La izquierda (Die LInke) y Los Verdes alcanzaron un 22,6% de los votos, subiendo en varios puntos porcentuales el apoyo a su programa contra la intervención en Afganistán, antineoliberal y que establece impuestos a las trasacciones bursátiles. Claro que el Ejecutivo lo seguirá controlado la canciller Angela Merkel (CDU), quien ahora gobernará junto a liberales (FDP), en vez del pacto con socialdemócratas (SPD), los grandes derrotados de la jornada electoral germana de este domingo.
Los resultados dados a conocer por la Oficina Federal Electoral este lunes señalan que los partidos de la Unión –cristianodemócratas y socialcristianos bávaros (CDU/CSU)– obtuvieron un 33,8% de votos, 1,4 puntos menos que hace cuatro años.
Los socialdemócratas (SPD), del ex canciller Gerhard Schröder, (SPD) consiguieron un 23,0% de votos, 11,2 puntos menos que en los comicios de 2005, lo que constituye su mayor pérdida de votos registrada por un partido entre dos elecciones legislativas.
En tanto, los liberales se subieron 4,8 puntos su votación, alcanzando el 14,6% de votos.
La izquierda también va al alza. Die Linke, alcanzó el 11,9% de la votación, subiendo un 3,2% su resultado respecto de las legislativas anteriores. Los Verdes, por su parte, alcanzaron un 10,7%, un 2,6% más.
La participación electoral alcanzó un 70,8%, su nivel mas bajo desde la fundación de la RFA
En número de escaños del Bundestag, la alianza de centro derecha que integra al CDU/CSU tendrá un total de 239; el SPD, 146; los liberales, 93; Die Linke, 76 y Los Verdes 68.
ALIANZA DE CENTRO DERECHA
El resultado mantiene para la canciller Merkel una cómoda mayoría en el cámara legislativa alemana, que unirá a liberales, liderados por Guido Westerwelle, y demócrata cristianos. Hasta ahora Merkel había gobernado con el apoyo del SPD.
Este lunes la jefa del Gobierno alemán y Westerwelle, virtual vicecanciller germano y probable ministro de Exteriores, iniciaron los primeros contactos. Ya antes cohabitaron el poder, bajo el mandato de Helmut Kölh (1982-1998).
El acuerdo de gobernabilidad implica acercar posiciones en materia de impuestos, política de empleo y seguridad interna. Todo esto ocurre en medio de la peor crisis económica de Europa desde décadas, que tiene al país germano con un creciente déficit presupuestario, altas tasas de desempleo y un crédito racionado.
Analistas sostienen que se espera que Merkel y el FDP intenten reducir los impuestos, vender participaciones estatales en compañías como la operadora ferroviaria Deutsche Bahn, y revertir la campaña impulsada por el SPD de cerrar de forma paulatina las centrales nucleares del país. El FDP también quiere que se facilite el despido a las empresas.
Cifras del 2007 acusan que en Alemania la pobreza afecta al 14% de la población (once millones de personas) y en agosto del 2009, el desempleo afectaba a 3,5 millones de personas, un 8,3% de la población, según el registro de la Agencia Federal del Trabajo.
NUEVAS FUERZAS DE IZQUIERDA
Pese al triunfo de la centro derecha, la izquierda también obtuvo un importante triunfo en las elecciones generales de este domingo. Die Linke, alianza de disidentes socialdemócratas del Oeste y ex comunistas del Este, se alza como la cuarta fuerza política de Alemania.
Die Linke es copresidido por Oskar Lafontaine, Gregor Gysi y Lothar Bisky; y no deja de crecer desde que fue fundado hace 4 años, cuando se hizo fuerte en las cinco regiones de la antigua Alemania comunista.
Pero también en los dos últimos años ha ganado posiciones en el oeste. En los comicios de agosto, previos a las elecciones del domingo, lograron ser en el Sarre (21%) la tercera fuerza; en Turingia (27,2%) y Sajonia la segunda; y gobierna Berlín con los socialdemócratas, liderados por el alcalde Klaus Wowereit. Hoy está presente en 11 de las 16 regiones del país.
Wowereit, es una estrella en alza del SPD, y ha manifestado su venia a aliarse con Die Linke, pese a que el presidente de su partido, Kurt Beck, y buena parte de la cúpula SPD, lo rechazan.
Este rechazo es producto de que Oskar Lafontaine, quien fue presidente del SPD, candidato a la cancillería por los socialdemócratas en 1990 y ministro de Hacienda bajo el gobierno de Gerhard Schröder en 1998, dimitió de sus cargos por diferencias con las políticas económicas abrazadas por SPD.
Die Linke propone un programa de gobierno de izquierda, apostando por el fin de la intervención en Afganistán, mayores impuestos a los más ricos y a las transacciones bursátiles, fortalecimiento de la educación pública, recortes de impuestos a los trabajadores.
Junto a Los Verdes, Die Linke alcanzan los 144 escaños en el Congreso.
El Ciudadano
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