Hace algunos meses el Huffington Post nombró a Santiago entre las mejores ciudades para ver arte urbano. El reconocimiento llegaba específicamente por el mural “Equilibrio”, que el reconocido graffitero peruano Elliot Tupac pintó el 2012, en uno de los muros del río Mapocho, para la primera versión del festival de intervenciones urbanas Hecho en Casa.
En julio de este año una noticia en El Mercurio publicaba la preocupación de las autoridades por los rayados del río. Aunque el artículo principalmente hablaba sobre quien tiene o no tiene la responsabilidad de limpiar el río y cuánto se invierte en esto, un par de frases mantenían la esperanza de que esta “limpieza de garabatos” se hacía con criterio:
“Pero no todos los garabatos son eliminados. Antes de taparlos se evalúa si es que podrán desaparecer, de lo contrario el trabajo no se hace…”
Pero al parecer el mural de Tupac no pasó la evaluación(¿?!!!). Un mural para el que se trajo especialmente a este graffitero a Chile. Un mural para el que la organización del festival Hecho en Casa contó con todas las autorizaciones correspondientes. Fue un regalo a Santiago y para todos quienes viven o visitan esta ciudad, tal como lo reconoció el Huffington Post… y nosotros no.
Lamentablemente éste no es el único caso que tenemos. Esto ya nos ha pasado antes. Thierry Noir, quien fue el primero en pintar el muro de Berlín, nos regaló un mural en el barrio Lastarria. El mural no sobrevivió a la construcción de un hotel.
Vía: Plataforma Urbana