Los 7 hechos que entierran el ‘sueño americano’

La idea de un gradual aumento del bienestar y de la seguridad económica y social que representa el 'sueño americano' es inalcanzable si una persona no ya es rica, afirma el economista Richard Eskow.

Los 7 hechos que entierran el ‘sueño americano’

Autor: Ángela Barraza

Sueño americano

Recientes sondeos indican que una gran parte de la sociedad estadounidense ya no vea muchas oportunidades para mejorar su vida. La razón de esta desazón se halla justamente en que es verdad, afirma Richard Eskow, economista y bloguero estadounidense además de exgerente de una empresa de Wall Street, en un artículo publicado en el sitio web ‘AlterNet’. Eskow ofrece una serie de hechos que explican una sensación generalizada.

Los salarios de la mayoría de la gente no crecen

Los salarios de la clase media de EE.UU. no han crecido considerablemente en los últimos 15 años y los ingresos de las familias cayeron desde la crisis financiera de 2008, afirma Eskow. Al mismo tiempo, las ganancias de los ejecutivos han crecido, y los ingresos de las corporaciones prácticamente se han doblado desde 2000, nota Eskow.

Es imposible quedarse en casa para criar a los hijos

Anteriormente para una familia estadounidense era posible vivir con un confort razonable con único salario. Uno de los padres podía quedarse en casa ocupándose de los hijos. «Esto es ya cosa del pasado», afirma Eskow. El aumento de los costes de varios servicios ha dado lugar a la denominada ‘trampa de los dos salarios’ que describe la imposibilidad para una familia media de vivir confortablemente con un salario.

El endeudamiento crece de manera imparable

Como los salarios no reflejam los crecientes costes de los servicios, lo único que queda es pedir préstamos. La economía estadounidense gradualmente se venido convirtiendo en una economía de deuda, ya que para mantener un nivel de vida estándar –no necesariamente excesivo– la gente se ve obligada a endeudarse, afirma Eskow.

Las deudas estudiantiles penden sobre toda una generación de clase media

Para recibir una educación superior hoy en día en EE.UU. se necesita una de las siguientes cosas: ser rico o endeudarse, según el autor.  La posibilidad de obtener una educación y progresar en la vida ha pasado a mejor vida. Los costes de la educación se elevaron un 500 por ciento desde 1985 y las universidades públicas tampoco son una posibilidad, ya que la reducción del presupuesto para la educación pública ha acarreado el aumento de los costes de matriculación.

Las vacaciones ya no son accesibles

«EE.UU. es el único país desarrollado del mundo que no exige que las empresas concedan una vacaciones pagadas a sus empleados», afirma Eskow. Es una desventaja irse de vacaciones para un estadounidense, porque gasta el dinero para su descanso y no gana dinero mientras está ausente de su puesto de trabajo. Junto con otros factores, esto lleva a que no se reclamen unos 175 milllones de días de descanso al año, aunque haya una posibilidad jurídica.

La sanidad sigue estando alejada de la mayoría de la gente

En el sector de la salud de EE.UU. hay dos tendencias paralelas, explica Eskow. En primer lugar, el coste de un seguro médico para un empleado aumentó un 73 por ciento desde 2007. Con los salarios estancados, pagar por el seguro se hace cada vez más difícil.

En segundo lugar, aunque técnicamente disminuyen el coste de sus planes de seguro para cumplir con la ley, las empresas suelen recuperar sus pérdidas aumentando el precio de sus productos y servicios, lo que también eleva el coste de vida, reitera el economista.

Las pensiones desaparecen poco a poco

Debido a los gastos y deuda muchos estadounidenses no han guardado dinero suficiente para el retiro de los trabajadores. Además, las consecuencias de la crisis financiera socavaron el presupuesto para las pensiones. Por si fuera poco, la caja de la Seguridad Social está siendo menguada por culpa de ciertos funcionarios, recuerda el exgerente.

Todos estos factores explican una realidad que golpea las vidas de una gran parte de la nación, subraya Eskow. Sin instar al Gobierno a cambiar de políticas y terminar con el dominio de los más ricos la situación no cambiará, opina el economista. «Tenemos que afrontar el problema de la creciente desigualdad económica», concluye el autor.

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