“Queremos eliminar las malas prácticas y los abusos, tanto en el mundo público como el privado (…) la mala política impide el cambio y favorece a los conservadores, sean de izquierda o derecha”- eran las palabras de Andrés Velasco cuando era pre candidato presidencial de la Nueva Mayoría. Eran los meses fríos de 2013 y su discurso recalcaba que en Chile nos enfrentábamos a una “crisis moral” en la gestión de los asuntos públicos y que él era el genuino representante de una “nueva política”.
En medio de la crisis del cogobierno Concertación- derecha, provocado por el movimiento estudiantil de 2011, quien fuera el poderoso ministro de Hacienda del primer gobierno de Bachelet aparecía como una opción de consenso para sectores del centro político bañado en un aura de experticia tecnócrata. Alcanzó un 13% de la votación de las primarias de la Nueva Mayoría y aprovechó su capital político para fundar un colectivo que bautizó como ‘Fuerza Pública’, tribuna que aprovecha para criticar las políticas públicas del actual gobierno de Bachelet.
La favorable cobertura mediática a sus ideas, lo posicionaron en la encuesta CEP de julio como el segundo personaje público mejor evaluado, sólo superado por la presidenta Bachelet. El ex ministro alcanzaba un 46% de aprobación y un 16% de rechazo. Era el mejor momento para Velasco.
Pero una investigación de la Fiscalía de Delitos de Alta Complejidad Santiago Oriente que está tras la pista de una trama de contadores coludidos con funcionarios del SII para evadir impuestos modificando la contabilidad de las empresas, terminó por dar cuenta de lo hilos que financian la “nueva política”. Cuando la pesquisa llegó hasta el grupo Penta, del empresario UDI Carlos Alberto Délano, uno sus ex ejecutivos, Hugo Bravo, confesó la entrega de recursos a candidaturas políticas amparadas en las donaciones reservadas que permite la ley electoral. Por un lado Délano financiaba a los amigos y por otro evadía impuestos.
Según ha declarado el mismo Bravo, Velasco recibió aportes por $20 millones de Penta pagados a cambio de boletas o facturas.
LAS CHARLAS Y ASESORIAS DE VELASCO
Desde que fuera salpicado por el caso denominado fraude al FUT, Velasco escondió la cabeza. Se hizo el leso, aprovechó un viaje a Estados Unidos para esperar que pasara la tormenta y dejó a sus asesores balbuceando respuestas ante la prensa. Tal vez se confió en la mala memoria de los públicos, la capacidad de los medios de bajar y levantar temas a voluntad y esperó que la tormenta pasara rápido. Quien montara su discurso político exigiendo la probidad de los trabajadores públicos y la transparencia, no habló durante semanas. En su portal web ayer domingo se dedicaba a hablar de su mamá.
Su primera declaración fue a través de un comunicado, en el que señala que entregó voluntariamente al SII los antecedentes de sus servicios profesionales y que sus correligionarios no encontraron registros de ningún aporte de Penta en su campaña. “La única relación de empresas del grupo Penta se circunscribe al ámbito profesional a través de charlas o servicios específicos que se iniciaron hace más de tres años”- explicó.
Luego de que la PDI allanara su vivienda buscando información sobre sus asesorías profesionales, Velasco se vio obligado a volver a Chile y desplegó la estrategia de la victimización, acusando que se trata de una persecución en su contra. Como es habitual, los medios le dieron amplia cobertura para defenderse
En la portada de la revista Qué Pasa, propiedad de Álvaro Saieh, Velasco dice: «Este es el costo a pagar por ser crítico a las reformas». En la entrevista, consultado sobre los aportes del grupo Penta, el economista dice que “si los ciudadanos van a estar en política, ¿cómo se ganan la vida? Primera alternativa, que sean millonarios: Sebastián Piñera. ¿Queremos una política sólo para millonarios? Creo que no. Segunda alternativa, que sean funcionarios públicos y desde allí hagan política. ¿Queremos eso? Creo que no. Y, por lo tanto, la tercera alternativa es que las personas ejerzan su oficio, ejerzan su profesión, cosa que yo hago. Y, por lo demás, no lo hago para una persona en particular o para un grupo en particular. Eso significa que no tengo conflictos de ningún tipo. Lo hago en el extranjero, he hecho consultorías para gobiernos, para el Banco Mundial, para el FMI, para el BID. Es el derecho de ejercer mi profesión”
Durante la misma semana LUN, del grupo Edwards, publicó una entrevista en la que Velasco insiste en que “mi relación con Penta es profesional”, agregando que “cuando un profesional le presta servicio a una empresa no le pregunta al gerente su preferencia política”. Remató diciendo que “lo que he hecho desde 2011, que por lo demás es de público conocimiento, es dar charlas y asesorías”.
Pero son esas mismas “charlas y asesorías” el foco del fiscal Carlos Gajardo, quien dio con la pista de los aportes a campañas políticas. Según explica Hugo Bravo, los aportes del grupo Penta a los candidatos que violaban la ley eran materializados a través de boleta por servicios ficticios que luego era incorporada en su contabilidad para descontar impuestos.
Así ocurrió con el ex candidato presidencial UDI, Laurence Golborne, quien recibió dineros a cambio de boletas por supuestas asesorías comunicacionales de la agencia de comunicaciones Voxcom, que fue de su propiedad antes de ser ministro de Piñera.
El vínculo entre Délano y Velasco fue a través de la sociedad Cactus Consultores, creada en 2010 y dedicada a realizar asesorías en temas económicos y financieros. Un año después Cactus se asocia a la consultora SCL Partners de asesorías económicas que tiene entre otros socios al actual ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes (DC), quien trabajara junto a Velasco en el Ministerio de Hacienda y lo apoyara en su precandidatura presidencial. También integran SCL Partners el actual superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, Eric Parrado, quien fuera coordinador de Finanzas Internacionales bajo su ministerio y financista de su aventura pre presidencial; y el ex superintendente de Valores y Seguros durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, Alberto Etchegaray de la Cerda (DC).
LOS FINANCISTAS DE VELASCO
Pese a que se define como de “centro izquierda”, Velasco se granjeó del apoyo del empresariado chileno desde su gestión como ministro de Hacienda en el primer gobierno de Bachelet.
Entrevista hecha a Andrés Velasco por la revista Cosas en octubre de 1998 por la periodista Karen Poniachick, con quien compartieron en Expansiva y en el gabinete del primero gobierno de Bachelet.
La primera figura del empresariado criollo que se le acercó fue el ex presidente de la CPC, Rafael Guilisasti, miembro de la familia propietaria de Concha y Toro y quien hasta grabó un video para apoyarlo en las primarias de 2013. Según la revista Qué Pasa, el primer encuentro entre Guilisasti y Velasco fue en octubre de 2011, año en que por lo menos se reunieron cuatro veces, transformándose el ex presidente de la CPC “en una opinión importante en las definiciones que está tomando el economista. Le da consejos y su punto de vista sobre temas específicos: conversan de pobreza, empleo y sobre todo de cómo atraer al mundo profesional joven para renovar la política”.
La llegada con el grupo Penta fue a través de Manuel Antonio Tocornal, quien es gerente general de las Empresas Penta, y que fue compañero de curso en la básica del ex ministro de Hacienda en el Colegio Grange.
Una primera “charla” de Velasco pagada por el grupo Penta fue en noviembre de 2011 en el seminario Perspectivas, Riesgos y Desafíos para el 2012, organizado para sus clientes y altos ejecutivos del conglomerado.
La experiencia de Penta con Velasco pareciera que fue exitosa, porque después participó en varias otras actividades del banco, entre las que destacan un “encuentro premium de golf”, en el Club de Golf Los Leones, su participación en un ciclo de charlas de historia y hasta clases de cocina con destacados chefs de restaurantes caros de Santiago.
Durante el primer semestre del 2012 Velasco compartió tribuna junto al economista de Libertad y Desarrollo, Juan Andrés Fontaine, en el seminario Protagonistas del Mundo Emergente, ¿Quiénes Empujarán el Carro?, también organizado por Penta para sus clientes. La “charla” se repetiría el segundo semestre de ese año, titulándose 2013 A la Vuelta de la Esquina.
Andrés Velasco en un seminario organizado por Penta en 2012. La foto fue publicada en la Memoria Anual de ese año del conglomerado y pertenece al capítulo «Actividades de fidelización».
Según El Mostrador, ese mismo año Velasco fue contratado por BTG Pactual, Euroamérica, Larraín Vial e Icare, entre varios otros financistas de encuentros, llegándose a pagarle al ex titular de Hacienda sólo $5 millones.
La llegada de Velasco a Penta también contó con la participación de otro empresario investigado por el fiscal Gajardo, Carlos Eugenio Lavín. Para las primarias de la Nueva Mayoría, Velasco representaba para el empresariado «la mejor carta de la centroizquierda».
Pero los hilos tras Velasco superan las fronteras nacionales. Su experiencia en Estados Unidos en 1995 cuando trabajó como consultor para el Banco Mundial, el FMI y el Chase Manhattan Bank del clan Rockefeller; su actuación en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés); y su ortodoxia neoliberal que disfraza de “propuestas técnicas”, es muy bien vista por el magnate George Soros.
Cuando fue ministro de Hacienda, Soros no desestimó elogios para Velasco, a quien colocó como ejemplo a seguir en el continente.
Soros se hizo rico como especulador financiero y famoso como gestor de la Open Society Foundation y otras ONGs empeñadas en darle un tono colorido al neoliberalismo. En 2011 invitó a Velasco a una reedición de la cumbre de Bretton Woods que buscaba “revisar el orden económico mundial”. A la reunión asistieron el ex presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker; el ex asesor de Obama, Larry Summers, y el influyente economista de Harvard, Kenneth Rogoff. Todos ellos han concurrido a las reservadas reuniones del Grupo Bilderberg.
Velasco volvió a encontrarse con Soros en la gira por Europa realizada en abril de 2012, un mes antes de anunciar su candidatura presidencial en Chile. En la oportunidad Velasco participó en el simposio Nuevos paradigmas del crecimiento, organizado por la Fundación Rockefeller.
Cuando Velasco formó Expansiva, espacio de economistas neoliberales que le sirvió de trampolín para llegar al gabinete del primer gobierno de Bachelet, recibió dineros de la Fundación Ford y Fundación Tinker, las que según el informe del Comité Church del Congreso de Estados Unidos son utilizadas por la CIA como canales clandestinos de dinero.
Como si fuera una ironía o una broma de mal gusto, en el portal web de Velasco figura una entrada firmada el 11 de septiembre de 2014 y titulada ¿Aportan los aportes reservados?, en la que Velasco dice que “no puede resultar indiferente que haya candidatos que se financian a través de donantes anónimos, menos si estos donantes no son ciudadanos con derecho a voto, sino empresas o corporaciones que apoyan a ciertos candidatos a través del financiamiento de su campaña”.
En la mediatizada política chilena parece que el cinismo manda.
Mauricio Becerra Rebolledo
@kalidoscop
El Ciudadano
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