Todavía recuerdo aquellos años finales de los 70 principios de los 80, cuando de repente apareció misteriosamente la heroína en casi todos los barrios de Sevilla. Tuve que salir en 1972 porque nos detenían y encarcelaban a los antifranquistas, regresé a mediados del 78. Antes, a finales de los 60 con Led Zeppelin, Deep Purple, Bob Dylan, Donovan, Joan Baez, Pete Seeger, Rolling, Creedence Clearwater Revival; o por aquí Smash, etc. etc. comenzábamos los jóvenes a rebelarnos contra el sistema. En aquellos tiempos solo se encontraba marihuana, hachís, ácidos, drogas que no generaban en esos tiempos una excesiva adicción, ni convertían a quienes las consumían en zombis demacrados dispuestos a todo para conseguir una nueva dosis.
Con la heroína lo consiguieron y todo se llenó de fantasmas desnutridos/as, tremendamente canijos, recorriendo las calles atacados de los nervios pidiendo dinero, forzando coches, robando, pegando tirones, atracando, saqueando los humildes ahorros de sus propias familias.
Soy de los que pienso que el propio estado comenzó ese reparto indiscriminado de droga, con el objetivo claro de alienar a una juventud que era combativa, que llevaba años luchando contra la anterior dictadura fascista española, que tras el engaño siniestro de la “transición” a la falsa democracia se eternizó en el poder con los nuevos ladrones, delincuentes políticos, estafadores profesionales del engaño y la traición con coche oficial, porque temían a esa parte de la juventud que no creía en su engaño y no habían dejado la lucha, su organización, la movilización en sus barrios y ciudades, en los centros de trabajo en la universidad.
Ese plan alienante se llevó a cabo por todo el estado español, incidiendo sobre todo en Euskal Herria, Catalunya, Galixa, Andalucía, Madrid…, donde de repente nos dimos cuenta que nos habíamos vuelto heroinómanos/as formando parte del paisaje cotidiano, destruyéndonos y extendiendo esa destrucción a aquella parte de la juventud más luchadora, llevándola a la muerte por sobredosis, asesinatos, disparos de la policía y suicidios. Encontrando en la música de la Velvet Underground, Stogges, Lou Reed, Sex Pistols, The Clash, New York Dolls, Nick Cave, Joy Division, etc. etc.n un aliviado desahogo por su belleza sonora y su rebeldía anti-todo.
Por ello no entiendo que los voceros del caduco régimen español se echen las manos a la cabeza, simplemente porque alguien diga “que la propia policía repartió drogas”. Es una realidad palpable, no sé si los cuerpos de seguridad lo hicieron directamente o no, pero es un hecho que existió (grupo 10 de la policía en Sevilla) un proyecto preconcebido de alienación desde las entrañas del estado, (PPSOE, el Borbón) cuyos resultados les fueron inmensamente satisfactorios, borrando del mapa social y político a muchos/as compañeros/as luchadores/as, destrozando barrios combativos, heroicos y altamente organizados, donde gran parte de ellos cayeron en las fauces de las toxicomanías, conducidos/as directamente al paredón de la pasividad, del lumpen, de la absoluta indigencia, de una exclusión social casi irreversible.
Muchos amigos y amigas jamás salieron de ese infierno, yo pude salir del abismo en 1995 gracias a la madre de mis hijos. Gente muy valiosa, inteligente, con mucha cultura, compromiso, con ideas claras de lucha contra este criminal sistema capitalista, compañeros/as que ahora están muertos/as, hospitalizados/as de por vida o simplemente con una demencia permanente, deambulando calles oscuras en la más absoluta soledad, desamparados/as por el corrupto régimen, sobreviviendo en bancos de alimentos, pasando sus últimos días en centros sociales tapadera, que lo único que persiguen es tapar la evidente y triste realidad.
Aquellos años de Quintín Cabrera con su “A desalambrar”, con Inti Illimani, o Quilapayun, Paco Ibañez, Raimon, Lluis Llach el amor revolucionario de Víctor Jara, inundaron de ternura esa parte de nosotros/as que todavía sigue viva, que nos estremece cuando recordamos a los/as muchos/as que ya no están, que se quedaron en el camino desolado, galopando caballos de muerte entre las nubes del olvido.