El Rally Dakar que pasó por el norte del país este año entre la III y la IV Regiones, dejó una estela de destrucción y daños arqueológicos irreparables que pudieron prevenirse. Esta es la principal conclusión del último informe del Consejo de Monumentos Nacionales acerca de este evento seudo deportivo.
Dirigido a la Secretaría General de Gobierno, el documento del consejo concluye que “el desarrollo del Dakar afectó de manera irremediable a un total de cinco sitios arqueológicos y un área arqueológica (que incluye varios sitios) un daño que se pudo haber evitado si se hubieran considerado las recomendaciones hechas por este consejo”.
Oscar Acuña, abogado y secretario ejecutivo del organismo, indica que los sitios dañados se ubicaban en la quebrada Pelícanos, en la comuna de Domeyco, en Huasco, en Caldera y en Chañaral. Todos esos sitios “fueron intervenidos por el paso de los vehículos”, explica Acuña.
Para el próximo Dakar, el Consejo de Monumentos levantaría una “línea de base arqueológica”, la cual definirá “ciertas áreas donde no sea posible recorrer el Rally, y después poner puntos de control que eviten la dispersión de los corredores”, explica Oscar Acuña, quien admite que no puede garantizar en un 100% que este tipo de daños no volverán a producirse durante la competencia del 2010 que se aproxima.
IDENTIDAD Y PATRIMONIO
Según la Sociedad Chilena de Arqueología (SCHA) somos herederos de un patrimonio cultural precioso que hay que atesorar y cuidar. En su presentación ante la Comisión Para la Nueva Institucionalidad Patrimonial de Chile, la SCHA señala que éste es “producto y testigo de distintas tradiciones y los desarrollos espirituales del pasado, es un elemento esencial de la personalidad de los pueblos del mundo”.
Por estos motivos el patrimonio debe preservarse conforme “a su importancia histórica y artística de tal manera que el significado y mensaje del patrimonio cultural llegue a ser parte del espíritu de los pueblos”, destacan la entidad.
Por supuesto, dentro del patrimonio cultural se encuentra el patrimonio arqueológico, el cual es “un componente esencial para el conocimiento de nuestro pasado y la constitución de una identidad que respete y valore la diversidad cultural de sus poblaciones”, agrega la SCHA.
Para reconstruir y conocer nuestro pasado es indispensable la preservación de los objetos y hallazgos arqueológicos y el cuidado de los sitios arqueológicos, es decir, los lugares donde los materiales fueron encontrados.
Según Patricia Ayala, arqueóloga del Museo Arqueológico de San Pedro de Atacama, las amenazas contra el patrimonio son variadas y frecuentes: “Por un lado está el saqueo de sitios arqueológicos en diferentes sectores del país, lo cual va de la mano con la venta ilegal de los bienes culturales, que muchas veces son sacados del país y vendidos a coleccionistas privados”, advierte.
También “hay un sin número de actividades que destruyen el patrimonio arqueológico, al ser realizadas irresponsablemente y sin considerar la Ley de Monumentos Nacionales y las normas vinculadas, como la leyes medioambientales o la ley indígena. Un ejemplo de ello son las obras mineras, viales, hidráulicas y la construcción de edificios, las que en reiteradas ocasiones han destruido este patrimonio”, destaca Patricia.
Para las organizaciones ciudadanas que se oponen a la realización del Dakar en Chile, este tema es crucial. El dirigente Luis Mariano Rendón, coordinador de Acción Ecológica, opina que “el patrimonio arqueológico es invaluable y debe ser preservado, pues cuando se destruye se pierde información de miles de años que no se vuelve a recuperar”.
AUTORIDAD NEGLIGENTE
Durante 2008 el Consejo de Monumentos Nacionales expuso a las instancias de gobierno y a Chiledeportes, entidad a cargo de la organización del Rally Dakar, la necesidad de levantar una línea de base arqueológica a lo largo del circuito del Dakar, con el objetivo de “definir medidas para evitar la afectación de sitios arqueológicos no identificados hasta el momento”, indica el informe del consejo.
Sin embargo, sea por falta de recursos, mediocridad o una conocida indiferencia de parte de las autoridades pertinentes, esta medida no se implementó ni siquiera a medias. Las múltiples voces de ecologistas, ciudadanos y las advertencias del propio Consejo de Monumentos fueron desoídas, quizás frente a una elocuente excitación provinciana por la llegada de tantos competidores extranjeros y los dólares prometidos…
Según Oscar Acuña, “debe haber una compensación del daño que se ha producido, que no sólo tiene que apuntar a hacer un registro de los sitios, sino a buscar mecanismos de difusión que nos permita sensibilizar a las personas, necesitamos hacer conciencia de que existen lugares de gran valor”.
Por su parte, Luis Mariano Rendón explica que han “conformado una red de alianza con distintas organizaciones, oponiéndonos al paso del Dakar porque nos parece un contrasentido que Chile se preste para una competencia de este tipo, que promueve los vehículos cuatro por cuatro, que emiten las mayores emisiones de gases de efecto invernadero”.
El dirigente recuerda que en 2009 “la situación fue caótica, los caminos desaparecieron bajo unos 800 vehículos, incluyendo camiones, porque compitieron hasta camiones, no sólo camionetas. Entonces, fue como si pasara Atila que destruía todo y no sobrevivía una brizna de hierba por donde cruzaba”.
El dirigente afirma que “Chiledeportes no cumplió con las medidas exigidas por el Consejo de Monumentos Nacionales, por eso aquí hay responsabilidades administrativas e incluso penales. Hay que evitar que esto vuelva a suceder. Nuestra lucha es porque el Dakar no se realice más en territorio chileno”, concluye Luis Mariano Rendón.
por Rocío Munizaga
El Ciudadano