Morales se expresó en estos términos durante su último discurso electoral antes de los comicios presidenciales de este domingo. Asimismo, el mandatario tildó a sus opositores de «vendepatrias» y «separatistas», acusándolos de querer ceder los recursos naturales a compañías extranjeras y de haber buscado la separación del territorio nacional.
El presidente boliviano subrayó que su país «está mejor políticamente, democráticamente y económicamente» sin la presencia del embajador de Estados Unidos, sin bases militares de ese país y sin la agencia estadounidense antidroga (DEA). El mandatario también defendió la importancia de la nacionalización del sector petrolero para la economía del país alegando que «esa es nuestra lucha». «Con eso nos hemos liberado económicamente, ahora no dependemos de los entes financieros internacionales», recalcó.
Según las encuestas realizadas a pocos días de los comicios, el presidente-candidato por el Movimiento al Socialismo (MAS) obtendría entre un 57% y 59% de la intención de voto, frente a una oposición fragmentada y debilitada encarnada por Medina (18%) y el expresidente liberal Jorge Quiroga (9%).
Pese a que la Constitución promulgada por el propio Morales en 2009 permite sólo dos mandatos consecutivos, el Tribunal Constitucional avaló su candidatura para un tercer mandato con el argumento de que el primero (2006-2010) no computa porque el país fue refundado en 2009 con la nueva Carta Magna.