Nuevamente se ponen en juego las decisiones de los habitantes de las localidades más silenciadas. En ciudades pequeñas, en periodos parlamentarios no basta tener candidatos que representen la comunidad. El criterio aplicado es otro y poco tiene que ver con el denominador común del distrito.
Así es como el poder emanado de las cúpulas busca realzar otros intereses, como por ejemplo, hacer crecer sus espacios en los sillones del hemiciclo. Esta vieja práctica no representativa tiene mucho que ver con la máxima autoridad local. En el caso de Chañaral, es el alcalde, quién con una mayoría bajo el brazo abre las puertas y sirve de trampolín político con el piso electoral que arrastra para tal cual candidato designado en las cupulas.
Dato no menor, el fuerte respaldo electoral que tiene a disposición el Alcalde, podría incluso ser trascendental en cualquier candidatura al parlamento. Lo que permitiría a Chañaral negociar rayando la cancha y firmar pre acuerdos a favor de la comunidad. Este es un ejercicio ausente en todos los periodos post dictadura.
Si bien es cierto, esta práctica es aplicada en muchas localidades chilenas que no tienen poder de decisión. Es la comunidad organizada la que podría dar un vuelco radical a estas disposiciones con aires abusivos. Chañaral posee una cantidad de votantes necesarios para cualquier candidato, que sumados al de las localidades aledañas perfectamente podrían posicionar y ganar un cupo con candidato propio, incluso independiente, haciendo by pass a los pactos y acuerdos de los más grandes.
Los partidos incorporados en Chañaral para competir en todas las instancias políticas de elección popular saben de la sensibilidad electoral de Chañaral y si que le han sacado partido. Haciendo algo de historia, la pequeña localidad fue pionera en insertar un candidato del recién fundado Partido de Acción Regionalista (PAR), con el cual jugo su carta local e instalo a su concejal. Años más tarde, continuando con la misma dinámica, aposto por el Partido Regional Independiente (PRI) poniendo en el concejo municipal un profesor que hoy políticamente los representa – aunque se haga llamar apolítico – en el concejo.
Hoy el escenario no es distinto, incluso para los partidos mas pequeños. Quiénes aprendiendo de las prácticas de los grandes aplican los mismos ejercicios, con los mismos elementos agresores. Hoy estos neófitos partidos políticos juegan a ser grandes, y apuestan su carta al parlamento negociando con los más poderosos, creyendo que así conseguirán posicionar en el congreso, a través de ese pacto imberbe, su componente ideológico, el mismo que los organizo hace un tiempo y hoy se les escapa de las manos.
Así es como pequeños partidos políticos que en las campañas eleccionarias de octubre del 2008 encantaban con su independencia y apostaban con la representación local. Hoy juegan a ser grandes construyendo pactos, olvidando a sus bases y sus posibles representantes.