No son solamente los humanos quienes disfrutan de una besuqueada; muchos animales manifiestan comportamiento de cortejo con la boca. Las palomas se tocan el pico, los gatos y los perros se acarician el hocico, la mosca de fruta macho lame a la hembra.
Al nivel más básico, el beso es simplemente una manera de probar y tocar a una potencial pareja, como parte del proceso para evaluar su aptitud, así lo publica BBC Focus.
Con los primates, sin embargo, el beso podría ser un comportamiento arraigado en la lactancia materna. Como infantes nuestra primera alimentación depende de la habilidad de ser amamantados y los estímulos positivos que evolucionaron de esta práctica perduran en la adultez.
El besar genera una cantidad de cambios hormonales, incluyendo el aumento de oxitocina, la hormona que estimula el sentido de atracción. Es posible que sea un comportamiento instintivo pero, como a menudo los humanos tenemos sexo cara a cara, nuestras bocas ya se encuentran cerca, así que no es extraño que nos hubiéramos topado con los besos fácilmente.