Banner, el nombre que recibió la halcón hembra, recibió exitosamente su cirugía, recuperando así la totalidad de su visión. Se convirtió así en el primer ave en ser atendido quirúrgicamente, lo cual no es una cuestión meramente estética o superficial: su supervivencia depende de ello.
Jim y Nancy Cowan, una pareja experta en halcones, fueron quienes detectaron el problema de visión del animal. Hacía dos años que Banner sufría de cataratas en cada ojo, y eso le dificultaba tanto cazar como volar. Así, gracias a la intervención de los especialistas, que lograron llevar al ave a la sala de operaciones, y a un equipo de veterinarios y técnicos que llevaron a cabo el procedimiento, el halcón ha recuperado totalmente su visión. Si bien tuvo que atravesar un proceso de anestesia específico, su córnea está ahora en óptimas condiciones, liberada de la capa proteica que le impedía ver bien. Para salvar su visión, se diseñó una lente artificial especial que fue cosida a su córnea, devolviéndole su correcto funcionamiento.
“Es sorprendente lo fuerte que es”, comentó Nancy sobre el hermoso ave recuperado. “Los halcones tienen reputación de ser pájaros serenos, y ella demostró su temperamento, pero también mostró su costado más dulce”. La cirugía, toda una innovación, debió posponerse varias veces hasta que el equipo lograra perfeccionar la forma y tamaño de la lente artificial. Curiosamente, los veterinarios que operaron a Banner, George Messenger y Ruth Marrion, también debieron ser operados por problemas de salud, lo cual retrasó el procedimiento.
Especialistas de todo el planeta participaron en la fabricación de la pieza artificial y en la operación; personas de Canadá, Estados Unidos, Alemania y Emiratos Árabes fueron parte del proceso. Una empresa canadiense, I-Med, donó la lente de 6 mm de ancho; Capital Area Veterinary Emergency Services, en Massachussetts, donó sus instalaciones para la operación; y otras tantas personas del mundo ayudaron a medir, definir y aportar las piezas necesarias para operar del nervio óptico al halcón.
Banner, envuelta en una toalla, despertó de la anestesia y movió su cabecita de un lado al otro. Se puso de pie, infló el pecho y abrió sus alas. Será necesario ponerle gotas anti-inflamatorias por unas semanas, pero todo el mundo lloró de emoción por el éxito del procedimiento. Los signos de mejoría del ave fueron inmediatos, y la ciencia sumó un gran punto en esa delicada tarea de ayudar a la naturaleza.
Fuente: Buen Diario