sadam o Gadafi fueron suficientes para que dejara su sillón a Haidar al-Abadi, el nuevo administrador de la colonia. Así, Obama debilita a Irán desde las “profundidades estratégicas” de Irak y Siria. Quizás Washington no esperaba una declaración de apoyo casi entusiasta de Teherán a su nuevo hombre en la capital iraquí.

Dar una lección a los yihadistas, la palanca del Pentágono en la región, como lo hizo Bush a sus ex socios Al-Qaeda, Muyahedines y Talibán afganos: que cumplan con lo que se les manda, y dejen de actuar por su cuenta sobre todo si se trata de pozos de petróleo.

Estos puntos se suman a las 23 observaciones sobre la nueva guerra líquida de EEUU en Irak. Los kurdos, principales beneficiados de la nueva intervención occidental, retoman el control de varias ciudades, recibirán muchas armas, han quitado del medio a Maliki, y ven cómo Washington está cambiando de idea y puede permitir la creación de un estado kurdo, aunque sea bajo el nombre de “federalizar Irak”, considerándola una opción menos dañina para sus intereses.

Francia defiende su parte del botón

Otro país que, mientras evita la llegada de ayuda humanitaria –no de armas– de Rusia a los ucranianos asediados, envía armas a los kurdos perseguidos por los islamistas, es Francia, que no pierde ni una oportunidad para revivir sueños napoleónicos en su época imperialista.

Los Pishmargas (término persa-indoeuropeo compuesto por Pish “delant” y Marg “muerte”, relacionada con “morgue” en castellano), serán la carne de cañón de los intereses de la compañía Total, que se venga de Bagdad por no concederle más que una pequeña participación en la explotación del yacimiento de Halfaya del sur.

La petrolera francesa negocia con Exxon Mobil para que le ceda su licencia de los dos campos de Pulkhana y Taza, disputados por el Gobierno central y el GRK. Makili había amenazado a Exxon que al hacerlo se arriesgaría a perder el contrato del campo sureño de West Qurna-1. Tras la visita de la delegación del GRK a París, en diciembre pasado, Total aspira a ser la principal compañía petrolífera del Kurdistán iraquí.

Cierto, los amos del mundo no pueden arrebatar así la vida de miles de personas y llevarse sus riquezas, sin contar con sus agentes locales: los líderes árabes y kurdos de Irak, miserablemente al servicio de EEUU y la UE, nunca les ha temblado la mano para sacrificar a su propia gente, en nombre del poder personal, tribal, o de un nacionalismo reaccionario y ciego.

Este es el Irak democrático, el mismo modelo que trasportaron a Libia y el que quieren para Siria e incluso para la Federación Rusa por sus inmensos recursos naturales.

 

Por Nazanín Armanian/ Librered


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