En el marco del refuerzo de una alianza estratégica, desde Moscú los cancilleres de Rusia y Venezuela condenaron las “imposiciones extranjeras” contra sus países y repudiaron las sanciones económicas de EEUU y la Unión Europea que intentan “debilitar la soberanía”. El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Rafael Ramírez, que se encuentra en la capital rusa, también instó a fortalecer los lazos del Mercosur y la Unasur con organismos como el grupo BRICS y la Organización de Cooperación de Shangai en los que Rusia posee fuerte protagonismo, para neutralizar “las políticas imperiales de sanciones de cualquier índole”.
“Los intentos de interferir en los asuntos internos, tratar de utilizar ciertas herramientas para calentar la situación y crear tensión son ilegales y no cumplen con las obligaciones de los estados en virtud del derecho internacional”, precisó el Canciller de Rusia Serguei Lavrov, al destacar el posicionamiento conjunto con su homólogo venezolano. Agregó que eran “intentos de cambiar el gobierno de los estados soberanos a través de la aplicación de determinadas acciones desde el exterior”, y citó como ejemplo a ambos países y Cuba.
Por su parte, el gobierno de Venezuela repudió las sanciones impuestas por EEUU y la Unión Europea contra Rusia “con el objetivo de debilitar y chantajear su soberanía”, señaló la Cancillería en un comunicado luego de la reunión en Moscú. “No pueden pretender bajo la excusa de los escenarios orquestados por ellos mismos en Ucrania, restringir el desarrollo económico de Rusia”, agregó.
Desde Moscú, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Rafael Ramírez apuntó de modo directo contra EEUU, al que responsabilizó de estar detrás de las organizaciones de derecha que promueven la desestabilización, y citó como ejemplo al asesinato del diputado y militante bolivariano Robert Serra, reprodujo Prensa Latina.
A su vez, en el marco de la construcción de una nueva geopolítica mundial Venezuela busca estrechar las relaciones de su país y los organismos de integración regionales –como el Mercosur, la Unasur, la Celac y el Petrocaribe – con el grupo BRICS e incluso la Organización de Cooperación de Shangai (OCS). “Proponemos la creación de mesas de trabajo políticas, sociales y económicas que acerquen y fortalezcan los vínculos con espacios de integración latinoamericana y caribeña de grandes principios soberanos (…) que de alguna manera contrarresten y neutralicen las políticas imperiales de sanciones de cualquier índole”, indicó la Cancillería bolivariana en un comunicado.
Durante la reunión BRICS –Unasur que se llevó a cabo en Brasil en julio, el presidente Maduro fue contundente acerca de la posibilidad de construir un mundo pluripolar y multicéntrico. Al referirse a los bloques, sostuvo que “tienen el mismo objetivo: la construcción de una nueva arquitectura financiera que beneficiará el desarrollo económico en términos de equidad para nuestros países, para acabar con el capital financiero especulativo que saquea nuestras economías, y empezar a promover la inversión productiva”.
De ese modo saludó la iniciativa del BRICS de crear un nuevo banco de desarrollo que pueda contraponerse a las políticas de organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial son una larga tradición de depredación de las economías emergentes.
Petróleo, sector clave
Se trata de la primera visita oficial de Rafael Ramírez a Rusia en calidad de Ministro de Relaciones Exteriores, cargo que asumió a principios de septiembre. Antes, lideraba el ministerio de Energía y Petróleo y Petróleos de Venezuela, sector clave en las relaciones con el gobierno de Vladimir Putin. PDVSA y la petrolera rusa Rosneft producen 150 mil barriles diarios de petróleo en sus empresas mixtas y a fines de julio acordaron la creación de una nueva empresa de capitales conjuntos para el desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco.
A su vez, en el mes de mayo, PDVSA y Rosneft firmaron un contrato para el suministro de 1,6 millones de toneladas de petróleo y 7,5 de sus derivados por los próximos cinco años. El acuerdo le permitirá a Rosneft vender el petróleo venezolano en mercados en los que el Gobierno bolivariano intenta expandirse, por ejemplo en Asia. Para la empresa rusa se trata de hacer frente a las amenazas de sanciones de los países de Occidente a raíz de la presión ejercida en torno la situación en Ucrania.
Después de Brasil, Venezuela es el segundo socio comercial más importante de Rusia en América Latina, y el intercambio entre los dos países alcanzó 2.450 millones de dólares en 2013, precisó Ria Novosti.
Ramírez también destacó la cooperación en materia militar: en el 2012, aprobó una partida de 5 mil millones de dólares para equipamiento de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en un convenio técnico-militar con Rusia.