“Disconformidad” es lo que han manifestado la CUT y la CPC con la reforma laboral que impulsó el gobierno

Javiera Blanco -ministra del trabajo- no quiso referirse a las diversas manifestaciones de descontento que han hecho públicas, tanto la CUT como la CPC. En su defecto, la ministra reiteró que esta propuesta de ley pretende ser dialogante e inclusiva de todas las opiniones de los actores involucrados.

El apoyo a esta moción legislativa ha contado con escaso apoyo y acuerdo, tanto de empresarios como de trabajadores, a pesar de el tiempo reducido que maneja el poder ejecutivo para enviar la propuesta al congreso.

Los problemas centrales que están siendo la piedra de tope, en lo que respecta al empresariado, radican en el disgusto que les genera el hecho de que esta reforma laboral está siendo impulsada en un escenario de desaceleración económica; además de ciertos puntos clave respecto de los derechos de los trabajadores como el fin del reemplazo en las huelgas además de la titularidad sindical.

Hay que destacar que estos dos puntos son de vital importancia para los trabajadores ya que, junto a los despidos masivos y las prácticas antisindicalistas, son medidas de presión que ejecuta el empresariado para impedir mejoras laborales a sus empleados.

Si bien, la molestia de los empresarios disminuyó luego de que la ministra Blanco hiciera algunas aclaraciones la semana pasada, en donde señaló que se mantendrá el funcionamiento de servicios mínimos y que los empleadores podrán seguir extendiendo los beneficios logrados por los sindicatos, Andrés Santa Cruz, presidente de la CPC, subrayó que pese a la aclaración, siguen disconformes con la reforma.

Estos puntos aclarados por la ministra, además de no satisfacer por completo a la CPC, además fueron los que provocaron un distanciamiento con la CUT ya que la institución aboga por el lógico fin del reemplazo en las huelgas, “sin apellidos” y titularidad sindical. Evidentemente es absurdo que, en una lucha por mejoras laborales sólo algunos tengan garantizados sus puestos de trabajo.

Es de esperar que el gobierno tenga el temple y la sensatez de seguir con las políticas establecidas de gobernar en beneficio de todos y no, como se ha hecho históricamente, para privilegiar al segmento privilegiado que, si bien, es muy superior en influencias, es minoritario en términos cuantitativos.