La crisis ecológica a nivel global es consecuencia de diferentes problemas locales y globales del medio ambiente, como la superpoblación, la contaminación y la destrucción de los recursos naturales, que comprometen la salud de los ecosistemas y del planeta en su conjunto; estaría provocada por la relación que los seres humanos han establecido con el medio ambiente a lo largo de su historia. (Triandis y Suh, 2002).
Los conocimientos científicos muestran que los recursos no son ilimitados y que el desarrollo y organización de la industria orientada al mercado, las prácticas agrícolas masivas, la obtención y uso desproporcionado de la energía y los hábitos de vida y de consumo están dañando gravemente los ecosistemas y poniendo en grave peligro la vida en el planeta y la supervivencia del ser humano.
La existencia de recursos minerales con un cierto grado de concentración natural en el planeta ha sufrido una disminución cuantitativa y cualitativa de inmensa magnitud. En el año 1900, Estados Unidos extraía minerales de cobre con una ley promedio del 5%, que en la actualidad es inferior al 0,4%; diferencia abismal que indica la escasez del “recurso”. Este ejemplo se repite en casi todas las geografías y tipos de minerales.
La explotación minera (recursos no renovables) en América Latina ocurrida durante los últimos siglos ha sido provocada por un conjunto de fuerzas denominado el complejo TEDIC (Vlek, 2000), que se refiere al resultado del producto de la tecnología, la economía, la demografía, las instituciones y la cultura. El sistema económico internacional podría ser compatible con la preservación del medio ambiente, sin embargo, el consumo de los recursos no renovables como es el caso de la minería, ocasiona daños en los ecosistemas, y en la salud, que son irreversibles.
Contradictoriamente, la voluntad expresada por las personas es uno de los principios democráticos de la Declaración de Viena, principio que fuera vulnerado en países como Latinoamérica; la minería fue impuesta a las comunidades, mediante licencia para operar, que deja el resultado de: matar la flora, fauna, aniquilar la cultura, y trae consigo las enfermedades a las personas; despojándolas de las comunidades, de sus bosques y aguas.
En América Latina la explotación minera en gran escala nunca ha sido realizada por el propio país; el coloniaje fue opresivo contra la cultura y contra la vida; perdimos gran parte de nuestra riqueza natural y humana durante la feroz historia; muestra de ello es el Departamento de Huancavelica (Perú) que “sobrevive” en condiciones de extrema pobreza. La taza promedio de mortalidad infantil es de 43 por mil nacidos vivos, en Lima es 23 por 1,000. En Huancavelica del 109 por cada 1,000. Así la mortandad infantil de la población indígena en Huancavelica es hasta 7 veces mas alta que la de Lima, mientras que la esperanza de vida alcanza a 77 años en Lima y en Huancavelica es de 53,7 años.
Dichas diferencias se produjeron entre otras cosas por ser uno de los territorios más ricos en oro, plata, cobre y mercurio (La minería representa el 40% de los ingresos brutos del país, aunque sólo emplea el 2% de la población peruana.)
Las Industrias mineras que han funcionado a lo largo de la historia en América Latina han restringido y violado el derecho elemental de los trabajadores; siendo siempre las empresas transnacionales las más beneficiadas. Lo que no es posible, es demandar después de un siglo de explotación a esas empresas británicas y occidentales, que no existen con ese nombre, lo que sí existe es un pasivo de contaminación ambiental que venimos arrastrando durante siglos.
Debido a los altos niveles de contaminación permisible no ha sido posible evaluar el impacto de las diferentes enfermedades, deformaciones congénitas, tumores y daños renales, que derivan de los altos niveles de contaminación ambiental. Las comunidades deben tener conocimiento sobre la contaminación y los efectos para su protección; la omisión obedece a beneficiar a multinacionales mineras que continúan su política post-colonial en América Latina.
Existen casos dramáticos como el de Cerro de Pasco (Perú) donde se comprobó cómo la contaminación minera afecta a las comunidades del país; los más vulnerables son los niños; quienes además sufren de cuadros de desnutrición, no desarrollan sus huesos con normatividad, sufren de enfermedades de la piel y su sangre se encuentra contaminada de plomo. Algunas empresas tienen programas ambientales como Yanacocha, en Cajamarca en la extracción de oro, Billington, Tintaya , Cuzco, Pierina en Ancash; pero nadie habla de ello.
Los cerros artificiales con desechos tóxicos que deja la actividad minera; según el informe de la Organización Mundial de la Salud, revela índices mayores a diez micro gramos de plomo por decilitro de sangre es intoxicación, al inhalar o ingerir el polvillo que desprende infecta a la población. La Oroya, Cerro de Pasco y Chimbote son ciudades peruanas contaminadas; Arequipa, Cuzco y Trujillo son ciudades con niveles altos de contaminación; pero no llegan al estado actual en que se encuentra de la Oroya, donde estudios científicos demuestran que la papa que es consumida por la comunidad contiene cadmio, arsénico, y que no sirve para el consumo.
Sólo se escucha hablar de los beneficios que traen la explotación de las mineras. Sólo en la provincia de Parinacochas (Ayacucho) hay más de 270 mil hectáreas comprometidas en denuncias mineras, incluso la capital Cora Cora, los alrededores de la laguna de Parinacochas y zonas arqueológicas como Samana y Cerro Caserón también han sido lotizados para esta actividad (2008).
Nadie habla de los impactos ambientales. No se muestra la magnitud que tiene una actividad minera. La minería requiere mucha energía, es una de las actividades que más energía necesita; utilizan hidrocarburos, energía eléctrica y actualmente están comenzando a utilizar una mezcla de combustible llamada petco que es un combustible y poderoso contaminante. Son las comunidades de gente pobre las que sufrir las consecuencias.
Escuchamos decir: que la minería es necesaria, traerá consigo nuevos puestos de trabajo. Sin embargo, Chile ha aumentado la producción y el empleo ha ido bajando en la misma proporción. La explicación es que la minería actual es tecnificada, se opera a través de sistemas de computación, y circuitos complejos.
La historia reciente de las resistencias se produjo en Argentina, contra lo que llaman “el saqueo y la contaminación” producidos por las multinacionales mineras comienza en Esquel, cuando un plebiscito realizado en marzo de 2003 que rechazó por el 81% de los votos la instalación de un proyecto minero de la canadiense Meridian Gold. El “efecto Esquel” encendió como reguero de pólvora las resistencias de casi todas las poblaciones del oeste argentino. Chubut, Río Negro, La Rioja, Tucumán y hace pocos días Mendoza, presionadas por movimientos vecinales multisectoriales, dictaron leyes y disposiciones prohibiendo en sus territorios la minería a cielo abierto con uso de cianuro y otros insumos tóxicos. En otras provincias, como San Juan, el gobernador prohibió por tercera vez la realización de un plebiscito similar en Calingasta, impulsado desde la propia intendencia del distrito.
América Latina está despertando, se escuchan voces de oposición por parte de las comunidades cuestionando la actividad minera por sus impactos, generando conflictos de muy difícil resolución, que está creando problemas a las transnacionales sumado a todos los cuestionamientos a nivel mundial y a todos los conflictos que se han ido generando en Perú, Chile, Bolivia, Canadá, Asia.
Las empresas mineras están cambiando de estrategia a conceptos de puertas abiertas de actitud, han ido reconociendo que la minería genera problemas ambientales e impactos y que la resistencia a la minería es legítima, tal es el caso de Bolivia donde comunidades han denunciado, luchando y difundiendo las atrocidades de la minería en el mundo, dando oportunidad de expresar al mundo las consecuencias que trae a las comunidades.
En América Latina existe una tendencia a la atracción de inversiones y la garantía para las Compañías Extranjeras y se traduce en políticas de facilitación a las empresas, independientemente de los impactos, sociales, humanos, ambientales. Hoy escuchamos hablar de una «miniría sustentable».
¿Cuál es la estrategia que nosotros tenemos?… ¿qué hacemos nosotros para ir sumando cada uno de esos conflictos a un conflicto grande que se escribe bajo el título generado por los conflictos de la minería? Esa es la pregunta más importante. El desarrollo de una propuesta para todas aquellas situaciones en donde la minería sea una amenaza para el medio ambiente y para las comunidades, para la salud. Esperemos que esto sea dentro de esta construcción y un peldaño más de una larga escalera, en esta tendencia de ir unificando estrategias concertadas para enfrentar estos conflictos en conjunto.
El Código ético de las empresas mineras, desde las licencias, dejan en evidencia deforestación, degrado de ríos, contaminación ambiental, enfermedades irreversibles en el ser humano que conducen a la muerte por envenenamiento. El derecho a la salud y a un ambiente sano se ha menoscaba en aquellos países que tienen la desgracia de no tener leyes bien establecidas que los protejan, ni gobernantes conscientes de la importancia de cada una de las personas que muere a causa de contaminación por la minería (salvo ciertas excepciones como Ecuador).
Los beneficios de las empresas mineras, además del mineral extraído, es la utilización de enormes cantidades de agua, reduciendo la cantidad para el consumo humano, ganado y agricultura. Se destruyen conductos acuíferos subterráneos construyendo y contaminando los pozos, de donde consumen agua los pobladores.
La toma de conciencia es decisiva para acabar con las enfermedades de los trabajadores explotados. El papel de los medios, maestros y estudiantes, es relevante, nos enfrentamos a: Muertes, pasivos ambientales y destrucción del medio ambiente.
¿Qué son los informes de Impacto Ambiental? Los Informes de Impacto Ambiental son sólo informes de gestión, que se utilizan de acuerdo a los intereses. Lo palpable es que son innumerables e irreversibles los daños al medio ambiente y a la salud humana, por lo que se debería indemnizar a las comunidades por los daños causados en la flora, fauna, suelos, aires, agua y la pérdida de vidas humanas, a causa de la explotación minera.
La diferencia de la explotación de minerales en los países como Turquía y Estados Unidos, es que tienen sus políticas mineras bien establecidas; prohibe la utilización de cianuro (el rey de los venenos y el veneno de los reyes) en la minería, debido a los incontables accidentes de derrame de este material. Además de los cuantiosos daños tanto económicos como eco sistémicos. La utilización de Cianuro significa para las empresas, un ahorro de equipos de ventilación, iluminación y también en mano de obra, motivo por el cuál aunque esté tipificada la prohibición en el código de ley, se utiliza en América Latina.
Los recursos del subsuelo han sido explotados en América Latina, desde el descubrimiento de América, tanto por americanos como por europeos, claro ejemplo es Potosí (Bolivia); una de las ciudades mas grandes del mundo, atribuido a sus minas de plata, que fueron explotadas, a través del trabajo de los indígenas; mientras los blancos y mestizos eran supervisores o propietarios.
En el siglo XIX se agotó la plata de Potosí, y comenzó la decadencia, debido al trato inhumano de sus pobladores, donde muchos morían; hoy la ciudad tiene un tercio menos de población de hace 400 años. Dejó de ser la ciudad del esplendor.
La misma historia se repitió en Oruro Preto (Brasil), y diversos lugares como Guanajuato y Zacateca (México). Situación que revelan que en América Latina las actividades generaron auges pasajeros, culminando cuando los recursos minerales se agotaron y continuaron sus actividades en otras regiones del mundo para seguir explotando (Roldós 2002), lo mismo ocurrió en Panamá, con el Grupo Canadiense Greenstone Resources Inc, dejando una deuda por regalías de mas de un millón de dólares, dejando enormes piletas de residuos tóxicos a la comunidad en general.
No se puede utilizar la ignorancia del pueblo para explotar las minas con utilización de “cianuro”, ya que generan costos ecológicos, contaminación de las aguas superficiales, alterando la flora y fauna acuáticas. La deforestación es lo más común, como se ha venido produciendo en todo este tiempo en Yanacocha (Perù) o en Gasber la mina de oro más grande del mundo, ubicada en Indonesia. ( Explotada por la Norteamericana PT Freeport).
La innovación con “cianuro” es el método utilizado con mayor frecuencia en la minería aurífera a cielo abierto. El “Cianuro” es uno de los venenos que se utiliza para separar el agua de oro; de lo que no se habla y obvian las empresas mineras: es que una dosis tamaño de un grano de arroz (150 mg) puede terminar con la vida de una persona.
Se usan en promedio 180 toneladas de “cianuro» al mes, 12 toneladas de soca cáustica, y 1,400 kg de Litargio (óxido de plomo), que no pueden eliminarse del medio ambiente. Al remover 4.500 toneladas de rocas diarias 3.500 suelen quedar como harina; este polvo de roca se trata con cianuro liberando de ellas el oro, arsénico, mercurio etc. Ante estos fenómenos, las lluvias y los vientos contaminarán las aguas y subterráneos.
El porcentaje de arsénico que se libera en los procesos industriales tales como la minería, fundición de metales, plantas eléctricas de carbón, contribuye a que esté presente el arsénico en partículas del aire, absorbido en los alimentos, pasando por el sistema sanguíneo.
Los efectos para la persona que ingiere gran cantidad de agua contaminada con arsénico, puede producirle la muerte por envenenamiento rápido, las que sobreviven se ven afectadas con complicaciones en el intestino, el corazón y el sistema nervioso, secuelas como manchas en la pigmentación de la piel, daños en los glóbulos rojos, la médula ósea, hígado, nervios, y cerebro; cáncer del piel, de pulmón, vejiga, riñones.
El arsénico y sus compuestos han sido catalogados como cancerígenos para los seres humanos, y se han establecido unos valores guía para el agua de bebida.
La mina de oro de Bahía Mare, Rumania, originó un derrame que contaminó el río Tizsa que transcurre también por Hungría y Yugoslavia. Los informes indicaron que el desastre ecológico podría haber sido peor que Chernobyl.
La movilización de comunidades afectadas como Tambogrande (Perú) ,Panalto (Colombia), Los encuentros (Ecuador), San Carlos ( Costa Rica), han llevado al fracaso numerosos proyectos mineros, que lucran con las comunidades afectadas; por un proyecto minero que no asegura la justa distribución de los beneficios derivados de la explotación de recursos.
No hay minería verde. La minería es un negocio sobre recursos propios de un país, que fundamentalmente daña el medio ambiente. Por ello, hay que hacer un cálculo serio y ponderado de ventajas e inconvenientes. 1/3 de la población mundial ya no tiene agua potable: Las mineras la usan y contaminan de manera difícil de calcular…
por Anna Bermeo Turchi