En un artículo publicado en ‘The Guardian’, el escritor Rolf Dobelli subraya que solo ahora algunos empiezan a reconocer hasta qué punto la sobreabundancia de noticias que nos ofrecen hoy los medios de comunicació puede ser «tóxica».
En este sentido, Dobelli compara este fenómeno con el hecho de que hace décadas la humanidad se hiciera consciente de lo peligroso de comer mucho por riesgo de sufrir obesidad o diabetes. Y así comenzó a cambiar la dieta, renunciando a algunos alimentos menos sanos.
«Pero la mayoría de nosotros todavía no entendemos que la noticia es para nuestra mente como el azúcar para el cuerpo. Es fácil de digerir las noticias», escribe.
Dobelli destaca algunas de las razones que indican que las noticias son dañinas para salud humana:
«Las noticias no tienen poder explicativo. Artículos y noticias son burbujas que explotan en la superficie de un mundo que cada vez se hace más profundo. ¿La acumulación de hechos te ayudará a entender el mundo? Lamentablemente, no», afirma.
«Las noticias son tóxicas para el cuerpo. Las informaciones de los medios constantemente obligan constantemente a activar el sistema límbico. Las historias de horror estimulan la liberación de glucocorticoides (cortisol), que desregula el sistema inmunitario. Es decir, el cuerpo se encuentra en un estado de estrés crónico. Los altos niveles de glucocorticoides causan el deterioro de la digestión, falta de crecimiento (célula, pelo, hueso), nerviosismo y susceptibilidad a las infecciones. Otros efectos secundarios potenciales son el miedo, la agresión, la disminución de visión y la desensibilización».
«Las noticias aumentan los errores cognitivos. Warren Buffett aseguró: «Lo que el ser humano hace mejor es interpretar toda nueva información de manera que sus conclusiones anteriores se mantengan intactas». Las noticias agravan este defecto. Llegamos a ser propensos a un exceso de confianza, tomamos riesgos estúpidos y juzgamos mal las oportunidades».
«Las noticias impiden al pensamiento. El proceso de pensamiento requiere concentración. La concentración requiere un tiempo ininterrumpido. Pero las noticias se han diseñado específicamente para interrumpirla. Son como virus que roban la atención para sus propios fines. Las noticias nos hacen pensadores superficiales. Aún peor: las noticias afectan gravemente a la memoria».
«Las noticias son como una droga. Las historias se desarrollan y queremos saber cómo continúan. Con cientos de argumentos arbitrarios en nuestras cabezas, este deseo es cada vez más apremiante y difícil de ignorar».
«Las noticias nos roban tiempo. Si leemos el periódico durante 15 minutos cada mañana; después revisamos las noticias durante 15 minutos durante el almuerzo y otra vez 15 minutos antes de ir a la cama, además de leer noticias de vez en cuando en el trabajo, resulta que perdemos al menos la mitad de un día cada semana».
«Las noticias hacen a la gente pasiva. En su mayoría abrumadora, las noticias tratan sobre cosas sobre las que no se puede influir. La repetición diaria de noticias sobre realidades sobre las que no podemos actuar nos hace pasivos. Nos afectan hasta que adoptamos una visión del mundo más pesimista, nos hace insensibles, sarcásticos y fatalistas».
«Las noticias matan la creatividad. Las cosas que ya conocemos limitan nuestra creatividad. Esta es una de las razones por las que los matemáticos, los novelistas, compositores y empresarios a menudo producen la mayor parte de sus trabajos creativos en edad joven. Sus cerebros tienen un amplio espacio ‘deshabitado’ que les permite llegar a nuevas ideas».
Entretanto, el autor de la publicación sostiene que «la sociedad necesita periodismo, pero de una manera diferente». En este contexto, asegura, el periodismo de investigación «es siempre relevante». «Necesitamos informaciones que vigilen nuestras instituciones y descubran la verdad», señala.