Los productos sintéticos tienen una gran desventaja pues son artificiales, creaciones humanas, y muchas de ellas no cuentan con los estudios necesarios para garantizar que son saludables. Existen cientos de químicos ingertos en los alimentos, textiles y hasta en los cosméticos y productos higiénicos que empleamos, pero generalmente, aún prescindimos del conocimiento sobre cuáles sustancias en ellos pueden ser nocivas.
Paulatinamente somos más concientes de los productos que adquirimos, luego de que la industrialización rapante llegara a su auge hace pocos años. Es una realidad, la expansión del conocimiento sobre lo que consumimos va permeando la cultura ( aunque más lentamente que lo desable). En este contexto, los productos cosméticos también han sido arrasados por el uso de productos químicos, muchos de ellos tóxicos, pero que aún así se permiten y contienen ingredientes tóxicos como Dimetil oxazolidino, Armilacetato, Alkifenol, Quaternium, Aceite mineral, Paraffinum, Paraffinum liquidum, Petrolatum, etc.
En un estudio de Nicolás Olea, Catedrático de la Universidad de Medicina de Granada, se probó que en el 90% de las biopsias realizadas a mujeres con cáncer de mama, encontraron restos de parabenes (un conservante muy utilizado en productos de cosmética e higiene). Aunque no puede hacerse una relación autoritaria sobre el efecto del parabenes con el cáncer de mama es una notable coincidencia que genera escabrosas conjeturas.
También se ha probado que algunos cancerígenos se encuentran en cientos de productos de limpieza y cosméticos como el Quaternium 15 (liberador de formaldehido, considerado oficialmente cancerígeno). O Mercadona, que contentiene Bronopol y Trietanolamina, y que juntas crean Nitrosaminas (consideradas también cancerígenas).
Te presentamos algunas buenas razones para cambiar tus cosméticos artificiales por los naturales:
- Los cosméticos industriales contienen sustancias que pueden ocasionar enfermedades autoinmunes, alergias o, incluso, cáncer.
- La mayoría de los cosméticos naturales tienen ácidos grasos muy similares a los humanos, que tienen nutrientes imprescindibles para la regeneración celular de la piel y de oligoelementos y nutrientes que retrasan el envejecimiento y fortalecen el sistema inmunológico.
- Los aceites esenciales son relativamente económicos, hay de muchos tipos y tienen propiedades aromáticas y humectantes.
- Los aceites vegetales son también muy benéficos para la piel y su precio también es muy económico.
- La cosmética natural respeta a los animales.
- Casi todos los ingredientes vegetales mejoran tu piel.
- Todos los químicos desarrollados en el laboratorio pueden patentarse, lo que ayuda a la proliferación de los monopolios y acrecienta el poder de las empresas, además de que estas defenderán sus creaciones por encima de cualquier criterio de salud. En cambio, la naturaleza no puede patentarse.
- Es sencillo desarrollar conservadores y colorantes en los laboratorios, pero mucho más dañino. Recolectar al estilo antiguo las propiedades de la naturaleza es mucho más artesanal, poético, pero sobre todo sano.
- La mayoría de fabricantes incluyen en sus productos elementos o ingredientes que no es necesario especificar, lo que les da lugar a que creen productos que prácticamente desconocemos.
- Comprando cosméticos naturales ayudarás al comercio justo y local, de menor escala, ayudarás a cuidar tu salud, la del planeta, los animales y a que se propague esta cultura.
- Muchos de los ingredientes empleados en los cosméticos naturales, por cierto retomados desde tradiciones milenarias en la estética e higiene, tienen propiedades que no solo no te dañarán, sino que acrecentarán tu belleza y salud, tales como el aloe vera que es anti-inflamatorio, hidratante, calmante y protector; o el Argan, un hidratante, reafirmante, promueve la renovación celular, anti-arrugas, luminosidad, etc.
- Es un combo ecoamigable: la mayoría de los cosméticos naturales se elaboran bajo criterios ecológicos que van más allá de los ingredientes, como el uso de energías renovables en su generación.
Fuente: Ecoosfera