“Vamos a luchar eficazmente contra el Daesh y todas las otras organizaciones terroristas en la región, lo que siempre será nuestra prioridad” subrayó Erdogan y luego agregó que “continuaremos priorizando nuestro objetivo para acabar con el régimen de Siria, para ayudar a proteger la integridad territorial de Siria y fomentar un sistema de Gobierno constitucional y parlamentario que abracen todos los ciudadanos”
Erdogan continúa con su política en buscas de derribar al gobierno de al-Assad, en este sentido, Ankara advirtió que si los ataques aéreos no van acompañados por una estrategia política, el presidente sirio podría salir fortalecido en esta operación, así como los kurdos turcos que han luchado durante tres décadas para lograr la autonomía.
Desde el año 2011 el gobierno turco apoya financiera y militarmente a lo que denominan la “oposición moderada” siria, que en estos más de tres años y medio viene siendo apoyada por Estados Unidos.
“Toneladas de bombas solo retrasarán las amenazas y el peligro”, señaló Erdogan. “Estamos abiertos y preparados para cualquier cooperación en la lucha contra el terrorismo”, añadió, insinuando la posibilidad de sumarse a la “coalición internacional” liderada por Estados Unidos. Asimismo, el presidente turco también señaló que su país no busca “una solución temporal”.
De este modo, Turquía replantea su apoyo a los ataques aéreos encabezados por Estados Unidos. En este momento, esta semana Ankara ha desplegado carros de combate y vehículos blindados en la frontera con Siria. El Gobierno también ha presentado una propuesta al Parlamento para aprobar una incursión militar trasnfronteriza.
Turquía comparte 1.200 kilómetros de frontera con Irak y Siria, por lo que se ha convertido en uno de los principales destinos de los refugiados, acogiendo ya a 1,5 millones de personas que han tenido que abandonar Siria a causa de la guerra.
Además, milicias kurdas-turcas están luchando contra los extremistas que buscan tomar el control de la ciudad de Kobane, a una milla de la frontera con Siria. Esto marca una preocupación para Ankara, ya que los kurdos turcos y sirios se unieron para luchar contra el EIIL, lo que aumenta el temor por parte del gobierno turco de que la comunidad kurda avance en su sueño de formar un estado independiente, al que Turquía se ha opuesto sistemáticamente. El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), denominado como un grupo terrorista por Estados Unidos, sostiene una largar guerra de guerrillas contra Turquía desde la década de 1980.