Los escritores describen su consumo de marihuana
El escritor estadounidense Norman Mailer ganó el famoso premio Pulitzer dos veces y también ganó el Premio Nacional del Libro (en inglés, National Book Award). En una entrevista con High Times, dijo lo siguiente sobre la marihuana:
“Siempre les digo a mis hijos, no sé si me escuchan o no, que lo que creo es que acaben sus estudios primero, y luego empiecen a fumar marihuana. Por lo menos, tendrán algo con lo que ir cuesta abajo. Porque lo que me parece es que la marihuana hace que las cosas tengan sentido. La hierba es maravillosa para realizar conexiones nuevas en el cerebro. Es divina en este sentido. Con la hierba, piensas de manera asociativa, así que puedes tener pensamientos realmente extraordinarios. Pero cuantos más estudios tienes, sientes más necesidad de encontrar el sentido, en ese momento, a las conexiones más maravillosas que hay que ver en el universo”.[1]
A muchos otros escritores la marihuana les resultó útil para su trabajo por diferentes razones. El poeta francés Charles Baudelaire fue parte deClub des Hashashins (Club de los Comedores de Hachís) en París, a mediados del siglo XIX, donde escritores famosos, como Alejandro Dumas, Víctor Hugo y otros intelectuales y artistas franceses se reunían para experimentar con grandes cantidades de mermelada de hachís. Mientras que Mailer menciona lo bien que le iba la hierba para establecer nuevas asociaciones, Baudelaire describe también la rapidez con la que estas asociaciones suelen ocurrirse:
“Pero un nuevo torrente de ideas te lleva: te arrastra por su torbellino vivo durante un minuto más; y este minuto, también, será una eternidad, por que la relación normal entre el tiempo y el individuo ha sido completamente alterada por la multitud, y la intensidad, de sensaciones e ideas. Parece que vives la vida de varios hombres en el espacio de una hora.” [2]
El poeta de la generación beat Allen Ginsberg, muy conocido por su famosa colección de poemas “Howl” (“Aullido”), consumía grandes cantidades marihuana y escribió ampliamente sobre sus efectos:
“(…) La conciencia de la marihuana es la que, muy suavemente, desplaza el centro de atención de las directrices habituales, puramente verbales y poca profundas, y de las repetitivas interpretaciones, ideológicas y de segunda mano, de la experiencia, a un compromiso más directo, más lento, que absorbe los minutos ocasionalmente microscópicos, con los fenómenos sensoriales durante los momentos de la subida u horas después de que uno haya fumado”.[3]
El influyente filósofo, crítico literario y ensayista Walter Benjamin que estuvo muy influenciado, e inspirado, por Baudelaire y Marcel Proust (que también habían consumido cannabis), experimentó con el hachís, y escribió varios ensayos sobre sus experiencias. Recientemente, he afirmado que contrariamente a la creencia de muchos intérpretes de Benjamin, sus ensayos sobre los efectos del hachís contienen observaciones brillantes, y, aún más importante, he mantenido, además, que muchas de las ideas del importante trabajo de Benjamin podrían haber sido inducidas por el consumo de hachís.[4]
Muchos otros escritores han utilizado la marihuana. Según la lista publicada en veryimportantpotheads.com, entre ellos se encuentran Arthur Rimbaud, William Butler Yeats, Robert Louis Stevenson, Rudyard Kipling, Jack Kerouak (“On the Road”), Jack London, John Updike, por nombrar sólo unos pocos.
Artistas y Músicos que Han Consumido Cannabis
Innumerables artistas y músicos han experimentado con el cannabis, muchos de ellos han sido consumidores durante mucho tiempo y algunos han descrito, con todo lujo de detalles, cómo la subida producida por el cannabis les había ayudado a trabajar en su música o su arte.
El pintor francés Eugène Delacroix había tenido experiencias con el hachís, era miembro delClub des Hashashins y conocido por su gran imaginación y su uso de colores expresivos, preparando el camino para el expresionismo. Su famoso cuadro “La mujer de Argel” representa a concubinas argelinas fumando una pipa de agua que se utilizaba para el opio y el hachís, un cuadro muy admirado por otro pintor que consumía hachís, Pablo Picasso.[5]
El influyente pintor mejicano Diego Rivera también consumía marihuana:
“El Libro de la Hierba (The Book of Grass) contiene un relato en el que el actor Errol Flynn cuenta cómo Rivera le preguntó si alguna vez había escuchado música que proviniese de un cuadro. Entonces, el artista le ofreció a Flynn un cigarrillo de marihuana, explicándole, “Después de fumar esto verás un cuadro y oirás también.” Flynn lo probó y tuvo una experiencia fascinante, en la que escuchó a los cuadros ‘cantar’”.[6]
La subida producida por la marihuana no sólo fue de crucial importancia para la evolución del jazz, con su alterada estructura rítmica basada en una alteración del sentido del tiempo y su creativa improvisación libre en el escenario. También fue central para otras tradiciones musicales como el reggae. Bob Marley, que fumaba grandes cantidades de marihuana, conocía el potencial de la planta, también en lo que se refiere a la introspección y las perspectivas nuevas. Una vez dijo: “Fumar hierba, te revela tu propio yo a ti mismo.”
Los Beatles, que empezaron a consumir marihuana en 1964, a través de Bob Dylan, estuvieron muy influenciados por el uso de la marihuana. Les ayudaba a abrir sus mentes y a involucrarse más profundamente en el pensamiento de la contracultura, en evolución, de los años 60:
“El catalizador fundamental para la transformación de los Beatles, de jóvenes modernos y adorables a rebeldes nobles, fue su relación con las drogas que aumentaban la conciencia, especialmente la marihuana y el LSD. A nadie le gustaba la diversión más que a los Beatles, pero para ellos las drogas no se trataban simplemente de pasar un buen rato. La marihuana y el LSD eran, también y más profundamente, herramientas de conocimiento, un medio de acceso a verdades superiores acerca de sí mismos y del mundo. De hecho, fue sobre todo el “deseo de saber”, como Harrison después lo expresó, que subyace a su relación no sólo con las drogas que expanden la mente, sino también con la filosofía oriental. (…) Fue la marihuana la primera que desencadenó un “giro de ciento ochenta grados”, como lo expresó McCartney, en la actitud de los Beatles ante la vida”.[7]
Es evidente que la subida de la marihuana influyó en la música de los Beatles, y con ella, en cientos de millones de personas de todo el mundo, oyentes, bandas, compositores, artistas, políticos.
Por supuesto, la lista de consumidores destacados no sólo incluye a escritores, artistas y músicos, sino también a científicos, hombre de negocios, cómicos, actores y otras personas que han utilizado la marihuana para diversas mejoras que han influido en su vida y en su trabajo. Los proyectos como el de Lester Grinspoon, marihuana-uses.com (donde se recopilan informes y artículos sobre los usos de la marihuana como potenciador positivo), y como veryimportantpotheads.com, son un primer paso importante para comprender mejor lo mucho que todo un espectro de mejoras producidas por el consumo de marihuana han influido en nuestra cultura y en la sociedad en su conjunto, para comprender lo mucho que, posiblemente, todos debemos a las personas que han usado la marihuana para diversas mejoras. Sin embargo, si queremos llegar a una comprensión más profunda del impacto positivo de estas mejoras sobre nuestra sociedad, tenemos que investigar mucho más a fondo. Espero ver pronto más proyectos científicos en esta dirección.
Permitidme concluir con una pregunta: si muchas de las mejoras producidas por la marihuana dependen, fundamentalmente, de las habilidades de los consumidores informados y de un entorno favorable, si estamos de acuerdo en que muchos de los estímulos positivos ya procedían de los consumidores de marihuana en el pasado bajo las condiciones horribles de la prohibición en todo el mundo, ¿cuánto podría hacer por nuestra cultura un consumo experto de la marihuana si la legalizáramos y educáramos mejor al público acerca de sus efectos y sus riesgos?
Vía: Sensi Seeds
Escrito por Sebastián Marincolo
Notas al Pie:
1 – En: Hager, Steven (ed.) (1994) High Times Greatest Hits. Twenty Years of Smoke in Your Face. St. Martin’s Press, New York, p. 66.
2 – Charles Baudelaire, “The Seraphic Theatre”, traducido por Normann Cannon, en: David Solomon (ed.) (1966), The Marijuana Papers, Signet Books, New York, p. 190.
3 – Allen Ginsberg, “First Manifesto To End The Bringdown”, En: Deliberate Prose. Selected Essays 1952 –1995, Editado por Bill Morgan (2000), New York: Harper Collins Publishers, p. 87.
4 – Ver mi artículo, “Lo que el hachís le hizo a Walter Benjamin“
5 – www.veryimportantpotheads, entrada sobre Eugène Delacroix, 2014.
6 – www.veryimportantpotheads, entrada sobre Diego Rivera, 2014.
7 – Mark Hertsgaard (1995) A Day in the Life: The Music and Artistry of the Beatles. Chapter 6:We All Want to Change the World: Drugs, Politics, and Spirituality. En : Lester Grinspoon (ed.) marijuana-uses.com, http://marijuana-uses.com/we-all-want-to-change-the-world-drugs-politics-and-spirituality-by-mark-hertsgaard/