En general, se cree que las mujeres estuvieron, a lo largo de la historia humana, siempre alejadas de la construcción del conocimiento o, en cualquier caso, que su participación en las tareas que hoy llamamos intelectuales se produjo de manera tardía, en los últimos siglos. Pero no es así, desde los orígenes de la cultura las mujeres han contribuido tanto al desarrollo de la ciencia “oficial” como al desarrollo y mejora de la calidad de vida de la humanidad.
Las evidencias son muchas, sólo que la historia androcéntrica del conocimiento científico las ha convertido en invisibles, tanto a ellas como a sus aportes.
La mujer recolectora puede considerarse como la primera botánica; desarrollaron el conocimiento de las plantas, su cultivo y recolección, las herramientas para cultivarlas, almacenarlas y convertirlas en alimentos, creando así la agricultura y los procesos de elaboración y conservación de los alimentos.
Además, inventaron la alfarería (fabricaron utensilios y objetos de cerámica) y los tintes.
Con el movimiento de rotación del huso, las mujeres convirtieron ciertas fibras naturales, como la lana, el lino y, más adelante, el algodón y la seda, en hilos, provocando diferentes ordenamientos de las moléculas y desarrollando las técnicas de elaboración de tejidos (Solsona, 1997).
DESDE EL ORIGEN DE LOS TIEMPOS
La transmisión de tales saberes prácticos está en el origen de lo que hoy llamamos ciencia y tecnología. No obstante, en la construcción de la ciencia moderna (basada en una epistemología que postulaba la objetividad absoluta, la neutralidad axiológica y la voluntad de independencia respecto al contexto social e histórico), quedaron excluidos esos “avances tecnológicos”, tan fundamentales e imprescindibles para el desarrollo de la humanidad, hasta que no pasaron a ser patrimonio de los hombres.
Otra opinión muy generalizada es que las científicas existieron únicamente en casos excepcionales. Sin embargo los acontecimientos parecen haber evolucionado de forma distinta, ya que la historia es un relato con muchos principios pero sin ningún final.
También fue importante la presencia de mujeres en la tradición de la alquimia, precursora de la química actual, en la medicina, en la preparación de medicamentos (farmacología) y en las escuelas artesanales. Todas ellas se pueden localizar desde la Antigüedad hasta la época medieval, es decir antes de la llamada Revolución Científica.
Dadas las características de las tradiciones filosófica, alquimista o artesanal, antes del siglo XVIII, estas mujeres no tuvieron una participación aislada en las tareas de construcción del conocimiento ya que se han identificado bastantes filósofas, alquimistas o médicas, en contra de lo que se considera habitual en aquellos momentos históricos. Ellas formaron parte de escuelas y tradiciones donde las mujeres no fueron casos excepcionales. De algunas mujeres, hoy en día, se han podido identificar sus textos y reconocer sus palabras, distinguir cuándo escribieron de forma individual, o reconstruir su presencia o su influencia. De otras todavía resulta difícil descifrar sus huellas.
Fueron también mujeres las primeras que se dedicaron a la medicina. Para situar la sabiduría médica de las mujeres hay que recordar que han sido siempre sanadoras. Fueron las primeras médicas, comadronas y anatomistas de la historia occidental: atendían los partos, sabían hacer abortos y cuidaban de la salud de las personas. Fueron las primeras farmacólogas dedicadas al cultivo de hierbas medicinales.
Durante muchos siglos fueron médicas sin título; excluidas de los libros y de la ciencia oficial aprendían unas de otras y se transmitían sus experiencias de madres a hijas o entre vecinas. La gente las llamaba “mujeres sabias”, y durante mucho tiempo constituyeron la única atención médica al alcance de las personas pobres y de las mismas mujeres.
RESPONSABLES DEL PROCESO DE HOMINIZACIÓN
Ese es el título de un artículo de F. B. Martín-Cano Abreu que señala la importancia de las mujeres en la creación de la escritura, la acuñación de monedas, la educación… Algunas de sus afirmaciones que ponen en el centro de la hominización y civilización a las mujeres:
Para Martín-Cano los argumentos que sustentan la afirmación de que las mujeres fueron las primeras que acuñaron y grabaron moneda son:
Las primeras monedas ostentan efigies o símbolos femeninos
En primer lugar el hecho de que las más arcaicas monedas grabadas en diferentes regiones, tras inventarse en el siglo VII a. C., ostentan efigies y emblemas de las primeras colonizadoras pregriegas que fundaron y colonizaron esas mismas ciudades y regiones –a las que dieron sus nombres y en las que gobernaron– y con otros motivos de la mitología matriarcal, y asimismo el mineral elektrón, en que estaban realizadas las más arcaicas monedas, lleva el nombre de la ninfa deificada de Rodas: Electrionia.
En segundo lugar la declaración del historiador Julius Pollux que comenta la posibilidad de que la moneda hubiese sido inventada por una mujer en su Onomasticón en el siglo II, cita aportada por (Carmen Herrero, 1994): “Quizás algunos creerían ambicioso investigar esta cuestión si las primeras monedas fueron acuñadas por Fidón de Argos, o por Demodice de Cumas, mujer de Midas el frigio, hija de Agamenón rey de Cumas…”
A este propósito: “… Hay que exponer que en los templos erigidos a las diosas de la Vida aparecía la ligazón invariable de lo femenino con la riqueza y los objetos materiales, sobre todo cuando originariamente la fabricación de monedas tuvo lugar en los centros culturales a las diosas-madres.” (M. Teresa G. Cortés, 1993).
Respaldaría la hipótesis de que la mujer fuese la inventora de la moneda, en tercer lugar, la escena reflejada en la pintura hallada en la Casa de los Vettii de Pompeya de principios de la época histórica.
En la misma se muestra la diosa Feronia presidiendo un taller de grabación, una ceca, y a su alrededor amorcillos –artesanos feronienses, algunos femeninos, que realizan diferentes fases del proceso de grabación de monedas–. En el centro un amorcillo aequator –ajustador / pesador– pesa el lingote frente a la diosa alada que está sentada.
A la derecha un amorcillo femenino: signator –grabadora graba con el caelum o buril el modelo de moneda frente a una mesa (asociada a las constelaciones Mensa y Caelum / Buril). Y en el extremo dos amorcillos femeninos flatuarii –herreras, artesanas metalúrgicas de cobre– calientan el metal en el horno (asociada a las constelaciones Fornax y a la diosa Fornax que presidía los hornos “fornax”).
Para los expertos la pintura es prueba convincente no sólo de la participación femenina como artesanas especializadas en la ejecución de la moneda, sino además de que el proceso de grabación estaba dirigido por jefas de taller y protegido por diosas Juno Moneta, Feronia, Fortuna, Fornax,…
En cuarto lugar el nombre de Faenos –Phanes– que aparece en una moneda de Halicarnaso (emitida por Éfeso en el año 600 adne) en la que encima de un ciervo pastando aparece la inscripción “Soy el signo de Fanes –Faenos emí sema–. Siendo Faenos la magistrada monetal que vigilaba y dirigía la fabricación de moneda, de la que queda memoria histórica –según Carmen Herrero– y bajo cuya dirección se acuñaban las monedas en el Santurio de Éfeso.
Martín-Cano también defiende con argumentos que fue la mujer la inventora de la escritura y de las técnicas asociadas a escribir. Dice:
“Además fueron las mujeres, las más arcaicas sabias, las que inventaron la escritura, que las colonizadoras después extendieron por numerosas regiones (…) Escritura de la que se conserva memoria como invento atribuido a diosas en multitud de regiones y que las enseñaron a la humanidad: autoría femenina“…sublimada a categoría divina”. Y así a la diosa Tasmetum “Se la honró como inventora de la escritura cuneiforme”. (Sechi, 1993).
INVENTORAS DEL ALFABETO
En India a la diosa Sarasvati (Sechi, 1993), del sánscrito: (Enciclopedia Biográfica de la Mujer, 1967); en Egipto se atribuye a las diosas Isis y Sesat –Safet– ser las inventoras de la escritura (Enciclopedia Biográfica de la Mujer, 1967 y Mazenod, 1982); en China es la diosa Nu Kua la inventora de la escritura; en Italia es la diosa–profetisa/diosa– Carmenta –Nicóstrata– la inventora del alfabeto latino de quince letras…
Y asimismo las más antiguas tablillas de arcilla con textos en escritura cuneiforme han sido encontradas en templos de culto a diosas (servido en la Antigüedad exclusivamente por sacerdotisas). Y así se han encontrado las más antiguas tablillas de arcilla en Uruk, hoy Warka, donde se inventó la escritura sumeria en el año 3300 a. C., donde los turanios caldeos adoraban a la Diosa Ana –An/Anna/Eana/Eanna /Inanna– en el Santuario Eanna o Casa del Cielo.
Las técnicas para escribir
El aprovechamiento de las pieles como pergaminos, los papiros, las tablillas de arcilla en fresco o cocidas y enceradas para escribir sobre ellas.
Que las tablillas usadas para escribir fuesen invento femenino es corroborado tanto por hipótesis mítica como arqueológica. Los mitos lo atribuyen a la diosa Nisaba, la Señora de Saba y Patrona de Escribas (Leick, 1991).
También es arqueológica la evidencia de esta hipótesis, ya que las más antiguas esculturas humanas con rollos de pergamino o de papiro o con plumas de aves o estiletes de junco –cálamus– usados para escribir con tinta o con estilos para rayar la arcilla cocida encerada, son femeninas. Así aparecen ejemplos artísticos de las más antiguas poetisas que escribieron sus oráculos y textos con rollos de pergamino, tablillas de arcilla o libros en la mano.
Dos ejemplos artísticos de Mesopotamia son las esculturas femeninas con rollo de pergamino en la mano de las sacerdotisas escribas de Ur, Tell-El Obeid y de Tell Asmar del Templo de Abu en Eshnonna, datadas en el IV y III milenio a.C.
Sobran ejemplos de mujeres poetisas: la escultura de Walkiria con rollo de pergamino, la de la sacerdotisa volsca Fortuna Antiastina y la de la diosa japonesa Zenmyo Noshin
Asimismo los establecimientos de enseñanza dedicada a elevar el nivel cultural y donde se acumulaba libros y el conocimiento, tienen nombre femeninos: Ateneo, de la diosa Atenea; Amaltheum, Biblioteca de la diosa Amaltea; el Museión, Museo era el templo de las musas; el Parnaso, conjunto de los poetas de un pueblo –de Parnaso, monte de Delfos donde moraban las musas parnásidas en la escuela-santuario parnasiana donde enseñaban a las niñas los himnos sagrados– es epónimo de la heroína, diosa y musa Parnasia…
Educación
En cuanto a la educación, el autor señala que las mujeres fueron maestras-nodrizas, que cuidaron en principio de la educación de las niñas, futuras sacerdotisas escribas y oficiantas de la religión matriarcal, a las que enseñaron escritura y los mitos matriarcales en las escuelas ubicadas en los templos. Y más tarde también a los varones. Pone como ejemplo, entre otros, a Diótima de Mantinea, maestra de Sócrates en el siglo V a.C.
También dice este investigador que las mujeres fueron las primeras juezas: “Y también serían las mujeres la más antiguas sacerdotisas supremas que actuaron de legisladoras, celebraron juicios, juzgaron, castigaron o perdonaron a los malhechores, presidiendo los tribunales y las asambleas bajo la advocación de diosas fatales y legisladoras.
La mujer es quien “Establece Leyes”, guardianas de las leyes, juezas invocada al jurar, diosas profetisas que determinaban el destino humano. Al respecto leemos: “Ceres –versión romana de la griega Madre Tierra Deméter– también se denominaba Ceres Legífera, es decir: la legisladora, y afirmaban que sus sacerdotisas habían creado el sistema legal romano.” (Husain, 1997)”.
Concluyendo. Para muchos investigadores, fueron las mujeres las que, con su gran fuerza creadora, iniciaron el desarrollo cultural humano, y donaron al mundo sus enseñanzas para la supervivencia y el progreso.
Son las autoras de los inventos fundamentales y de las grandes conquistas técnicas, sobre los que se asentaron y construyeron después las actividades intelectuales antes de que triunfase la revolución patriarcal: la agricultura, el uso de preparados medicinales, las primeras herramientas, la cerámica, la escultura, la religión monoteísta femenina y los primeros mitos de la religión agraria (reflejados en obras de arte), las dramatizaciones míticas y las más arcaicas ceremonias religiosas (con fundamento astronómico), los instrumentos musicales, las primeras leyes que facilitaron el gobierno, el comercio, la educación. Y son mujeres las descubridoras de los métodos revolucionarios que posibilitaron el enriquecimiento, el uso de monedas, etc.
EL GRAN CAMBIO
De tal modo que las culturas matriarcales pacíficas, anteriores al año 2500 adne, antes de la revolución patriarcal son las que produjeron: “…todos los elementos básicos de las civilizaciones antiguas desarrolladas –la escritura, la rueda, las matemáticas, el calendario, la monarquía, el sacerdocio, el simbolismo del templo, los impuestos, etc.– y los temas mitológicos específicos…” (Campbell, 1991).
Más tarde se produjeron las invasiones patriarcales. Los varones eligieron la tendencia a “civilizar” de manera militar y violenta. Ellos empezaban por invadir y conquistar por las armas territorios codiciados habitados y gobernados por mujeres, se posesionaban del trono y de sus reinos, expatriaban, esclavizaban y sometían a los antiguos habitantes, se beneficiaban de las experiencias y logros femeninos, devastaban sus construcciones. Y después sobre sus ruinas reedificaron, impusieron una organización patriarcal y sus creencias patriarcales e inauguraron nuevos cultos patriarcales.
Cuando los conquistadores se apropiaron por la violencia del poder legítimo ejercido por reinas cuya autoridad era reconocida porque ejercían un poder de origen divino, los usurpadores ejercieron un poder no sancionado por la divinidad ni heredado matrilinealmente. Y al ejercer el poder de manera ilegítima, no era aceptada sin rebeldía su autoridad –ni el uso de sus atributos: trono, cetro y corona– por una sociedad campesina, que tenía el concepto de la autoridad maternal y matrilineal profundamente arraigado en su conciencia.
Así que los nuevos gobernantes debieron seguir recurriendo a la violencia y a la guerra para imponer su autoridad y su modelo de realeza, aunque también recurrieron al casamiento con la heredera legal.
Con las guerras, sobrevino la destrucción de una cultura matriarcal que había estado vigente alrededor de 25.000 años. “Además tengo la siguiente hipótesis: la guerra es un fenómeno cultural, no es un fenómeno natural (…) Los animales no hacen la guerra (…) Mi hipótesis es que la guerra (…) empezó, o al menos está relacionada, con el paso del matriarcado al patriarcado.” (Ramón Panikkar, 1988).
Así fue la mujer fue la más arcaica agricultora, que roturaba y cultivaba el campo. Fue la más arcaica escultora-alfarera, que modelaba las vasijas y esculturas necesarias para contener alimentos. La más arcaica artesana, curtidora, hiladora o metalúrgica: fabricaba los diferentes adminículos domésticos, agrícolas, textiles, derivados de animales y metalúrgicos como la moneda para sus transacciones comerciales.
Y la primera astrónoma: era la conocedora del calendario agrícola y de las constelaciones cíclicas. También la más arcaica mitóloga: inventó las más viejas leyendas religiosas.
Por tanto es la más arcaica sacerdotisa, bautizadora, legisladora, jueza: dirigía las ceremonias sagradas de Fertilidad para propiciar a la diosa, a la que encarnaba, así como juzgaba y castigaba a los infractores de las leyes en nombre de la Madre Naturaleza. Y la más antigua diosa que adoró toda la humanidad –y lo hizo en exclusiva antes de que, con el politeísmo, aparecieran las divinidades masculinas, en la Edad del Bronce.
Fue la primera música que tocaba instrumentos que habría inventado y bailaba en ceremonias religiosas. Y la que inventó la escritura, los números y también la primera poetisa y cantante, que compuso los himnos de las ceremonias de fertilidad, que escribió en rollos de pergamino y llevaba las cuentas de los templos. Y fue la más antigua actriz, que participaba en comedias de carácter religioso en honor de la diosa del Amor. También la maestra, que enseñaba a las nuevas generaciones todos los conocimientos útiles para enfrentarse a la vida.
Y la más antigua curandera, que descubrió plantas medicinales (que llevan sus nombres), la más arcaica partera, la médica que curaba a sus hijos; la veterinaria, que creó vacunas y métodos de curación de animales.
La primera colonizadora, que sabía cómo descubrir pozos de agua o llevar la fertilidad a regiones estériles.
Además fue comerciante, cazadora, molinera, panadera, viñatera, recolectora de miel y frutos…
Hay una creencia en la autoría femenina que otros Investigadores como el Profesor Le Roy Mcdermontt de la Universidad de Missouri, comparten. De él cita Husain (1997): “En el caso de que esta teoría sea correcta, la inmensa mayoría de las esculturas paleolíticas fueron obra de mujeres, lo que sustenta los argumentos de las feministas acerca de que no fueron los hombres sino las mujeres las originales artesanas, artistas y transmisoras culturales de una generación a otra.”
A continuación vamos a mencionar algunas de las mujeres –de todas las épocas– que han utilizado su ciencia e ingenio para producir inventos en beneficio de la humanidad, que las ha silenciado e ignorado o que se ha aprovechado de ellas apropiándose sus logros. Seguiremos el listado expuesto por Raquel Barcos Reyero y Eulalia Pérez Sedeño en Mujeres inventoras, al que añadiremos otras investigaciones. No estarán todas: “son todas las que están, pero no están todas las que son”.
Es realmente difícil encontrar información, ya que existen pocos documentos y las huellas que dejaron han sido filtradas por la mirada de los hombres que reconstruyeron la historia. Cuatro de esas mujeres son:
Agnodice (300 a.C). Ateniense que vestida de hombre ejerció su profesión con éxito entre las mujeres. Fue denunciada por los médicos y condenada a muerte. Las mujeres de la ciudad amenazaron con morir con ella si era ejecutada.
Hipatia (siglo I) Fue la filósofa y matemática más relevante de la Antigüedad (en la ilustración al costado). Se interesó también por la tecnología y diseñó diversos instrumentos, entre ellos el astrolabio plano que se usaba para medir la posición de las estrellas, planetas, etc. Fue brutalmente asesinada en Alejandría por un grupo de fanáticos cristianos que la consideraba representante peligrosa del pensamiento pagano.
María la Judía (siglo III) Vivió en Alejandría y estableció las bases teóricas y prácticas de la alquimia. Inventó complicados aparatos de laboratorio para la destilación, la sublimación… “El baño maría” (Balneum Mariae) es el más conocido y se usaba entonces como se usa hoy, para calentar lentamente o mantener la temperatura constante.
Hildegarda de Bingen (1098-1179) Fue la primera científica cuyos escritos han permanecido indemnes al paso del tiempo. Escribió una enciclopedia de historia natural y varios volúmenes sobre medicina.
por Portal Federación Mujeres Progresistas
Foto portada: Marie Curie (Marja Skłodowska, conocida también como Maria Sklodowska-Curie) (7 de noviembre de 1867 – 4 de julio de 1934) fue una química y física polaca, posteriormente nacionalizada francesa. Pionera en el campo de la radiactividad, fue la primera persona en recibir dos premios Nobel y la primera mujer en ser profesora en la Universidad de París.