Ensayo para las guerras biológicas del futuro, virus de la propia naturaleza o conspiración de los que tienen el poder para seguir teniéndolo. El Ébola es considerado por Estados Unidos como una agente de bioseguridad nivel 4 y como un arma para el bioterrorismo.
El periódico estadounidense ‘The Washington Post’ publica un reporte de África que habla de un hombre, como muchos más, tratando de verter botellas con sustancias formaldehído para inducir el virus del Ébola antes del brote en Liberia. Otras tesis apuntan a la ineficacia de los gobiernos o de la ciencia incluso. Lo cierto es que hasta el momento ya hay miles de muertos y contagiados ante la sombra del desconocimiento o la posibilidad de una conspiración.
Algo que nos hace recordar el brote de la gripe A (H1N1) en 2009, cuando el mundo se puso en alerta y cuando se publicó que la patente del «Tamiflú», el antiviral que salvaba de esta fiebre, era de la empresa Gilead Sciences que tuvo como presidente y accionario a nada más ni nada menos que Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa de EE.UU. en el periodo de Bush, y que en contubernio con los famosos laboratorios Roche que ante esa crisis se apostaban para vender millones de dosis.
¿Qué está pasando ahora con el Ébola?, una enfermedad que sangra por dentro al ser humano hasta matarlo de hemorragias y que por fuera lo sangre en terror por los reportes de los medios y una gran desinformación al no saber de dónde salió, por qué salió y/o para quién salió.