Mientras Brasil dirime quién liderará el nuevo periodo de gobierno en el balotaje, los uruguayos se acercarán a las urnas el mismo domingo para designar a los nuevos líderes del Ejecutivo e integrantes de las Cámaras legislativas. De entre siete espacios políticos, los candidatos con más posibilidades son el oficialista Tabaré Vázquez, Luis Lacalle Pou del Partido Nacional y Pedro Bordaberry del Partido Colorado, tres clásicos del sistema político tradicional de los últimos años. Con pujas entre la gestión actual y la restauración del neoliberalismo, el continente mira a Uruguay midiendo el futuro del proceso de integración.
Alrededor de 2,6 millones de uruguayos están citados a votar el próximo domingo 26 a los líderes del Ejecutivo y los integrantes de las dos Cámaras del Parlamento. De acuerdo a las encuestas de opinión (tan cuestionadas luego de la primera ronda brasileña), Vázquez lidera la posibilidad de retornar a la presidencia luego de su gestión del 2004-2009, pero no contaría con votos suficientes para un triunfo en primera vuelta, ante lo cual se decidiría el próximo 30 de noviembre. “Que no se detenga”, fue la consigna elegida para destacar la continuidad del proyecto del Frente Amplio que hoy encabeza José Mujica –quien se candidatea como senador-.
Tabaré Vázquez juega con su imagen de lo conocido, mientras hacia adentro del FA lo acusan de “moderado” en una tensión que reproduce los límites propios del proyecto gobernante, que intentó enmendar algunas heridas del neoliberalismo en atención a lo que suele denominarse “deuda social” o reversión del neodesarrolismo.
Por su parte, Lacalle Pou -hijo del homónimo ex presidente neoliberal que gobernó entre 1990 y 1995- se propone como lo nuevo desde una pose que busca ser “apolítica” dentro del clásico Partido Nacional. Por el Partido Colorado (PC) se postula como candidato Pedro Bordaberry, hijo del golpista Juan María Bordaberry. Son dos referentes que hablan de un viejo sistema político que aún permanece intacto y que reproduce las mismas estructuras partidarias y los mismos apellidos.
Ambos espacios hicieron de la “inseguridad” un caballito de batalla y el domingo se someterá a referendo la posibilidad de bajar la edad de imputabilidad, de 18 a 16 años (para lo cual se debería modificar la Constitución Nacional). En términos económicos, disfrazaron sus propuestas de ajuste y privatización tras consignas de gestión y críticas al “excesivo estatismo”.
El proyecto continental
A nivel regional, el FA anunció la intención de reforzar las relaciones con el Mercado Común del Sur (Mercosur) en una tímida ratificación de la integración nuestroamericana; mientras, los colorados y blancos intentan seducir con acercamientos a la neoliberal Alianza del Pacífico integrada por México, Colombia, Perú y Chile. Ello facilitaría la apuesta de Estados Unidos: lograr que Uruguay ingrese al Acuerdo Trans Pacífico (TPP).
En un debate durante la campaña electoral, los cuatro principales candidatos dejaron abierta la posibilidad de ingresar al TPP, aunque con diversos matices. En Uruguay, una de las principales lobbystas es la embajadora de EEUU, Julissa Reynoso, quien mantuvo reuniones con todos los candidatos presidenciales, sostuvo el diario El Oservador.
Desde el Partido Colorado, Pedro Bordaberry planteó incluso la salida del Mercado Común del Sur si el bloque frenaba las aspiraciones uruguayas, en atención a la limitación que prohíbe efectuar acuerdos con terceros países sin autorización del bloque. “Estamos encerrados adentro del Mercosur cuando el mundo entero va a otro lado (…) Se vienen los mega TLC. Para el 2020, el 80 por ciento del comercio mundial va a estar regido por TLC y nosotros seguimos mirándonos el ombligo”, agregó en alusión al TPP.
“Si llega el momento y es oportuno para Uruguay, consideraremos la oportunidad de incluirnos en estos tratados”, indicó por su parte Tabaré Vázquez, quien rechazó la posibilidad de salir del Mercosur. Durante su presidencia, acordó con EEUU el acuerdo conocido como TIFA –Trade and Investment Framework Agreement– que enmarca las relaciones comerciales tras el fallido intento de concretar un TLC.