Chile está desarrollando una imagen muy atractiva para los países vecinos y lejanos. Estamos recibiendo una gran “oleada” de personas de diferentes partes del mundo que llegan buscando nuevas oportunidades. Según un informe de la ONU, Chile es el país donde más creció el número de inmigrantes entre 1990 y 2013 en Sudamérica, pasando de 107.501 en 1990 a 398.251 en 2013, lo que representa un aumento de 290.750 personas.
Sin embargo, la inmigración está siendo vista como una gran amenaza, más que una oportunidad. Tal vez por información errónea o por temor a no estar preparados, ciertos mitos se han establecido en nuestra sociedad frente al tema.
1. Son demasiados los extranjeros en nuestro país. Nos están invadiendo.
Dijimos que Chile es de los países sudamericanos donde más ha crecido la inmigración. Sin embargo, según el Censo 2012, sólo el 2,04% de la población chilena corresponden a residentes extranjeros. Esa cifra corresponde a 350 mil personas. Estamos viviendo un proceso migratorio importante, pero no es cierto que nos están «invadiendo», como muchas personas creen.
Para tener en cuenta, el promedio mundial de inmigrantes es de 3,1%, cifra que en los países desarrollados es en torno al 10% e incluso más en algunos casos.
Además hay que considerar otro punto: por cada persona que ingresa a Chile, dos chilenos ya han emigrado. El número de chilenos que vive en otros países corresponde a un 6% de la población chilena, lo que equivale un millón de personas, es decir, el número de habitantes de una región de nuestro país. Somos un país de inmigrantes, pero también de migrantes, así que deberíamos ser coherentes y tratar a los extranjeros como quisiéramos que nos traten a nosotros cuando buscamos suerte en otras tierras.
2. Los inmigrantes que llegan al país son de bajo nivel educativo
La mayor cantidad de inmigrantes que llega a nuestro país son peruanos. Del total de inmigrantes que llegan a Chile, un 30,5% pertenecen a esa nacionalidad. Luego son seguidos por los nacidos en Argentina, que corresponde a un 16,7%, los siguientes puestos corresponden a los colombianos (8%), bolivianos (7,4%), ecuatorianos (4,8%), españoles (3,2%), norteamericanos (3,2%) y brasileños (2,8%).
Si tomamos entonces al gran grupo que llega a nuestro país, proveniente de Perú, nos daremos cuenta que ellos no tienen un nivel de educación bajo. Es más, el 77% tiene 10 o más años de estudio en diferentes áreas. En cambio, sólo el 50% de los chilenos alcanza ese nivel educativo. Además, los inmigrantes en general, se desarrollan en trabajos menos calificados en relación a su formación.
Así lo dice este informe de la OCDE sobre la migración peruana. “Los migrantes peruanos tienden a tener un elevado nivel educativo. En términos generales, sólo el 44% de los migrantes peruanos con titulación universitaria o técnica equivalente tienen puestos cualificados y, en todos los casos, ese porcentaje es menor que para los nativos. Con todo, aunque el nivel absoluto es similar en cada país, se observan diferencias sustanciales en la magnitud de la brecha: comparado con las oportunidades disponibles para la población nativa, los migrantes tienen menos probabilidades de encontrar un trabajo cualificado en Chile, que en España o Estados Unidos”.
El Censo 2012 también comprobó que el nivel educacional de los inmigrantes en general es alto. Según sus resultado, el 18,54% posee educación básica, 36,09% tiene educación media y 43,56% tiene educación superior. un análisis del instituto Libertad y Desarrollo:»esto refuerza la teoría de que el migrante que reside en Chile tiene un alto nivel educacional, incluso superior al chileno».
3. Son responsables del aumento de la delincuencia
Según datos de Carabineros, los delitos asociados a personas inmigrantes no alcanza siquiera el 1%.
4. Llenan las escuelas y le quitan los vacantes a nuestros hijos
Sólo el 5,7%de los niños matriculados en la Red de Municipalidad son hijos de inmigrantes (1 de cada 20). Muchos de ellos ya son chilenos como cualquiera de los niños de nuestro país, porque nacieron en Chile.
5. Le quitan el trabajo a los chilenos
Los inmigrantes vienen a ocupar puestos de trabajo que los chilenos ya no quieren desempeñar. No se ha logrado comprobar una relación causa-efecto entre cesantía e inmigración.
Según el censo 2012, nuestra población está envejeciendo, por lo que la inmigración podría ser un complemento ideal para nuestra sociedad, especialmente en el área laboral. Esto porque según datos de extranjería, un 20% de los inmigrantes tiene menos de 18 años.
6. Los inmigrantes no generan impuestos y además financiamos su salud
Cuando los trabajadores inmigrantes logran tener un contrato, cotizan y pagan impuestos como todos los chilenos. Y aquellos que no están en situación regular, casi siempre lo están por las restricciones que nosotros mismos hemos puesto como país a su regularización. El 60% de los inmigrantes trabajan y los peruanos son quienes más participan del mercado laboral. También consumen productos de todo tipo, que incluyen en su valor el IVA, por lo que sí pagan impuestos.
Lo mismo sucede con la salud, en la medida que los migrantes tienen regularizados sus papeles, se insertan en los servicios de salud de igual manera que los chilenos. Para ellos no hay un costo adicional por su incorporación. Quienes no tienen sus papeles, tienen que ingeniárselas para tratar su salud como sea.
7. Los inmigrantes no tienen derechos, ya que no son ciudadanos. No pueden quejarse.
Resulta que la nacionalidad no es la base de los derechos, su fundamento es la condición de ser humano. Toda persona tiene derecho a una vida digna y puede exigir seguridad, respeto y defensa contra los abusos.
Por lo mismo, urge hacer un cambio en la legislación migratoria de nuestro país. Como dice el sacerdote jesuita Miguel Yaksic en esta columna: «Muchos migrantes en Chile, al no haber podido regularizar su situación migratoria, se encuentran en un estado de desprotección, que termina en la vulneración de varios de sus derechos: al no tener RUT quedan fuera del sistema de protección social y tienen dificultades para el acceso a la salud. Sus condiciones de habitabilidad resultan sumamente precarias al vivir hacinados en cités. Pueden ser expulsados del país en virtud de un decreto emanado de una Intendencia, no siempre respetando el debido proceso administrativo, y a veces vulnerando derechos fundamentales, como el principio del interés superior del niño. Un niño puede quedar como apátrida cuando al momento de nacer su madre se encontraba en situación migratoria irregular, vulnerándose el derecho a la nacionalidad».
La migración es una realidad que para Chile será un tema importante durante lospróximos años. Por lo mismo, se necesita una política de integración eficaz y también solidaria para las personas que lleguen a nuestro país. Es importante también entender la inmigración como una oportunidad de desarrollo y no como un problema.
Tal como dice este informe de Libertad y Desarrollo: «Las migraciones son un fenómeno creciente, y como tal son interesantes para analizar desde el punto de vista de las políticas públicas. Pero se debe tener claro que presentan una oportunidad fundamental para el desarrollo futuro de nuestro país, por lo que se debe tener una concepción positiva del migrante y comprender que las razones para venir a nuestro país son diversas, pero tiende a aportar en materias sociales, culturales, económicas y laborales, claves para avanzar hacia un país más desarrollado».