Parece que todas las campañas “verdes” de industria de la moda distraen de las otras verdades desagradables acerca de lo que está pasando detrás de las cadenas de producción.
La industria de la moda rápida se esfuerza para que los compradores crean que algunas de sus prendas se realizan con materiales sostenibles, gastando un montón de dinero en campañas masivas para mostrar los esfuerzos verdes y poner en marcha nuevas líneas “orgánicas” o “naturales” de ropa. Esto, sin embargo, es una afirmación imposible porque el consumismo y la tasa de producción necesaria para que la moda rápida sea viable es demasiado grande e intrínsecamente insostenible.
La industria de la moda, sin embargo, tiene muchas razones para esconderse detrás de sus campañas de relaciones públicas y reorientar el enfoque de los consumidores hacia los esfuerzos verdes, ya sean inútiles o no. Hay otras cosas desagradables sucediendo detrás y dichas campañas serviría como una distracción. El Huffington Post publicó recientemente una lista de las “5 Verdades la industria de la moda no quiere que sepas,” los cuales son profundamente inquietantes (y sorprendentes). Verdades que se han descubierto sobre los métodos de producción detrás de esa ropa-de moda que lucen los maniquíes en tiendas como Zara, H & M, Forever 21, Topshop, TJ Maxx, y J.Crew, entre muchas otras marcas.
Voy a compartir 3 de los cinco “verdades” que más me impactaron pero os animo a echar un vistazo a el artículo original, escrito por Shannon Whitehead, que es muy informativo (y que puedes encontrar aquí).
1. La ropa de moda rápida está hecha de productos químicos tóxicos, incluyendo plomo.
Un número de minoristas han firmado acuerdos para reducir las cantidades de metales pesados en sus ropas, pero estos acuerdos no se han llevado a cabo. Muchas cadenas siguen vendiendo bolsos contaminados con plomo, zapatos y cinturones que están muy por encima del límite legal.
Voy a añadir que Greenpeace ha hecho una buena cantidad de trabajo en esta área, lanzando una campaña el invierno pasado llamado “Little Monsters”, una frase que describe los restos químicos viles que se aferran a la ropa nueva mucho después de que hayan dejado las fábricas. El efecto que estos productos químicos pueden tener sobre los usuarios, especialmente los niños, es grave.
Greenpeace probó 12 de las marcas más importantes de ropa (un total de 82 productos textiles de niños), incluyendo empresas como American Apparel, Disney, Adidas, Burberry, Primark, GAP, Puma, C & A y Nike. Cada marca contenía productos químicos tóxicos – productos químicos perfluorados (PFC), ftalatos, nonilfenol, nonilfenol etoxilato (NPE), y cadmio.
2. Costuras y lentejuelas indican trabajo infantil
Un gran número de prendas producidas en el extranjero se hacen fuera de las fábricas en los hogares de las personas, en los que los trabajadores a domicilio viven en chabolas de una sola habitación con sus familias luchando para completar tantas piezas como sea posible. A menudo los niños ayudan a sus padres a hacer lo complementos, tal vez porque sus pequeños dedos son ágiles, pero también porque cuantas más piezas terminadas, más dinero conseguirán.
Al parecer, las máquinas que pueden hacer este tipo de trabajo son muy caras y deben ser comprados por la fábrica de prendas de vestir, que es poco probable si la mano de obra barata disponible.
3. La industria de la moda quiere que sientas las “tendencias” de inmediato
Con los diseñadores creando nuevos estilos y las tiendas inundandonos con nuevos productos de manera diaria o semanal, es imposible mantener el ritmo.Todos los compradores habrán sentido alguna vez que él o ella ha lleva un estilo atemporal, ya que la moda cambia demasiado rápido.
El modelo de negocio de la moda rápida se basa en la venta de grandes volúmenes de productos que sobre todo sean baratos, lo que significa que las tiendas tienen que vender una gran cantidad para ganar dinero, por lo que hará cualquier cosa para mantener a la gente comprando. Perpetuar una constante sensación de insatisfacción con el nivel de tendencias es un modelo que ha demostrado que funciona.
Ya hemos visto algunos de los secretos que esconden las firmas de moda “low cost”. Así que cada uno es libre de comprar en ellas o no y hacerlo en tiendas de segunda mano o a marcas que sepamos que realmente cumplen con el mercado y con las leyes.