“La confesión de ENAP confirma lo que dijimos desde un primer momento. Es de suma gravedad que la empresa haya entregado información tan equivocada y, por lo tanto, se debe esclarecer qué hay detrás de esta negligencia inexcusable. ENAP debe asumir su responsabilidad, no sólo por el derrame sino por su mal manejo posterior”, señaló el director ejecutivo de Oceana, Alex Muñoz.
El reconocimiento de ENAP es relevante porque la respuesta que exige la normativa para un derrame de 22.000 litros es muy distinta a uno de 3.000. El Reglamento para el Control de la Contaminación Acuática clasifica los derrames como menor, mediano y mayor, para los efectos de la graduación de las sanciones y multas que corresponda aplicar a los responsables.
Un derrame menor lo constituye aquel de no más de cinco metros cúbicos de hidrocarburos o mezclas de hidrocarburos. Por su parte, un derrame mediano lo constituye aquél de más de cinco metros cúbicos y hasta quinientos metros cúbicos, categoría aplicable al derrame de la Bahía de Quintero de acuerdo a la nueva cifra.
Cabe recordar que Oceana presentó el pasado miércoles una denuncia ante la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) para que se investigue y determinen las responsabilidades en el derrame de hidrocarburos que mantiene en vilo a la comunidad que depende de la pesca y turismo, así como a las especies marinas que han fallecido o se han visto afectadas por el crudo.
“Acá se necesita una fuerte intervención del Gobierno. Las empresas del sector no tienen ninguna credibilidad y no se les puede confiar a ellas la solución de más de 40 años de contaminación de la que son responsables junto a autoridades que no han puesto los controles adecuados”, finalizó Muñoz.
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