Sergei Lavrov
El Ministerio de Exteriores ruso comunicó que no se sumará a ninguna coalición que incumpla las “leyes internacionales”. De esta manera, el ministerio contradice las observaciones formuladas por John Kerry, tras una reunión con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, el martes. El comunicado sostiene que Moscú no se unirá a “cualquier” coalición que se “cree sin el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU y que viole el derecho internacional.”
El Ministerio prosiguió alegando que Washington ha descartado una comisión bilateral con el objetivo de ayudar a combatir el terrorismo y señaló que Moscú ya está dando una “ayuda significativa” a Siria e Irak y continuará haciéndolo. Lavrov, por su parte, sostuvo que “se llamó la atención de Kerry sobre que, en el marco de la comisión presidencial ruso-estadounidense, existía un grupo antiterrorista que, en particular, realizaba intercambios de información útiles para ambas partes”.”En cambio, la actividad de la comisión presidencial y de todos sus mecanismos, incluido el grupo sobre antiterrorismo, fue suspendida de manera unilateral por la parte estadounidense”, indicó.
Kerry dijo el martes en conferencia de prensa, que él y el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia habían acordado “intensificar la cooperación de inteligencia con respecto al EIIL y otros retos contra el terrorismo”, durante una reunión en París. Además, agregó que en la reunión con Lavrov le sugirió al ministro “si Rusia podría hacer más para apoyar a las fuerzas de seguridad iraquíes,” en la lucha contra el Daesh.
El rechazo de la parte rusa se relaciona con las duras sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, acusando al país de la desestabilización de Ucrania. Moscú, sin embargo, rechaza la acusación y ha tomado medidas punitivas como represalia.
Los dos países también se encuentran en desacuerdo sobre la crisis en Siria, ya que Moscú ha tomado la decisión de apoyar al gobierno del presidente constitucional sirio Bashar al-Assad. Rusia ha comenzado recientemente también a equipar al Ejército sirio con armas avanzadas. Entre estas armas se hallan misiles con una gran capacidad destructiva, sistemas para localizar y destruir túneles y limpiar campos minados.
Esta entrega de armas rusas supone también un mensaje político dirigido específicamente a Washington, que se niega a cooperar con el Ejército sirio en su lucha contra el terrorismo, y a Turquía, que amenaza con una operación en el norte de Siria. Rusia ha dejado claro a Estados Unidos que cualquier estrategia de lucha contra el EIIL pasa por coordinarse con Damasco y por respetar la soberanía de Siria y su gobierno legítimo.
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