‘Mongering’ : El negocio de las FarmaFias

El término en ingés ‘disease mongering’, traducido como ‘promoción o tráfico de enfermedades’ se refiere a los esfuerzos realizados por las industrias farmacéuticas, con el apoyo del estamento médico, para llamar la atención sobre enfermedades o condiciones que son inofensivas (o que directamente no existen), con el fin de incrementar las ventas de determinados medicamentos.

‘Mongering’ : El negocio de las FarmaFias

Autor: CVN
CVN

En este sentido, las industrias farmacéuticas,  valiéndose de numerosas herramientas, idean campañas promocionales con las que consiguen transformar procesos naturales en enfermedades que “deben ser tratadas” con medicamentos.

Para la instalación de estas enfermedades fantasma en el ‘cuerpo’ social’, estas se valen de algunos patrones metodológicos. Entre ellos, señala  Ray Moynihan, periodista alemán y co-autor del libro “Medicamentos que nos enferman”,  ampliar el espectro de las enfermedades; Por ejemplo, si se reducen las cifras anormales de presión arterial, una persona que estaba sana al acostarse amanece hipertensa.

Otra vía es  convertir los síntomas en enfermedades; un claro ejemplo de esta práctica es el colesterol, que es un factor de riesgo vendido como enfermedad, como veremos más adelante.

Por último, como se mencionaba anteriormente, es asimismo común el convertir procesos naturales (como la menopausia o la disfunción eréctil a ciertas edades en un problema) que precisa medicación.

El periodista periodista Jörg Blech, quien comparte la tesis de Moynihan, también enumera en su libro Los inventores de enfermedades, cinco campos factibles de ser manipulados para la venta de determinados medicamentos:

1. Convertir un proceso normal en un problema médico: la caída del pelo.

2. Difundir problemas personales y sociales como alteraciones de salud: un desánimo pasajero como depresión.

3. Elevar un riesgo a enfermedad: el obsesivo control del colesterol.

4. Promover síntomas poco frecuentes como epidemias: la disfunción eréctil y la disfunción sexual femenina.

5. Transformar síntomas leves en señal de enfermedad grave: síndrome del colon irritable.

Acá van algunos ejemplos de los «problemas»  que los ciudadanos hemos comprado como enfermedades a las farmaFias, siempre aconsejados por cómplices pertenecientes al estamento médico y al de los medios de comunicación, e incluso a la industria alimentaria:

La disfunción eréctil: Viagra o píldora azul

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Según estudios realizados más de la mitad de la población chilena tiene problemas para mantener relaciones sexuales y se calcula que 35 millones de personas en el mundo acuden al viagra creyendo que tienen disfunción eréctil.

Otros estudios médicos se han encargado de “perpetuar” el uso del viagra; Un estudio realizado años después de la salida al mercado de Viagra por especialistas del departamento de Urología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, en Estados Unidos, estimó que para el 2025 habrá unos 322 millones de hombres con disfunción eréctil, señalando que  “el mayor crecimiento proyectado será en el mundo en desarrollo: Africa, Asia y Latinoamérica”.

Inventor: Laboratorio Pfizer

Robert Furchgott, fallecido en 2009, fue quien realizó las investigaciones que derivaron en el principio químico del sidelnafil, que el laboratorio Pfizer patentó como fórmula para el síndrome de la incapacidad sexual en 1998, habiendo obtenido beneficios desorbitados hasta el pasado año 2013, cuando su reinado como patente mundial venció en beneficio del resto de laboratorios de otros países (que ahora también se forran). (En el caso de EEUU la patente será vigente hasta 2020.)

Sin embargo, este descubrimiento fue casualidad: La compañía farmacéutica Pfizer descubrió los efectos del citrato de sildenafilo cuando trabajaba en un tratamiento para combatir la hipertensión y los problemas cardíacos. En aquellos experimentos se detectó que el citrato de sildenafilo es un potente vasodilatador que incrementa el flujo de sangre en el interior del pene, causando así la erección.

Además de la industria farmacéutica, cabe señalar que las consultas psicológicas y los especialistas médicos privados en materia de órganos sexuales también han sacado su parte.

Desde un primer momento, el viagra se vio favorecido por una agresiva y eficiente campaña promocional, y contó con la imagen de personalidades como Pelé o el ex senador estadounidense Bob Dole, que no dudaron en gritar a los cuatro vientos las maravillas de usar la píldora azul.

Lo cierto es que no se inventó solamente un medicamento, se inventó un problema y con él la predisposición de millones y millones de personas a padecerla, mas si tenemos en cuenta que una gran parte de los factores que provocan disfunción eréctil son psicológicos.

Entre los competidores directos  de la viagra, encontramos el el tadalafilo (comercializado por el laboratorio Cialis) y el vardenafilo (Levitra).

La Osteoporosis

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Básicamente, la osteoporosis es la pérdida de masa ósea, un daño colateral natural de la vejez.

Hoy  se ha convertido en una de las mayores preocupaciones médicas de todos aquellos que ya han cumplido los 50.  Según estudios mundiales la padece 1 de cada 3 mujeres y 1 de cada 12 hombres de más de 50 años anualmente.

El concepto fue definido por primera vez por Fuller Albright en 1948 y desde entonces las industrias productoras de fármacos con calcio y vitamina D han llevado a cabo un negocio redondo, que tampoco han desperdiciado las empresas de productos lácteos, que han sabido explotar hasta la saciedad el concepto de la osteoporosis para vender sus leches, yogures y derivados.

Trastorno por déficit atencional e hiperacrividad o TDAH o el arte de domar niños

(Vea Ritalín: Una sociedad que droga a sus niños)

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En realidad, el diagnosticado como síndrome de hiperactividad o  déficit de atención no es más que la más que extendida dificultad o inapetencia de los niños para concentrase en una sola tarea, algo que incluso podría considerarse sano si tenemos en cuenta que la persona está recién conociendo y aprendiendo a interactuar con el mundo que le rodea.

En Chile afectaría al 5% en la población entre 4 y 18 años de edad, que son tratados con metilfenidato, un derivado de la anfetamina.

Aunque en épocas anteriores había sido referenciado en algunas ocasiones, el creador oficial de este ‘trastorno’ fue Leon Eisenberg, quien comenzó a “ tratar a alumnos difíciles”, probando diferentes psicofármacos con ellos, de los que salió vencedor el metilfeidato.

En el año 1968 se incluyó la “reacción hipercinética de la infancia” en el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM) y desde entonces forma parte de dicho manual, sólo que ahora recibe el conocido nombre de Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) .

En este caso el beneficio es para los productores de fármacos psicoestimulantes, con anfetamina y metilfeidato, además de para los psicólogos infantiles y los colegios, que no tienen que preocuparse ni lidiar con las energías inagotables de algunos de sus alumnos.

El mismo creador del término, el citado León Einsenberg, según artículo del semanario alemán Der Spiegel , reconoció  7 meses antes de morir que el TDAH es un ejemplo de enfermedad ficticia”.

COLESTEROL ALTO: HIPERCOLESTEROLEMIA

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Uno de los grandes males de nuestro tiempo cuya base científica no es del todo clara. Y tampoco su conceptualización, puesto que ciertamente se ha abierto paso como enfermedad cuando en realidad solo es un factor de riesgo, y no siempre.

Además, en este campo cobran importancia las técnicas de ampliación del espectro de la enfermedad. Cambiando las cifras “saludables” se pueden añadir nuevos enfermos a la lista de la noche a la mañana.

Los beneficiados, los mismos; en este caso los productores de medicamentos para bajar el colesterol ‘malo’, las estatinas, apuntadas desde numerosos estudios como peligrosas e ineficaces.

Lo cierto es que la masificación de este problema y su conceptualización como enfermedad, además de ser alentado por las farmacéuticas, lo fue también por las industrias alimentarias, que encontraron en el colesterol el aliado perfecto para sus campañas publicitarias.

Y la lista no acaba aquí: La alopecia (caída del cabello), la menopausia, la hipertensión arterial  –Aquí el truco de la industria reside en haber disminuido los valores que determinan si alguien precisa de tratamiento médico. En Alemania se pasó de 160-100 mmHg a 140-90 mmHg, lo que supuso tripicar la cifra de hipertensos- o el síndrome del colon irritable -que ha pasado de ser  un un trastorno psicomático leve a una auténtica enfermedad a través de un plan de marketing para el medicamento Alosetron , del grupo GlaxoSmithKline, cuando de hecho en la mayoría de ocasiones puede ser perfectamente tratado solo con un cambio en la dieta.

Incluso aspectos de la pesonalidad, como la timidez (Trastorno de ansiedad social) han sido catalogados hoy en día como enfermedadaes.
La industria farmacéutica no esta creando remedios, sino clientes.

 


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